OCUPANDO ESPACIOS, AUGUSTO LEAL MOVILIZA NOCIONES DE PODER

La obra de Augusto Leal (Brasil, 1987) moviliza nociones de poder, colectividad, participación, derecho a la ciudad y a la cultura. A través de su práctica (est)ética, establece yuxtaposiciones inevitables y críticas con los espacios que ocupa. En su obra, las referencias emergen poéticamente de la calle y de la vida pública: las estructuras urbanas de comunicación visual, los juegos, los usos espontáneos y la ocupación de espacios.

Por Victor Hugo de Souza (Guto Ezek) | Curador

Es a partir de la dimensión física y simbólica del espacio público, como la calle, que el trabajo de Augusto Leal es accionado. La geografía de su pensamiento artístico es topografiada como un ejercicio de interferencia en lugares donde existen conflictos-temas de sus investigaciones artísticas, siendo la ciudad de Simões Filho el locus predilecto de sus discusiones.

Sus producciones estéticas son, en muchos sentidos, el resultado de la convergencia de confrontaciones discursivas, estéticas, políticas y simbólicas. Al basar su investigación artística en nociones como geopolítica, territorio, relaciones y colectividad, establece, a través de su práctica (est)ética, yuxtaposiciones inevitables y críticas con los espacios que ocupan sus obras.

De este modo, las instalaciones nos invitan a revisar nuestros repertorios visuales, no para corregir lo ya existente, sino para cuestionar lo que se entiende como ordinario, con el fin de reimaginarlos, produciendo ruido y emergiendo poéticamente nuevas referencias y posibilidades de sociabilidad.

En las calles de Simões Filho, ciudad de la región metropolitana de Salvador/BA y también lugar de nacimiento y residencia del artista, se producen varias de sus intervenciones e interpelaciones urbanas, entre ellas las realizadas en formato stencil: ¿por qué Simões Filho no tiene un museo, un centro cultural o cualquier otra institución cultural?

Es con estas disonancias visuales, en paradas de autobús y zonas de gran circulación para los transeúntes de Simões Filho, que el artista fomenta una práctica de (des)pensar la ciudad, al tiempo que discursivamente también sugiere -con la ejecución de la propia obra- un desmantelamiento de las concepciones de planificación urbana que sustraen el derecho a la cultura.

El Centro Cultural de São Paulo es una de las instituciones multilingües de la mayor ciudad de América Latina. Históricamente, ha sido un espacio único de acogida de la experimentación y el pensamiento artísticos, y esta exposición es un ejercicio más en este camino, haciéndose eco de una pregunta planteada junto a Augusto Leal: ¿qué vendría siendo el Centro Cultural Simões Filho?

Este cuestionamiento no se plantea como una simple fabricación al transponer el CCSP a la ciudad natal del artista, sino que pretende reflexionar sobre lo que es (im)posible pensar juntos ante algo que se materializa en la virtualidad de la imaginación, el sueño, el deseo, el proyecto y el plan. ¿En qué pueden convertirse las cosas?

Esta exposición es una respuesta con preguntas. A lo largo de meses y largas conversaciones sobre el tema, relacionadas con las (im)posibilidades de construir un escenario para implementar este proyecto, puedo decir que sentí que la obra de Augusto Leal acontecía, duplicaba y rehacía otras preguntas: ¿qué es (y qué podría llegar a ser) el Centro Cultural de São Paulo?

Estas respuestas y preguntas se materializan en las obras de arte. En Gangorra y Encontros, por ejemplo, la participación del público es esencial para dar la vuelta al poder y delimitar nuestras presencias acumuladas en los espacios.

En Bibliocicleta, la cultura del libro y la experiencia de distribuir libros se radicaliza mediante el proceso de itinerancia. La Franja ensaya una manifestación crucial y efímera del marcaje de una idea y/o reivindicación en un lugar.

Señalización profética presenta vacíos y ausencias como pautas de este múltiple tránsito institucional que requiere movimientos, alternancias y errancias. Este trabajo se moviliza -simultáneamente- por provocaciones y proposiciones. El acto de distorsionar la estética de la señalización vial urbana, la indicación de distancias a sensibilizar, la marcación de categorías de actuación dentro del sistema institucional de las artes visuales y la adjetivación de cada una de ellas por parte del artista revelan un ejercicio de imaginación política, de juego y manoseo con los universos hegemónicos de lectura de este campo de conocimiento.

¿Qué tan lejos estamos de imaginar directores negros/indígenas, curadores comprensivos, artistas recibiendo sus honorarios, producciones culturales sensibles, exposiciones y espacios de arte acogedores, equipos de montaje reconocidos por sus prácticas, galeristas más generosos, patrocinios imparciales y sectores educativos y educadores no formales escuchados?

El trabajo revela ausencias urgentes para que podamos pensar cómo podrían ser las relaciones de trabajo sistémicas dentro de un modus operandi desproporcionadamente jerárquico y, a la inversa, cuáles podrían ser nuestras (otras) referencias para ejercer y no sólo (re)producir posiciones sociales y profesionales.

Augusto Leal, Gangorra, 2020, madera reutilizada, stencil, 280 x 160 x 100 cm. Activación. Foto cortesía CCSF.

¿Qué es un centro cultural?

La exposición se presenta a partir de una reunión emblemática y estratégica de la producción de Augusto Leal y pretende destacar el carácter polifacético y transversal de las formulaciones del artista con obras que datan de 2009 a 2024.

Nuestras soluciones curatoriales asumen una cultura latente de la institución -la libre circulación del público por sus diversas entradas- y proponen un proyecto curatorial de itinerancia múltiple por el propio edificio. Se reitera así tanto la descentralización de la exposición -una invitación a disfrutar de las obras en diferentes espacios del Centro Cultural São Paulo (CCSF)- como los intereses que se articulan en el pensamiento del Centro Cultural Simões Filho (CCSF) presentado aquí y ahora.