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CATALINA BAUER: SOÑAR DESPIERTA. DESPERTAR LA IMAGINACIÓN

En el marco de su exposición Soñar despierta en la Galería 3.14, tuve la oportunidad de conversar con Catalina Bauer (Chile, 1976) acerca de las series de textiles, tejidos y acuarelas que está presentando, obras en las que se advierte una conexión con la dimensión espiritual y trascendental de la naturaleza.

Para la artista, establecer un vínculo con estados emocionales y perceptuales como el goce y la intuición es vital en el proceso de creación de obras auténticas y genuinas. Su enfoque artístico, intrínsecamente manual, se va desarrollando a partir de un encuentro sensorial e instintivo con la materialidad, así como a través de un acercamiento a las tradiciones artesanales lleno de respeto y admiración.

Catalina Bauer. Serie de «paños» de gasa teñida con tintes naturales. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista

Alejandra Villasmil: Cata, cuéntanos qué estás presentando en esta muestra. ¿De dónde vienen estas piezas y cómo te planteaste estructurar el montaje?

Catalina Bauer: La exposición reúne varias series de trabajos; hay algunas obras que son parte de series que comenzaron hace muchos años, series que siguen abiertas, como los trabajos con lápices, Lapso (2008) y los tejidos, Fracciones (2010). También está la serie de paños, que en gran medida la hice el año 2019 para una exposición en España a comienzos del 2020, unos textiles hechos con gasas, muy livianos, para poder viajar con ellos en la maleta.

Luego hay parte de una serie de acuarelas que he estado pintando desde el tiempo en pandemia y, por último, un video que comenzamos a trabajar también el 2019, en colaboración con mi pareja, Adam Jones, que cuenta con el performance de Amelia Ibáñez, bailarina.

resumen, diversas obras que se han ido haciendo en estos últimos años, trabajos de taller que van avanzando en paralelo a otros proyectos. El montaje es bastante sencillo, no hay una intención de hacer algo más instalativo con las obras, solo dar un cierto ritmo al recorrido.

Catalina Bauer, “Olas”, 2020. Acuarela, 23 x 17 cm. Cortesía de la artista

AV: ¿Cuál dirías tú que es la esencia de esta exposición, si tomamos en cuenta su título, Soñar despierta?

CV: Se me hace difícil responder cuál sería su esencia, pero te puedo explicar por qué pensé en ese título, por ahí seguro se cuela algo de su esencia. Por una parte, le puse así porque soñar despierto es similar al estado mental en que uno entra cuando pinta, o borda o teje. Al estar la concentración en el hacer con las manos, la mente se libera. Y, por otra parte, tiene que ver con despertar la imaginación.

Me pasó hace un tiempo que me reencanté con la pintura y volví a mirar la obra de muchas artistas, del Surrealismo, por ejemplo, que antes había pasado por alto. Me di cuenta de que en mi trabajo yo no abordaba la imagen como un asunto en sí. Igual todo termina siendo imagen, pero me refiero a que mi manera de trabajar está más ligada a los procesos de construcción o de confección, que a la creación de un imaginario. Entonces, en estos últimos seis, siete años he ido explorando esa posibilidad, acercándome a un trabajo más figurativo, pero sin querer crear escenas muy explícitas, sino más bien abiertas, ojalá evocadoras.

Catalina Bauer, “Espacio con ventana”, 2020. Acuarela, 23 x 17 cm. Cortesía de la artista

AV: Sí, me da la impresión de que en esta serie de trabajos existe una dimensión espiritual, de volver a los orígenes, de conectar con lo primitivo, con la naturaleza. Vemos paisajes, plantas, flores, un eclipse, un volcán…

CB: Que interesante que hagas esa distinción con esta exposición; tal vez las imágenes contenidas en las acuarelas y los paños lo hacen más explícito, pero para mí eso es algo que siempre ha estado. Al menos el proceso de mi trabajo suele llevarme a una dimensión espiritual, o me hace pensar en algo que es anterior a mí. Tal vez los resultados no son tan obvios en ese sentido, pero mientras hago mis cosas siento que me voy encontrando con una manera de hacer muy humana y natural; experimento, exploro, voy aprendiendo.

No sé cuándo exactamente se da esa dimensión espiritual en verdad, no quiero darle una connotación mística a esto que te cuento. Estoy pensando más bien en la intuición, como quien se lanza, segura de que no tiene mucho que perder, desde la confianza que me da el sentir goce al hacer lo que estoy haciendo, procurando ser honesta conmigo misma, en fin, como todos los y las artistas que tanto admiro.

Catalina Bauer, “Pasaje con hojas”, 2022. Acuarela, 27,5 x 19 cm. Cortesía de la artista

Pero volviendo a tu pregunta, sí, creo que recurrí a las plantas y al paisaje como un posible canal para conectar en primer lugar con un lenguaje pictórico y luego, ojalá, con algo que es más trascendental. Y en ese sentido, creo que es importante mencionar que tal vez el referente natural no tiene solo que ver con lo espiritual, porque junto con todo este volver a la pintura y a revalorar la obra de muchas artistas, me fui encontrando con otras fuentes de inspiración, curiosamente casi puras mujeres, de otras disciplinas. Sin duda que el conocerlas y aprender un poco de ellas ha alimentado mi trabajo.

Durante la pandemia aproveché de investigar figuras como la bióloga Lynn Margulis y sus teorías de la evolución a partir de la simbiosis, a Donna Haraway, que por más que lo intento siempre me quedo solo con una sensación de lo que dice, pero ya eso me da algunas luces. La escritora Ursula K. Le Guin, tan aguda y con una capacidad infinita de abrir la mente, y la arqueóloga y antropóloga Marija Gimbutas y todo lo que nos reveló con su investigación de las culturas más antiguas y nuestro pasado matriarcal.

En suma, todo eso y también las conversaciones con mis colegas, amigas y amigos artistas que comparten sus ideas conmigo, son parte de la esencia de esta exposición, que me preguntabas antes.

Catalina Bauer, “Escalera”, 2022. Acuarela, 27,5 x 19 cm. Cortesía de la artista
Catalina Bauer, “Tres bultos”, 2020. Acuarela, 23 x 17 cm. Cortesía de la artista

AV: También observamos motivos, digamos, más geométricos, como en diálogo con la arquitectura o lo hecho por el humano, como la escalera, la pirámide, o el vitral. ¿Qué buscas comunicar con estos elementos?

CB: Si, de las plantas me pasé a una cosa más arquitectónica. La gaza y la acuarela son un poco difíciles de controlar, se mueven. Uno está ahí tratando de hacer algo con ellos, y de a poco le va “agarrando la mano”. Esa relación de contener y fluir, de lo natural y lo construido creo que se da en cada obra y también en el conjunto de las series, en la sucesión de las imágenes que fueron apareciendo en mis trabajos.

De pronto la nervadura de la hoja fue un vértice y las cosas se fueron cruzando. Me imagino que son contrapesos que uno busca medio consciente y a veces un poco inconscientemente.

Cuando pintaba o bordaba estaba más enfocada en resolver la composición, en la relación de la figura y el fondo, en la paleta de colores, en las fuerzas de las distintas direcciones, y ese tipo de problemáticas. Las imágenes se fueron dando en gran medida por las posibilidades que me daba cada material, sin pensar mucho, sin un boceto. Entonces, más que yo querer comunicar algo, la disposición era muy abierta a ver qué salía. Yo quería encontrarme con imágenes que no estuvieran prediseñadas en mi cabeza, a veces fallaba, a veces me sorprendía.

Catalina Bauer, “Influencia”, 2021. Video. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista

AV: Háblanos del video Influencia, de 2021. Has realizado, entre animaciones y video performance, como 15 trabajos en video. Me da curiosidad saber qué te planteabas con este último trabajo.

CB: Como te comentaba antes, es un trabajo en colaboración que comenzamos en 2019, y que hemos ido ajustando lentamente. Ese año una amiga me encargó que le hiciera unos papeles con marmoleado, una técnica que entiendo surge en Japón por el s. XV y luego se extiende por el oriente hasta llegar a Europa, y que consiste en estampar poniendo el papel o la tela en contacto con pintura o tinta oleosa que está flotando en agua. Pero yo nunca logré que me quedara bien, así que no pude cumplir con el encargo, pero seguí trabajando con óleo en el agua, de la misma manera como varios años antes yo había experimentado con alquitrán. Entonces ahora a toda esa fascinación que producen las formas y ondulaciones que se dan al mezclar aceite con agua se le sumaba el color. Yo pensaba: dan ganas de meterse adentro de la pintura. Así que de alguna manera eso es lo que intentamos hacer.

Catalina Bauer, “Lapso Reflejo”, 2023. Mural textil, 120 cm de diámetro. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista

AV: Me comentabas que algunas piezas que presentas son parte de series que has venido desarrollando en el tiempo. Pienso en, por ejemplo, Lapso Reflejo, un trabajo que consiste en un mural con lápices de colores atados a un textil tejido, con la intención de ser activado por el público… es un trabajo que has venido reeditando y presentando en nuevas versiones. ¿Cómo se vinculan las obras de esta muestra con trabajos anteriores?

CB: Si, Lapso es una serie abierta que comencé el 2008 y hasta la fecha he hecho un poco más de diez versiones, algunas de ellas son con textil, otras sólo la cuelga de lapicitos. La verdad es que Lapso no es una obra interactiva, eso ha sido siempre un problema porque el hecho de que estén los lápices ahí invita a rayar, pero no es mi intención.

AV: Siempre pensé que era interactiva, adrede…

CB: Lo que a mí me interesa de este trabajo es que, al ser tan elemental, tú lo ves e inmediatamente comprendes su lógica y haces el dibujo mentalmente. Para mí esa es suficiente interacción. Ese breve instante en el que la obra te entra por los ojos y te pasa por el cuerpo.

Cómo se vinculan estas obras con algunos de mis trabajos anteriores es una interesante pregunta, sobre todo porque yo me cambio bastante de medios, entonces a veces las conexiones entre los trabajos no son tan claras. Pero al final uno se da cuenta que siempre estás rondando sobre las mismas cosas, que van y vuelven.  

Decidí integrar algunos Lapsos en esta exposición, junto a las otras series, llamémoslas más figurativas, porque se me hacía necesario un contrapunto, algo que evoca una acción, le aporta otra dinámica a lo que puede pasar con los paños y las acuarelas que son mucho más contemplativas. Eso entre otras consideraciones.

Pero si queremos encontrar un vínculo más bien en el sentido, pienso en lo que me comentabas antes, de la dimensión espiritual o esa referencia a lo ancestral. El círculo y en particular el círculo concéntrico es una imagen que ha estado presente desde muy temprano en nuestra historia, y en tantas culturas.

Catalina Bauer, “Lapso un cuarto circular”, 2019. Mural textil, 180 cm de diámetro. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista
Catalina Bauer, “Lapso valor capital”, 2023. Mural textil, 220 cm de diámetro. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista

AV: Pero sí tienes algunas obras de carácter interactivo o participativo. Has trabajo con performance, tanto tú sola, como con otras personas. ¿Qué buscas, y que crees lograr, a través del performance, que no te brindan los otros medios con los cuales trabajas?

CB: Me interesa mucho trabajar en colaboración con otras personas; creo que las experiencias que he tenido en proyectos de participación han sido de mucho aprendizaje. Dejar entrar otras voces en tu trabajo te empuja a soltar ese afán controlador y perfeccionista que uno tiene, eso es muy liberador. Y lo performático también me interesa mucho, pero mediado por el video o el registro, o en una animación. También reconozco aspectos performáticos en otro tipo de obras, como Lapso, por ejemplo, y eso me encanta.

Cada manera de trabajar tiene lo suyo. Lo que me he dado cuenta es que estoy constantemente alternando entre proyectos que están más cercanos a la acción o la interacción con otros, y proyectos que son más comprometidos con la producción de objetos, la manipulación de los materiales, y el hacer en solitario. Me imagino que es algo relativo a la necesidad de buscar equilibrios, desplegarse y replegarse.

AV: La manipulación de materiales, claro. ¿Cuál es la importancia que tiene para ti la materialidad en lo que haces, el trabajo manual, el crochet? ¿Cómo te vinculas con los llamados ‘oficios’?

CB: La materialidad es por lo general mi punto de partida. A veces un material me atrae visual y físicamente y eso es suficiente. Otras veces me lo encuentro, puede ser algo que siempre estuvo frente a mí pero que en un momento lo miro con otros ojos porque justo conecta con lo que estoy pensando o lo que tengo ganas de hacer, y eso ya me deja embarcada en algo.

En el caso de la gaza, por ejemplo, fue la condición del viaje lo que me llevó a escoger ese material, pero después me di cuenta de que era perfecto para mí. Eso es muy lindo cuando pasa, cuando las restricciones hacen que uno encuentre nuevos caminos.

Me interesa mucho la manualidad por el ritmo que te da para trabajar, el tiempo pausado, ese espacio para soñar despierta que te comentaba al comienzo. ¿Cómo me vínculo con los oficios? Como una gran admiradora, que a veces se entusiasma y trata de aprender.

Vista de la exposición «Soñar despierta», de Catalina Bauer, en Galería 3.14, Santiago, Chile, 2023. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista
Vista de la exposición «Soñar despierta», de Catalina Bauer, en Galería 3.14, Santiago, Chile, 2023. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista
Vista de la exposición «Soñar despierta», de Catalina Bauer, en Galería 3.14, Santiago, Chile, 2023. Foto: Adam Jones. Cortesía de la artista

AV: ¿Cómo ves esto del “rescate” de las tradiciones artesanales, de lo hecho a mano, del textil, los tintes naturales, en los discursos y exposiciones de arte en la actualidad?

CB: Creo que es un tema interesante y delicado. Me surgen preguntas cuando lo planteas así respecto de quién rescata qué; se mezcla un genuino interés y valoración con la apropiación y actitudes que pueden ser un poco cínicas, tal vez sin mala intención. Yo trato de no hacer de mis intereses un discurso, y en general tiendo a sentirme muy lejana a eso.

Pero sobre este tema de las tradiciones artesanales, te puedo decir que, para mí, observar el trabajo de los artesanos es muy revelador. Creo que no solo nos enseñan una técnica, que en el caso del textil es un universo, sino que también nos ayudan a comprender que todo está integrado, y eso me conmueve y me hace mucho sentido.

Sobre los tintes naturales, quisiera aclarar que lo que yo experimenté fue bien superficial; hay personas que realmente estudian y desarrollan un conocimiento de esto, cosa que admiro profundamente. Yo aluciné con el hecho de poder pintar con las aguas que salían de la cocción de las verduras o del remojo de los porotos.


La muestra Soñar despierta, de Catalina Bauer, se podrá ver hasta el 3 de septiembre en Galería 3.14, Santa Rosa 2260, 2° Piso, Barrio Franklin, Santiago de Chile.

La artista agradece al equipo de Galería 3.14, a sus hijitas Delia y Lucía por la ayuda en el montaje, a Adam por su constante apoyo y soporte técnico. A Juan Carlos Muñoz Bravo por todo su trabajo y expertisse montando. Y a todas y todos quienes visitaron y compartieron fotos de la muestra.

Alejandra Villasmil

Nace en Maracaibo (Venezuela) en 1972. Es directora y fundadora de Artishock, revista online especializada en arte contemporáneo. Licenciada en Comunicación Social, mención audiovisual, por la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas), con formación libre en arte contemporáneo (teoría y práctica) en Hunter College, School of Visual Arts y The Art Students League, Nueva York. Es editora y traductora inglés/español de contenidos sobre arte, trabaja en campañas de difusión y escribe regularmente para publicaciones, galerías y artistas de América Latina y El Caribe.

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