ABEL BENTÍN
Abel Bentín (Lima, 1984) recurre al kitsch y a lo que llama «el proverbial mal gusto de la burguesía peruana» para crear objetos con una estética donde el pasado y lo contemporáneo se reconcilian. Su interés está en confrontar una realidad en la que la historia de Perú y sus símbolos están siendo constantemente olvidados y destruidos. A lo largo de su obra, esta aproximación se observa en el choque entre la imaginería actual y el arte clásico.
La ironía ha sido una constante en su trabajo. En El Paseo de la Justicia, una reproducción de uno de los icónicos leones que adornan la entrada del Palacio de Justicia de Lima es convertido en una máquina de paseo para niños, a modo de crítica al funcionamiento del sistema de justicia peruano. «En nuestros país nos sentimos literalmente ‘paseados’ por una justicia que tarda y nunca llega», dice el artista.
Los trabajos más recientes de Bentín tienen como ejes principales la historia y la identidad, planteando preguntas sobre qué es lo propiamente peruano, qué representa a la sociedad peruana y cómo los peruanos se ven reflejados en su propia historia.
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