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CYNTHIA GUTIÉRREZ: HABITAR EL COLAPSO

Por Víctor Palacios | Curador

“Cómo habitar la tierra hoy es nuestro mayor desafío…”

Bruno Latour

El trabajo artístico de Cynthia Gutiérrez (Guadalajara, Jalisco, 1978) genera profundas resonancias con esta simple pero categórica aseveración que el filósofo y antropólogo de la ciencia escribe en su más reciente libro titulado Dónde aterrizar. Cómo orientarse en política (2019). En relación con ello, Gutiérrez cuestiona las estructuras de poder y paradigmas culturales que -si bien en crisis- continúan sustentando a los Estados contemporáneos. Es decir, la noción de historia oficial, de territorio e identidad nacional, de patrimonio cultural, de las bellas artes y su presencia en espacios públicos, de tradición artesanal, de crecimiento económico y progreso, de conciencia ecológica, entre otros. Dicho de otro modo y en forma de pregunta: ¿Cómo habitar el colapso? No aquel que solemos imaginar a futuro sino éste que tenemos hoy frente a nosotros y del que somos partícipes.

El presente ejercicio expositivo tiene como premisa revisar algunas de las vías que esta artista ha encontrado para enfrentar dicho entramado desde las poéticas y marcos conceptuales del arte contemporáneo. Sus obras entretejen aproximaciones críticas hacia nociones o elementos tales como el monumento escultórico, en tanto herramienta clave de las narrativas oficiales; el uso del pedestal como representación simbólica del poder y como elemento legitimador de las bellas artes; la transmisión de conocimientos artesanales y de distintas tradiciones o costumbres populares; los vínculos entre la ecología, el decrecentismo y el objeto artístico; los engranajes institucionales detrás de la categoría de patrimonio cultural, la memoria colectiva o el estandarte unificador. Incluido, claro está, el propio museo en tanto organización que materializa la historia oficial y el debacle de sus convicciones.

Vista de la exposición “Habitar el colapso”, de Cynthia Gutiérrez, en el MACG, Ciudad de México, 2022-2023. Foto cortesía del museo

Asimismo, su quehacer pone en diálogo elementos propios de la naturaleza (rocas, tierra, arcilla, pigmentos, fibras) y los objetos o artefactos que el ser humano produce tras la manipulación y manufactura de los mismos, ya bien con un objetivo utilitario o con un fin de carácter simbólico u ornamental.

Dicha conjunción en constante tensión entre lo que comúnmente se entiende y divide entre lo natural y lo artificial lo permanente y lo mutante, es aquello que otorga a su obra un nicho propio, un postulado estético que incita al intercambio, al trueque de intersticios y estratos entre la materia inerte, el oficio o suma de conocimientos que implica su transformación –en mera cosa o vestigio cultural– y las múltiples implicaciones sociopolíticas, antropológicas y cognitivas que este ancestral acontecimiento lleva implícito.

Dilema ontológico, filosófico e incluso tecnológico que, en pleno derrumbe de supuestas certezas, Gutiérrez elude asumir como un estado de pesimismo y rendimiento sino enarbolarlo como una pulsión capaz de suscitar aquello que el teórico Timothy Morton describe como uno de los aspectos clave del arte contemporáneo: imaginar y poner en marcha insospechadas formas de habitar el espacio social, indisociable de la Naturaleza.

Esta exposición reúne un conjunto de obras realizas en distintos momentos de la trayectoria de esta artista y, asimismo, una serie de piezas concebidas ex profeso para la presentación inicial de esta muestra en el emblemático Museo Cabañas de Guadalajara. Si bien la exposición se adapta ahora a las características arquitectónicas del Museo de Arte Carrillo Gil, mantiene la esencia incisiva que ha marcado su trabajo estético.