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El Universo Obsesivo de Yayoi Kusama

«Yayoi Kusama se pasea entre la vulnerabilidad y el deseo de ser omnipresente. Quiere dominar al mundo. Ese es su plan», dice Philip Larratt-Smith, curador independiente y escritor radicado en Nueva York, quien conoce de cerca a la artista japonesa a partir del trabajo que ha realizado junto a ella y la curadora británica Frances Morris, de la Tate de Londres, para su retrospectiva Obsesión Infinita, que ha itinerado con éxito por Europa y Latinoamérica.

Ahora esta muestra se presenta en el Centro de las Artes 660 / CA 660, en Santiago, como parte de una gira latinoamericana organizada por el Instituto Tomie Ohtake, representante de la artista en la región. El Instituto produjo la exposición en Brasil, México, Argentina y Chile, y gestiona, entre otros asuntos, el préstamo de las obras en manos de coleccionistas. También estuvo a cargo del diseño museográfico, el montaje y, junto a los curadores y el Kusama Studio -ubicado en Japón-, de la supervisión de cada detalle de esta muestra, que reúne más de 100 obras, entre papeles, pinturas, esculturas, videos e instalaciones envolventes, realizadas entre 1950 y 2013.

«La muestra estaba programada para cerrar su itinerancia en México, en el Museo Tamayo, pero en vista del récord de visitas que tuvo por toda Latinoamérica, el Kusama Studio estuvo abierto a que las obras en préstamo se devolvieran en junio (de 2015) a los coleccionistas. Entonces invitamos al Instituto Tomie Ohtake para que visitara Chile. Vieron el espacio y les fascinó. Comenzamos las conversaciones para traer la muestra en mayo del 2014, incluso antes de que abriera el Centro, y ya el 4 de febrero pasado estábamos en montaje. En un mes de instalaciones trabajaron unas cien personas», dice Jacqueline Plass, directora general de Corpartes y del CA 660.

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Yayoi Kusama, Infinity Mirror Room – Phalli’s Field (Sala de espejos del infinito – Campo de falos), 1965-2013, vista de instalación en el CA 600, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

En un país donde escasamente se tiene la oportunidad de ver exposiciones de la calidad y frescura de Obsesión Infinita, y de conocer la obra de artistas vivos de la talla de Yayoi Kusama, esta presentación en Chile marca sin duda un hito. «Queríamos que el público en Santiago tuviera acceso a un trabajo de calidad mundial. Chile es un país aislado, y el hecho de incorporarnos con esta muestra al circuito de exhibiciones latinoamericano es ver parte de nuestra misión cumplida», agrega Plass. «Queremos llegar al mayor público posible, y esta es una muestra que por su carácter y fuerza atraerá mucho público, desde niños de cuatro años a adultos de 80. No hay quien no pueda quedarse extasiado y emocionado con la obra de Kusama».

Para garantizar la accesibilidad, el Centro ha destinado horarios especiales de entrada liberada. Y previendo el alto flujo de público -como sucedió en su itinerancia por América Latina-, también ha organizado visitas preferenciales, con un costo asociado a un menor tiempo de espera.

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Yayoi Kusama, Sala de espejos del infinito – Plena del brillo de la vida, 2011, vista de instalación en el CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

Universo obsesivo

El título Obsesión infinita sintetiza en dos palabras los polos del universo de Kusama. Por una parte “obsesión” tiene que ver con la recurrencia de íconos que esta artista ha trabajado a lo largo de su carrera -los puntos o polka dots, las formas fálicas- y, por otro, “infinita” se refiere a su capacidad de trabajo -trabaja prácticamente todo el día, cinco días a la semana- y a las alusiones al cosmos y los espacios sin fin, que se hacen más patentes en sus habitaciones de espejos.

Las obsesiones de Kusama derivan de su condición mental: sufre de alucinaciones, despersonalización, desorden obsesivo-compulsivo… Es esta misma condición su impulso para hacer un arte basado en la serialidad y la repetición característicos del minimalismo y el arte pop, que al mismo tiempo son expresiones auténticas de la compulsión de la artista por expulsar sus obsesiones psicológicas, una suerte de terapia para reducir la ansiedad y calmar los demonios de la psique. Kusama quiere que con sus pinturas, videos, instalaciones y ambientes inmersivos de carácter lúdico el visitante tenga la experiencia de estar en su propia mente.

Con todo, poco se habla de la obsesión de Kusama por la fama. Aunque fue una rebelde y durante muchos años no quiso estar representada por galerías, ha sido una artista siempre empeñada en la autopromoción, que ha hecho de su extraordinaria figura pública y de su inmediatamente reconocible marca de estilo un producto atractivo para el público de todo el mundo.

Como dice Larratt-Smith, Kusama quiere tomarse el mundo por asalto, con sus puntos y formas fálicas blandas, sus happenings irreverentes, sus espejos de reflejos infinitos. A sus 86 años, y recluida en una institución psiquiátrica por voluntad propia desde 1977, lo cierto es que a Kusama le preocupa mucho la receptividad que tiene su trabajo. «Ella busca la validación. Y quería un nuevo público en Latinoamérica, porque está en su mejor momento artístico. Su figura ha crecido en los últimos diez años. Por eso le emociona que su trabajo haya tenido tal éxito en la región», asegura el curador.

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Yayoi Kusama, vista de la sala que presenta los archivos personales de la artista, CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

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Yayoi Kusama, selección de pinturas recientes, CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

La obsesión de Kusama con la recepción pública de su figura también se manifiesta en su minuciosa colección de documentos que registran sus éxitos como artista. Una de las salas del CA 660 está enteramente dedicada a este archivo personal, que da cuenta de sus múltiples actividades como artista, diseñadora de modas, empresaria y emprendedora. También hay una galería dedicada a sus pinturas recientes, super coloridas como el Japón contemporáneo, llenas de marcas orgánicas que evocan el arte aborigen o el outsider art. Pero indudablemente son las habitaciones alucinógenas y desorientadoras de Kusama las que suelen atraernos como niños a las golosinas. Y es que es justamente en su carácter juguetón donde radica buena parte de su encanto. Estos trabajos nos recuerdan que el arte es, ante todo, experiencia.

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Yayoi Kusama, I’m Here, But Nothing (Estoy aquí, pero nada), 2000-2013, vista de instalación en el CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

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Yayoi Kusama, The Obliteration Room (La habitación del borramiento), 2010, vista de instalación en el CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

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Yayoi Kusama, Accumulations (Acumulaciones), vista de la instalación en el CA 660, Santiago de Chile. Foto: Felipe Ugalde

Destacan así en esta exposición Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life (Sala de espejos del infinito – Plena del brillo de la vida), que busca invitar a los espectadores a dejar en suspenso su propia percepción para sumarse en el viaje que Kusama hace hacia la anulación;  I’m Here, but Nothing (Estoy aquí, pero nada), donde el neón y los puntos fluorescentes crean toda la experiencia en una habitación que la artista adapta a su presentación en cada país, al incorporar elementos autóctonos (en Chile, por ejemplo, cajas de cereal, revistas y vino nacionales); The Obliteration Room (La habitación del borramiento), cuarto blanco que el público intervendrá con lunares de colores a lo largo de la muestra; y el Infinity Mirror Room – Phalli’s Field (Sala de espejos del infinito – Campo de falos), el primero de una serie de ambientes envolventes en los que la participación del espectador activa y completa el significado de la obra.

Se incluyen, además, un grupo de pinturas tempranas; sus esculturas blandas conocidas como Accumulations (Acumulaciones), objetos cotidianos como bolsos, sillas, escaleras de mano y zapatos cubiertos con elementos rellenos de tela que se asemejan a falos; la serie Infinity Net (Red infinita), realizada a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, pinturas que se distinguen por la repetición obsesiva de pequeños arcos que siguen patrones rítmicos mayores;  y Kusama’s Self-Obliteration, un filme cargado de escenas sexuales y formalmente experimental que, según Larratt-Smith, es una de las obras clave de esta exposición, porque sintetiza todos los aspectos y variantes de la obra de Kusama.

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Yayoi Kusama, 2011. Cortesía: Victoria Miro Gallery, Londres, Ota Fine Arts, Tokio, y Yayoi Kusama Studio Inc.

Sobre la artista

Yayoi Kusama nació en Matsumoto, Japón, en 1929. Después de un poético conjunto de obras semi-abstractas en papel que marcaron sus comienzos en los años 40, creó la célebre serie Infinity Net a fines de los 50 y comienzos de los 60. Estas obras originalísimas se caracterizan por la repetición obsesiva de pequeños arcos de pintura que se acumulan en grandes superficies siguiendo patrones rítmicos. El traslado de Kusama a Nueva York en 1957, donde conoció a Donald Judd, Andy Warhol, Claes Oldenburg y Joseph Cornell, marcó un hito en su carrera artística. De la práctica pictórica pasó a las esculturas blandas conocidas como Accumulations (Acumulaciones) y luego a performances en vivo y happenings, claros exponentes de la cultura alternativa neoyorquina con los que ganó reconocimiento y notoriedad en la escena artística local.

En 1973 volvió a Japón y en 1977 se instaló voluntariamente en una clínica psiquiátrica, en la que reside desde entonces. A la marcada peculiaridad psicológica de su obra, se suma un amplio espectro de innovaciones formales y reinvenciones que le permiten a la artista compartir con un público amplio su singular visión, a través de los infinitos espacios espejados y las superficies obsesivamente cubiertas de puntos que le han dado fama internacional. En obras más recientes, Kusama ha recuperado el contacto con sus instintos más radicales en instalaciones envolventes y piezas que invitan a la colaboración, obras que la han convertido en la artista viva más célebre de Japón.

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Los curadores de «Yayoi Kusama: Obsesión Infinita», Philip Larratt-Smith y Frances Morris. Foto: Felipe Ugalde

Yayoi Kusama: Obsesión infinita

Del 7 de marzo al 7 de junio de 2015

Centro de las Artes 660 / CA 660, Rosario Norte 660, nivel -2, Las Condes, Santiago de Chile

Visita liberada: Lunes a domingo / 10:00 a 16:30 horas. Retirar ticket en la boletería del CA 660 que indica el horario de ingreso para ese mismo día. Cupos limitados de 130 personas cada 30 minutos. Retiro de tickets desde las 9:30 horas. Sólo se entregarán tickets para el mismo día. Máximo 4 tickets por persona.

Visita preferencial: Lunes a domingo / 18:00 a 19:30 horas. Para recorrer la exposición sin filas, en grupos de 30 personas y acompañado de un guía. Compra de entradas en la boletería y en www.corpartes.cl. Entrada general $5.000. Estudiantes y Tercera Edad $3.000

Alejandra Villasmil

Nace en Maracaibo (Venezuela) en 1972. Es directora y fundadora de Artishock, revista online especializada en arte contemporáneo. Licenciada en Comunicación Social, mención audiovisual, por la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas), con formación libre en arte contemporáneo (teoría y práctica) en Hunter College, School of Visual Arts y The Art Students League, Nueva York. Es editora y traductora inglés/español de contenidos sobre arte, trabaja en campañas de difusión y escribe regularmente para publicaciones, galerías y artistas de América Latina y El Caribe.

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