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KAREN LAMASSONNE: RUIDO / NOISE

El Instituto de Arte Contemporáneo KW (Berlín) presenta Ruido / Noise, la primera exposición internacional dedicada al trabajo de la artista colombiana-estadounidense Karen Lamassonne (Nueva York, 1954), una figura central dentro de la escena de las artes y el cine en la Colombia de los años 70 y 80, dominada en aquel entonces por hombres.

La muestra reúne obras que van desde los inicios de su carrera hasta la actualidad, en las que se aprecia su compromiso radical e inextinguible por exaltar a la mujer como sujeto deseante, sea a través de autorretratos o la representación de situaciones eróticas en espacios públicos e íntimos.

En las composiciones de muchas de sus pinturas, fotografías, collages y videos se observan habitaciones o baños cubiertos de azulejos habitados por fragmentos de un cuerpo femenino no identificable, así como puentes, parques y otros parajes del paisaje sociocultural donde tienen lugar encuentros furtivos (La venida de la ceiba, 1989).

Karen Lamassone, Ruido I (Noise I), 1984. Acrílico sobre papel, 74 x 106 cm. © Karen Lamassonne
Karen Lamassone, Biblioteca, rue des vinaigriers, 1978, acuarela, 76 x 56 cm © Karen Lamassonne
Karen Lamassonne, de izq a der: Paisaje, 1975. Aerógrafo sobre lienzo. Cortesía de Adriana Galimberti y Bernardo Olarte | Sendero, 1974. Lápiz de color sobre papel | Conchas (Orejas), 1974. Lápiz de color sobre papel | Leggy, 1974. Lápiz de color sobre papel. Cortesía de Andrés Matute Echeverri | Vuelo, 1974. Lápiz de color sobre papel. Cortesía: Swiss Institute, NY

Las obras más tempranas en exhibición corresponden a dibujos a lápiz y pinturas hechas con aerógrafo que incorporan temas y motivos con los que Lamassonne continuaría trabajando a lo largo de su carrera. En ellos se obervan partes del cuerpo que encarnan atributos de otros organismos: un par de manos que forman un pájaro [Vuelo (1974)], orejas que parecen crecer como hortalizas en la tierra [Conchas, del mismo año].

En la serie de acuarelas titulada Baños (1978 – 1981), parte de los primeros trabajos de la artista, se aprecia a una mujer desnuda en un baño embaldosado, rodeada por una atmósfera de fría privacidad. Lamassonne ha descrito estas pinturas como autorretratos, aunque por lo general la figura no sea más que un cuerpo sin nombre, únicamente mostrando de sus hombros hacia abajo o dando la espalda al público, posando en inodoros y bidés, duchas y tinas. Pese a la delicadeza de las aguadas, existe algo de naturalidad en las pinturas.

Estas obras causaron cierto revuelo cuando fueron exhibidas en 1979 en la Galería del Club de Ejecutivos de Cali. La exhibición tuvo que ser clausurada antes de tiempo luego de que algunos de los “ejecutivos”, hombres que usaban la sala para conferencias y reuniones, se sintieran incómodos con tales “obscenidades” a la vista. Dado que las pinturas estaban lejos de ser tan obscenas como otras obras canónicas de la historia del arte, es mucho más probable que las asociaciones implícitas entre los cuerpos femeninos y los accesorios de baño fueran la verdadera causa de la incomodidad de los ejecutivos. En el limbo entre lo sucio y lo prístino, las figuras significaron una amenaza que rápidamente fue contenida en nombre del decoro femenino.

Serie «Baños» (1978-1981). Vista de la exposición «Karen Lamassonne: Ruido / Noise», en el KW Institute for Contemporary Art, Berlín, 2023. Foto: Frank Sperlin
Karen Lamassonne. Baño azul, 1979. De la serie Baños, acuarela, 76 x 56 cm © Karen Lamassonne

Muchas de las pinturas de Lamassonne de este período incluyen espacios domésticos cargados de cierta subjetividad. Los patrones en las baldosas de los baños, el papel tapiz, el mobiliario, los libreros, los lavabos sucios, los hornos e inodoros se vuelven planos y pictóricos, creando una sensación de naturaleza muerta como extensión de la propia artista. Cuando Lamassonne se incluye a sí misma en estas imaginativas escenas de interiores, su cuerpo se mimetiza con el ambiente, entrando en su continuidad. Este efecto es particularmente aparente cuando hay espejos en la escena que arrojan múltiples reflexiones a través de la pintura.

Además de pinturas, Lamassonne también ha creado numerosos autorretratos fotográficos, recuperando algunos de los motivos presentes en sus primeras pinturas, tal como el cuerpo en el cuarto de baño. Varias de estas fotografías tienen un toque cómico: una mujer mete medio cuerpo en el refrigerador, o la artista cubre sus senos con dos rebanadas de sandía.

Karen Lamassonne, Nel foro, 1978, fotografía © Karen Lamassonne

Su interés por los autorretratos sigue vigente a través de distintos medios en Ruido / Noise, una instalación montada aquí por primera vez desde que la idea fue propuesta por Lamassonne en 1984. Esta instalación cuenta con pantallas de televisión que iluminan las pinturas a su alrededor, cada una de ellas mostrando una parte del cuerpo iluminada por la estática de los televisores. Una de las pantallas reproduce el video de un invierno solitario que la artista vivió en sus años en Nueva York. Siguiendo con su interés en los espacios públicos e íntimos, Lamassonne filmó su cuerpo en una gran variedad de ambientes y temperaturas, como la ciudad nevada.

Karen Lamassone, Ruido (Noise), 1984-2021. Cinco pinturas en acrílico sobre papel, cinco monitores con video VHS de ½ pulgada convertido a digital, color y sonido, 12:40 min.. Cortesía: Swiss Intitute
Karen Lamassone, Ruido (Noise), 1984-2021. Cinco pinturas en acrílico sobre papel, cinco monitores con video VHS de ½ pulgada convertido a digital, color y sonido, 12:40 min. Foto: Frank Sperling

Durante los años 70, Cali fue el hogar de una vibrante escena cinematográfica que se podía sentir alrededor de lugares como el Cine Club de Cali, fundado en el año 1969 por el escritor Andrés Caicedo, un afamado joven novelista que luego cofundó y dirigió la revista Ojo al cine (1974 – 1976). Lamassonne formó parte del grupo de artistas y cineastas conocidos como el “Grupo de Cali”, comúnmente asociado con los directores Luis Ospina y Carlos Mayolo, quienes hicieron su primera película durante los Juegos Panamericanos en Cali en el año 1971, y trabajaron juntos en Agarrando pueblo, de 1977.

Este grupo muchas veces empleó géneros populares del cine B -películas de crimen y terror- para crear alegorías políticas que se mofaban del cine colombiano mainstream. Lamassonne fue pareja de Ospina por muchos años y tuvieron una estrecha relación dentro del Grupo, ella como editora, directora de arte y actriz. Editó y actuó en Carne de tu carne (1983), e hizo el storyboard (guion gráfico) y la dirección artística de Pura sangre (1982), película en la que también trabajó como asistente de dirección y de edición. En esta exhibición se muestran algunas escenas del storyboard de Pura sangre, un thriller de horror centrado en un magnate azucarero que sobrevive a costa de la sangre fresca de sus víctimas.

Karen Lamassone, de izq a der: Sueño húmedo, 1987. Foto con crayón | Sueño húmedo I, 1987. Foto con crayón | Sueño húmedo VI, 1987. Foto con crayón. Vista de la exposición en el Swiss Institute, NY. Cortesía de la artista e Instituto de Visión, Bogotá.

Karen Lamassone, Sueño húmedo III, 1987. Fotografía con crayón, 28 x 36 cm © Karen Lamassonne

Tras su experiencia en cine, Lamassonne comenzó a realizar series fotográficas con secuencias narrativas centradas en cuerpos anónimos en escenarios traviesos, sensuales o ambivalentes. En la serie Sueños húmedos (1987), la artista destaca elementos de las imágenes con crayones, sugiriendo la presencia de calor o energía emanando de las figuras. Como en muchas de sus primeras pinturas, piernas anónimas sustituyen a un cuerpo completo, enredadas con otras o solo reposando en el suelo.

La profunda influencia que tuvo la filmografía en el arte de Lamassonne es notoria en sus ‘pinturas cinematográficas’. Entre ellas se encuentra la serie Cali (1989), en la que vemos parejas de amantes gigantes opacando el estridente paisaje urbano en escenas que recuerdan a la película El ataque de la mujer de 50 pies (1958). Esta conocida asociación cultural pop, así como la paleta y la escala de las pinturas, reflejan el uso de los tropos de las películas B del cine de Caliwood y evocan las primeras obras de la artista, en donde predominaban cuerpos a escala del paisaje. Las pinturas representan, generalmente, a la ciudad Cali, que se vio sometida a un gran proyecto de urbanización de cara a los Juegos Panamericanos de 1971. Este proceso dio paso a nuevas formas de navegar y buscar placer de forma anónima en la ciudad.

Karen Lamassonne, La Venida de la Ceiba, 1989, acrílico sobre papel, 74 x 106 cm © Karen Lamassonne
Karen Lamassonne, de izq a der: Los Alférez Real, 1989. Acrílico sobre papel. Cortesía: Andrés Matute Echeverri e Ignacio Goñi | Sobre Isaacs, 1989. Acrílico sobre papel. Cortesía de Rick Gell | Ventana Indiscreta, 1989. Acrílico sobre papel. Cortesía de la artista e Instituto de Visión. Foto: Swiss Institute
Vista de la exposición «Karen Lamassonne: Ruido / Noise», en el KW Institute for Contemporary Art, Berlín, 2023. Foto: Frank Sperlin

En los últimos años, Lamassonne ha estado trabajando en su archivo. Tras la muerte de su compañero de años Luis Ospina, en 2019, la artista comenzó a revisar su colección de postales y, durante la cuarentena de 2020, las insertó en dibujos que tomaron sorprendentes direcciones surrealistas. De igual forma, empezó a crear dibujos y esculturas de manos «peludas» o «monstruosas». Estas últimas hacen pensar en la utilería o el vestuario de las películas en las que Lamassonne pudo haber trabajado en su pasado, pero también se conectan con los mitos de espíritus monstruosos de las zonas rurales colombianas, como la Madremonte o la Patasola.

Traducido por Sofía Garrido

Versionado a partir del texto curatorial de Krist Gruijthuijsen


Ruido / Noise se podrá ver hasta el 14 de mayo de 2023 en el Instituto de Arte Contemporáneo KW, Berlín. Es curada por Krist Gruijthuijsen y organizada en conjunto con el Swiss Institute en Nueva York (donde se presentó hasta el 8 de enero pasado), el Instituto de Arte Contemporáneo KW en Berlín y el Museo de Arte Moderno de Medellín.

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