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EL DESBORDE. PARAÍSO EMPAQUETADO, DE IVÁN SIKIC

Al buscar las palabras “Puma” o “Amazon” en Google, los primeros resultados que arroja el algoritmo son páginas web de empresas multinacionales del norte global. Hay que deslizar el cursor hacia abajo en repetidas ocasiones para encontrar información acerca del animal o del bosque tropical y río, que llevan el mismo nombre.

Algo similar sucede en el imaginario de la mayoría, supongo yo, al decir “Amazon”, evidenciando un inocultable corto circuito que existe entre nosotros y los lugares de importancia ecológica. Estuve también indagando acerca del origen del nombre de la compañía y encontré que su creador, el multimillonario Jeff Bezos, quería un nombre que iniciara por la primera letra del alfabeto y que simbolizara algo grande, exótico, masivo, algo que conecte a un importante número de lugares y personas. ¡Bullseye!: El Amazonas. 

No quiero sonar como una especie de Capitán Planeta, pero no deja de llamar la atención lo paradójico que resulta esta especie de “homenaje”. Más todavía si consideramos que un informe de Oceana 2021 estima que la empresa Amazon produjo cerca de 300 millones de kg de plástico que hoy contamina los océanos, o lo desalentador que resulta buscar las palabras “Amazon – filantropía” en Google, y que los por lo menos 50 resultados sean productos, canciones o películas que pueden verse en Amazon Prime, por la cómoda cifra de $14.99 al mes.

Dicho lo anterior, cabe resaltar que la introducción, aunque un poco cliché, resultaba necesaria. Amazon es sin duda una muestra de la “híper conectividad” en la que se desarrolla nuestra cotidianidad. Otro buen ejemplo de esta podría ser el que un artista peruano radicado en Brooklyn invite a un galerista colombiano que vive en Miami a escribir sobre una exposición realizada en la Ciudad de México, para una revista chilena (diálogos sur – sur, supongo yo).

Iván Sikic, El Puma de(l) Amazon(as), de la serie Paraíso Empaquetado. Cortesía del artista
Iván Sikic, de la serie Paraíso Empaquetado. Cortesía del artista

El proyecto Paraíso Empaquetado, del artista Iván Sikic, exhibido recientemente en el Aparador EDA de Aldo Chaparro Studios en Ciudad de México, ácidamente nos alerta acerca del fenómeno de la desconexión. Para empezar, es importante mencionar que, por más de 10 años, la práctica artística de Sikic ha estado orientada principalmente a lo performático y este trabajo, en mi opinión, no es la excepción. Claro, en principio es una exposición de obra plástica, de tapices ubicados en las paredes de un espacio adecuado para una exposición. Sin embargo, al conocer más acerca del trabajo de este artista, sabemos que las obras son solo una ínfima parte del proyecto.  

La exposición consiste en una serie de tapices bordados a mano, hechos con técnicas andinas y elaborados en conjunto por el artista y por el artesano Roland Quintana Rafael (colaborador de Sikic desde 2016). Las obras yuxtaponen la flora y fauna de la selva amazónica con cajas de envío de Amazon. Con títulos como «Mariposa de(l) Amazon(as)» o «El Puma de(l) Amazon(as)», nos muestra criaturas salvajes que cada día vemos menos, en cajas de Amazon, que cada vez vemos más.

Las piezas se disponen en el espacio, que ha sido también alterado. Estudiando la obra de Sikic, podemos ver cómo el cubo blanco no ha sido, casi en ninguna ocasión, su mejor amigo. Así pues, el llenar el suelo de la galería con hojas que se adquieren en mercados locales, en este caso en la CDMX, lleva al espectador a ubicarse en un entorno casi “exterior”, que es donde el artista ha ubicado su práctica tradicionalmente. Además, no sé si intencionalmente o no, pero termina siendo interesante pensar en cómo alguien de cotidianidad urbana puede verse algo torpe caminando por este espacio: dice mucho también.

El hecho de que la pieza sea bordada a mano en una técnica tradicional no debe pasar desapercibido, pues bordar paciente y detenidamente es casi que un acto de rebeldía, hoy por hoy. Cada puntada acarrea consigo un mensaje que invita a la paciencia, a cuestionarse la gratificación instantánea, la poca durabilidad de las cosas y su desbordado consumo. Denunciar lo desbordado a través del bordado: bien jugado.

Cada una de estas obras es producto de un número enorme de horas de trabajo. Así, me tomo el atrevimiento de decir que el artista no está intentando alertarnos acerca de la posible desaparición del tapiz bordado – al final puede ser hecho por máquinas; el verdadero objetivo es poner en nuestras caras la evidente falta de reflexión y consciencia en cada acto que ejecutamos.

Iván Sikic, Paraíso Empaquetado. Vista de exposición en Aparador EDA, Aldo Chaparro Studios, Ciudad de México, 2023. Cortesía del artista
Iván Sikic, Paraíso Empaquetado. Vista de exposición en Aparador EDA, Aldo Chaparro Studios, Ciudad de México, 2023. Cortesía del artista
Iván Sikic, Mariposa de(l) Amazon(as), de la serie Paraíso Empaquetado. Cortesía del artista
Iván Sikic, de la serie Paraíso Empaquetado. Cortesía del artista

Lo importante entonces, como en el cuerpo de trabajo de Sikic, no es el objeto per se. Paraíso Empaquetado nos anima a vivir de manera más artesanal -y no hablo de comprar ropa usada en cualquier mercado de las pulgas- o de no pedir pitillo, pajilla, popote o como lo llamen ustedes. El trabajo tiene que ver con la consciencia de cada acto, la consciencia en el consumo.

No tengo duda del enorme trabajo que debemos recorrer para generar consciencia sobre el consumo; diría que no la tengo. Tampoco creo que el proyecto pretenda que dejemos todo atrás y nos vayamos a vivir a la jungla o que nos convirtamos en miembros de Green Peace. Lo que sí diría, es que actos como el de Iván Sikic son interesantes. Una carrera coherente, constante y reiterativa. Un trabajo que nos lleva al replanteamiento.

Posiblemente algo se habrá ganado si en el camino de regreso a casa, después de ver la exposición y antes de acostarnos a ver alguna serie en Amazon Prime, pensamos en que nuestra relación con el medio ambiente es, en definitiva, una mierda. Esperemos que el próximo informe de Oceana, sea menos desalentador.

Andrés Córdoba

Director Asociado de Galería La Cometa Miami. Tiene una maestría en Administración y Política Cultural por Goldsmiths University, Londres.

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