Valeska Soares Aborda las Memorias y los Afectos en Muestra en la Pinacoteca

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[VERSÃO EM PORTUGUÊS ABAIXO]

Pina Estação, espacio satélite de la Pinacoteca de São Paulo, presenta la exposición Valeska Soares: Entrementes [Mientras tanto], una selección de obras que abarcan 30 años de producción de esta artista brasileña, que desde los años 80 ha venido abordando temas como el sujeto y el cuerpo, la memoria y los afectos, y las relaciones entre espacio, tiempo y lenguaje.

Nacida en Belo Horizonte en 1957, y radicada en Nueva York desde inicios de la década de los 90, Soares es ante todo escultora, y pertenece a un grupo internacional de artistas que ha ampliado las posibilidades de la instalación en el arte, involucrando subjetivamente al espectador. Sus obras, por lo general, recurren a narrativas ficcionales de la literatura para tejer experiencias de intimidad y deseo que sobrepasan el campo individual y alcanzan la sensibilidad colectiva.

Por medio de materiales evocativos, la artista explora la tensión creada por los opuestos. Sus esculturas e instalaciones presentan a menudo materiales reflectantes, como el acero inoxidable y los espejos, en contraste con sustancias orgánicas y sensoriales, como flores, con miras a ampliar la experiencia del visitante en el espacio. En este sentido, Soares utiliza distintas técnicas sensoriales, incluyendo el sonido, para crear atmósferas y vivencias que son tanto atrayentes como perturbadoras.

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Para la exposición en la Pinacoteca, la curadora Júlia Rebouças ha seleccionado un conjunto de 40 obras provenientes del acervo del museo, de colecciones particulares y de la propia artista, algunas de estas últimas nunca antes vistas en Brasil. Se trata de pinturas, collages, objetos, instalaciones y esculturas que, como sugiere el título de la muestra, presentan zonas intermedias de contacto: intersecciones entre el individuo y la sociedad, entre lo encubierto/misterioso y lo explicito, entre pasado y futuro. La muestra explora también la idea de colectividad, ya sea por el recurso de colección al que apelan diversos trabajos de Soares como por la constitución de una experiencia compartida, como en los casos de Epílogo (2016) y Vagalume (2007), según explica la curadora.

Valeska Soares: Entrementes [Mientras tanto] trata, de modo general, de todo lo que, aun siendo materia de un discurso íntimo, puede ser vivido en comunión. “En este sentido, Detour (2002) -inspirado en el cuento As cidades e o desejo, del escritor italiano Ítalo Calvino– es un trabajo central, ya que parte de la idea de un mismo sueño que es soñado y narrado por diferentes personas”, dice Rebouças. En el cuento, los soñadores, con la esperanza de encontrar el objeto de su deseo –una mujer que corre desnuda– acaban por crear una ciudad que replica los caminos donde la perdieron. A partir de esta historia, Soares construye un ambiente que, aunque confinado, sugiere infinitas salidas como resultado de espejismos.

La artista continúa incorporando cualidades arquitectónicas a su práctica, herencia de su formación académica en este campo. Desde esta perspectiva, incorpora la idea de punto de fuga como eje central y toma el espacio no solo como ente físico e ilusorio, sino también como un lugar que posibilita al visitante percibirse en relación con este. “La artista no aleja sus trabajos del público. Las obras se dan a ver, dejan pistas sobre el proceso de su elaboración, son evidentes en su constitución material, se abren al juego de compromiso sensible y de la participación”, dice Rebouças. “Parte de la fuerza de su poética está en aquello que se evapora, se escurre, se desvanece, marchita, silencia, rescinde, derrite, rompe”, añade.

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La instalación Untitled (From Vanishing Points), de 1998, perteneciente al acervo de la Pinacoteca, es un ejemplo de ello. En esta obra, la artista reproduce un conjunto de macetas de plantas tal como estaban dispuestas en su jardín. Replicadas en cera, porcelana y aluminio, marcan la ausencia de la vida como fuerza orgánica, mientras que son indicios de otro tiempo o existencia que escapa al intento de contención. Replican así la estructura de la memoria, toda vez que solo se puede recordar a partir del presente, y es de la experiencia del ahora que se llenan las lagunas del pasado.

La muestra de Valeska Soares integra la serie de retrospectivas de artistas que iniciaron sus carreras a partir de los años 80, presentadas siempre en el 4º piso de la Pina Estação.

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VALESKA SOARES ABORDA AS MEMÓRIAS E OS AFETOS EM MOSTRA NA PINACOTECA

Pina Estação, espaço satélite da Pinacoteca de São Paulo, apresenta a exposição Valeska Soares: Entrementes, uma seleção de obras que abrangem 30 anos de produção desta artista brasileira, que desde os anos 80 vem abordando questões como sujeito e corpo, memória e afetos, e as relações entre espaço, tempo e linguagem.

Nascida em Belo Horizonte, em 1957, e radicada em Nova York desde o início da década de 1990, Soares tem a escultura como primeira linguagem e pertence a um grupo internacional de artistas que expandiu as possibilidades da instalação na arte, engajando subjetivamente o espectador. Suas obras, geralmente, recorrem a narrativas ficcionais da literatura para tecer experiências de intimidade e desejo que ultrapassam o campo individual e alcançam a sensibilidade coletiva.

Através de materiais evocativos, a artista explora a tensão criada pelas oposições. Suas esculturas e instalações frequentemente apresentam materiais reflexivos, como aço inoxidável e espelhos, em contraste com substâncias orgânicas e sensoriais, como flores, com intuito de ampliar a experiência do visitante no espaço. Neste sentido, Soares se utiliza de diversas técnicas sensoriais, incluindo o som, para criar atmosferas e vivências que são tanto convidativas quanto perturbadoras.

Para a exposição na Pinacoteca, a curadora Júlia Rebouças selecionou um conjunto de obras provenientes do acervo do museu, de coleções particulares e da própria artista, sendo que algumas dessas últimas são inéditas no Brasil. São pinturas, colagens, objetos, instalações e esculturas que, como o título sugere, apresentam zonas intermediárias de contato: intersecções entre o indivíduo e a sociedade, entre o encoberto/misterioso e o explícito, entre passado e futuro. “A mostra explora também obras que lançam mão da ideia de coletividade, seja pelo recurso da coleção, explorado em diversos trabalhos por Soares, seja pela constituição de uma experiência compartilhada, como em Epílogo (2016) ou Vagalume (2007)”, define a curadora.

Valeska Soares: Entrementes trata, de modo geral, de tudo daquilo que, mesmo sendo matéria de foro íntimo, pode ser vivido em comunhão. “Neste sentido, Detour (2002) -inspirado no conto As cidades e o desejo, do escritor italiano Ítalo Calvino- é um trabalho central, pois parte da ideia de um mesmo sonho que é sonhado e narrado por diferentes pessoas”, conta Rebouças. No conto, os sonhadores, na esperança de encontrar o objeto de seu desejo -uma mulher que corre desnuda- acabam por criar uma cidade que replica os caminhos onde a perderam. A partir da história, Soares constrói um ambiente que, embora confinado, sugere infinitas saídas pelo resultado de espelhamentos.

A artista ainda incorpora qualidades arquitetônicas à sua prática, herança da formação acadêmica neste campo. Nesta perspectiva, ela agrega a ideia de ponto de fuga como eixo central e toma o espaço não apenas como ente físico e ilusório, mas um lugar que possibilita ao visitante perceber-se em relação a ele. “A artista não afasta seus trabalhos do público. As obras dão-se a ver, deixam pistas sobre o processo de sua elaboração, estão evidentes em sua constituição material, abrem-se para o jogo do engajamento sensível e da participação”, diz Rebouças.

“Parte da força de sua poética está naquilo que evapora, escorre, esmaece, murcha, silencia, rescinde, derrete, quebra”, complementa a curadora. A instalação Untitled (From Vanishing Points), de 1998, pertencente ao acervo da Pinacoteca, é um exemplo disso. Nesta, a artista reproduz um conjunto de vasos de plantas tal como estavam dispostos em seu jardim. Replicados em cera, porcelana e alumínio, marcam a ausência da vida como força orgânica, ao passo que são indícios de um outro tempo ou existência que escapa à tentativa de contenção. Replicam assim a estrutura da memória, uma vez que só é possível lembrar a partir do presente, e é da experiência do agora que se preenchem as lacunas do passado.

A mostra de Valeska Soares integra a série de retrospectivas de artistas que iniciaram suas carreiras a partir dos anos 1980, apresentadas sempre no 4º andar da Pina Estação.

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VALESKA SOARES: ENTREMENTES

Pina Estação da Pinacoteca de São Paulo, Lg. General Osório, 6611 3335-4990, São Paulo, Brasil

Hasta el 22 de octubre de 2018

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