INSTRUCCIONES DESDE LA LUZ. PRECUELA, DE EDUARDO BASUALDO

Por Martin Craciun | Curador

«Si me pierdo, mala suerte, la noche tendrá razón», cantan Los Olimareños, el reconocido dúo de música popular uruguaya, sobre un texto escrito por Rubén Lena (Uruguay, 1925-1995). «Que la noche sea muy negra / no es dificultad mayor, / llevando firme la rienda / y al tino por rumbeador»,¹ , prosigue la prosa de la canción del escritor y compositor uruguayo, que buscó desde su Treinta y Tres natal desmarcarse de la tradición y el nativismo.

Precuela es la primera exposición individual de Eduardo Basualdo (Buenos Aires, 1977) en Uruguay. Su título oficiade puerta de entrada a un universo aún por descifrar. Basualdo trabaja sobre el vértigo de una cronología rota, crea en un juego de tiempos y presencias en la precuela de una historia que no conocemos, en el origen de algo no nombrado, no manifestado y, sobre todo, no mostrado.

Múltiples esculturas articulan el espacio y dan tono a Precuela, su actual proyecto para walden naturae. Una sensación luminosa inunda la sala, pero, en efecto, todo es bastante oscuro. La luz es un medio para lograr ver la oscuridad con nuestros ojos.

Goethe consideraba que la oscuridad es un ingrediente activo, vibrante, hasta luminoso, se podría decir. El color en sí mismo es un grado de oscuridad -escribió-² y sugirió que hay un mundo latente de fenómenos, los percibamos o no, que surgen de la interacción dinámica de la luz y la oscuridad.

Precuela funciona como un jardín de la imaginación compartida entre el artista y el visitante;una suerte de juego en escena, un ensamble, una exposición que podría ser muchas pero que se define en el acto donde efectivamente sucede. Nos ofrece la oportunidad de ahondar en los mundos personales de Basualdo, mientras nos propone un sistema radical para producir arte como conocimiento sensible. Para ello, se ha orquestado una celebración de la investigación artística y la experimentación en su estado más visceral. Aquí la energía desplegada por Basualdo en el espacio está en permanente transformación; logra deshacerse de los surcos repetitivos para abrirse camino y andar.

Fundadas en la naturaleza de la representación, estas obras abrazan poéticas y ensayan ideas sobre cuestiones que emergen y aparecen de forma recurrente. Son formas germinales, en estado de latencia, que condensan su potencia narrativa como formas embrionarias. Un mundo de entes y seres conforma una máquina simbólica en funcionamiento en el momento anterior a la formación de un cuerpo. Perseguir la pregunta sea quizás una estrategia pertinente para abrazar este universo.

La instalación funciona como una puesta en escena. Los dibujos de Basualdo se pueden entender como discursos paralelos en diálogo constante con las esculturas y obras tridimensionales. El guion y la dramaturgia parecen estar resolviéndose al mismo momento que sucede la obra, una autopsia de la que el forense también era cadáver y pide volver la mirada hacia sus profundidades.

Bella u horrible será quizás la forma de esta ilusión viviente. Oscura y luminosa, Precuela sugiere el costo de crear mientras se lucha contra los demonios personales e intenta poner a la creatividad en el centro de las preocupaciones.

Hay una especie de fatalismo casi disfrutable en todo esto: una melancolía atmosférica inunda los dibujos. En ellos, nada existe realmente por separado, ¿o sí? Las diferentes escenas pueden ser leídas como partes de un todo, que se entrelazan, que buscan ir más allá del raciocinio. Basualdo dibuja incesantemente y proyecta su trabajo como una manera de mirar las cosas (he aquí al artista lanzado a la creación en su forma más pura y experimental). Busca alimentar el imaginario y permitirse mirar desde otras perspectivas. Cierta intención domina sus dibujos, una sensación de extrañeza o lo que puede ser la pesadez de un pensamiento concentrado del que intentamos extraer un sentido, quizás una verdad. La referencia a la caverna es recurrente y sistemática en el trabajo de Basualdo^3. Con frecuencia nos encontramos ante grandes piedras o formas cavernosas. Aquí la caverna se ha vuelto plana, ha quedado abierta y suspendida en su transformación. Una ficción compuesta de materia y energía.

Las formas dejan entrever sus estructuras, cual esqueletos que desarman el artificio del simulacro. Es el espectáculo de una escena que se ilumina y se llena de misterio. La obra mantiene el interés latente en lugar de morir en el presente.

Precuela desafía la unidimensionalidad estética e ideológica en un ejercicio que puede ser tantopoético como formal. Arroja luz sobre lo no dicho. Busca usar la imaginación artística como una manera de mantener el conocimiento en su máximo nivel de complejidad y completitud. En Precuela se abren las vísceras de un mundo para contar algo nuevo que no existió antes o que no podríamos imaginar.

Hoy resulta casi una provocación mostrar un poco de perspectiva o incertidumbre. Vemos que nada es fijo y que, al mismo tiempo, las cosas son y no son, y están o no están. Eduardo Basualdo y Precuela nos hacen una promesa: no es solamente una suerte de visión personal a la que se invita al público. La promesa del arte podríamos decir que ha sido siempre inventar un futuro, individual, pero también social y colectivo. He aquí la de un arte que siente, conmueve e inquieta.

La duda es un homenaje tributado a la esperanza

Isidore Lucien Ducasse (Conde de Lautréamont)

Montevideo 4 de abril de 1846 – París, 24 de noviembre de 1870

[1] «Del templao», Ruben Lena. En el álbum Cantar Opinando, Los Olimareños, Orfeo, 1972.

[2] Johann Wolfgang von Goethe, Zur Farbenlehre, 1810, Tübingen: J.G. Cotta’schen Buchhandlung.

[3] Ver Pupila, Museo Moderno, Buenos Aires, 2022; Teoría (La cabeza de Goliat) en el Palais de Tokyo, París, 2014; The end of ending, PSM, Berlín 2012, etc.

Precuela, de Eduardo Basualdo, se presenta del 18 de febrero al 26 de marzo de 2023 en walden naturae, Los Cerrillos c/ Pasaje El Faro, Pueblo Garzón, Maldonado, Uruguay