“LA TRAMA (AUTO)BIOGRÁFICA” DE CARLOS ARIAS VICUÑA
Hay un leitmotiv que atraviesa los trabajos de este artista y es que, en todos, su aguja es de puntadas abarrotadas, sin discreción. Sin vacío. No pudiendo aproximarnos al barroco, aquí pulsa de otra forma el exceso, lo lleno. Como en un vacío pictórico compuesto de materia blanca, acá también el vacío es de hilo blanco; el bordado hilvanado a sus fuentes y orígenes en la pintura. La misma pulsión del bordado que lo arrastra a la pulsión por las palabras, las que vienen a repetirse para recordar, para volver a sentir lo que su nombre llama y, a través de lo oral, de sus sonidos, reconstruir y volver a ver los caminos andados.