LA PERFORMATIVIDAD DE LA NATURALEZA. DE EDUARDO KAC AL BIOARTE EN ECUADOR
Tenemos conocimiento acerca de la historia del arte mundial, el surgimiento de las vanguardias y demás fenómenos que han transcurrido en el tiempo y que han influenciado la aparición de artistas que han marcado períodos en la historia. En Latinoamérica, desde los años 80 del siglo pasado han surgido artistas que han trabajado sobre temas como la liberación del cuerpo a través del performance y su vinculación con la naturaleza y la tecnología. Un artista que es considerado como precursor en estos temas es Eduardo Kac (Brasil, 1962).
Definido como artista transgénico por algunos medios de comunicación y notas de prensa, es pionero del bioarte en Latinoamérica, y ha incurrido en el arte transgénico fusionando la tecnología, la biotecnología, el performance y el arte. El artista indaga al sujeto en una era post digital para cuestionar su evolución, memoria y el ejercicio de la creación desde el punto de vista artístico y ontológico.
En mi país, Ecuador, se han desarrollado en los últimos años propuestas enmarcadas en las corrientes performativa y bio artística. Considero relevante analizar de qué manera la obra de Eduardo Kac ha influido en el surgimiento del bioarte en Ecuador. Es imprescindible hablar de la obra de este gran referente para poder analizar propuestas artísticas y fenómenos de cruzamiento entre arte y ciencia en el medio local. No podríamos hablar de BioArte en Ecuador sin mencionar la influencia de Kac sobre el trabajo de artistas, investigadores y colectivos que investigan esta vanguardia.
La obra de Kac es analizada a partir las siguientes líneas investigativas: performatividad, tecnología y naturaleza. Para este fin, seleccioné tres obras que ilustran y dan a entender la relación entre estos tres temas importantes en su ejercicio artístico, y que influencian el trabajo de artistas locales. Estas tres obras han sido escogidas en base a algunas investigaciones, notas de prensa y menciones realizadas en torno a ellas. Y también por ser consideradas por la opinión pública como las más relevantes de su carrera.
Empezaremos con la obra GFP Bunny (2000), una coneja llamada Alba la cual fue sometida a hibridación transgénica con una proteína que poseen las medusas para generar un brillo fluorescente en su piel. Esta obra se hizo mundialmente famosa, ya que fue la primera realizada bajo el concepto de arte transgénico y que cuestionó la ética del mundo científico. La existencia de esta obra empezó a darle al arte una posibilidad de creación en diálogo con la biotecnología y permitió el abordaje de discusiones enmarcadas en la transdisciplinariedad como método de creación. “Alba es una coneja albina. Bajo la luz normal es blanca y tiene los ojos rosados. Cuando se la ilumina con luz azul (la máxima excitación a 488 nm), brilla con un color verde intenso (emisión máxima a 509 nm)” (Slawson 2000).
Génesis es otra de las obras relevantes de Kac. Creada en 1998, conecta elementos de la inteligencia artificial, la biología y el lenguaje tecnológico como principio dialógico. Fue comisionada por Ars Electronica 99 y presentada online en O.K. Center for Contemporary Art en Linz, del 4 al 19 de septiembre de 1999.
Según Kac, esta obra propuso la creación de un «gen artístico” inventado por él, que “no existe en la naturaleza” (Kac 2000). Fue creado traduciendo una frase del libro bíblico del Génesis en código Morse, y convirtiendo el código Morse en una base de pares de ADN siguiendo un principio de conversión especialmente desarrollado para este trabajo. Kac menciona que esta obra es una forma de explorar cómo los procesos biológicos pueden llegar a ser escritos y programados de la misma manera como lo hacen las computadoras al procesar datos digitales.
Edunia es un proyecto biotecnológico y artístico creado entre el 2003 y el 2008 para establecer una fusión entre el cuerpo del artista y una flor de petunia. Este ser vivo es creado a partir del ADN del autor, que se representa en las venas rojas de la flor. Esta “plantanimal”, como la llama el artista, representa un impulso para cuestionarse acerca de las interacciones entre cuerpos humanos y no humanos, enfrentándonos a asuntos sobre la comunicación, la mediación y la responsabilidad (Avena Navarro s. f.). Esta relación con la naturaleza que produce la obra de Kac nos ofrece la posibilidad de intervenir el espacio que habitamos a través de la tecnología para la creación de hibridaciones que nos puedan llevar a establecer relaciones afectivas e incluso familiares con la naturaleza.
Analizaremos estas tres obras de Kac y tres obras de artistas ecuatorianos como acontecimientos en la historia del arte latinoamericano que nos puedan llevar a comprender los contextos sociopolíticos y artísticos en los cuales fueron creadas y que permitieron el surgimiento del bioarte en Ecuador. Este tipo de análisis es fundamental para el desarrollo de una propuesta curatorial y artística personal en referencia a su trabajo y como el origen de una metodología que hibrida estas dos disciplinas, abriendo cabida al debate en Ecuador acerca de la bioética y el aspecto lúdico-estético propio del arte contemporáneo. Y, sin duda, el debate de la crisis ecológica actual, de la cual Latinoamérica es un territorio en cuestión.
La obra de Kac nos puede llevar a establecer lineamientos críticos y filosóficos de una manera más profunda y arraigada respecto al discurso tecnologicista del poder, y que se argumenta en base al arte y la tecnología para hacernos llegar mensajes acerca del entorno en el que vivimos, la conservación de la naturaleza y el impacto del desarrollo tecnológico de los últimos años. En el centro de esta investigación se encuentran como postulados principales los derechos de los cuerpos de naturaleza, cuerpos de agua y cuerpos de bosque, por ejemplo, que pueden ser hibridados con el ser humano, llevándonos auna profunda reflexión acerca de su existencia como entidades de nuestro cotidiano vivir, parte de nuestras familias y de nuestro entorno social.
Me pregunto entonces: ¿De qué manera la obra de Eduardo Kac ha impactado e influenciado el trabajo de artistas ecuatorianos en torno al tema del bioceno?
La obra de arte como activador social de cuestionamientos ontológicos, e incluso como reflejo de una época, es un medio por el cual podemos activar mecanismos de reflexión para el entendimiento y creación de futuras curadurías arraigadas a un archivo o historia. La historia del arte se escribe y se sobrescribe con el pasar del tiempo, y sabemos que hay obras que han influenciado a artistas por décadas.
En Latinoamérica el bioarte es un fenómeno que está directamente relacionado con conceptos del bioceno en el continente sudamericano. La aparición de estudios en biotecnología y medicina avanzada, entre otras ciencias que vinculan el quehacer tecnológico, es un fenómeno que está profundamente relacionado con la necesidad de hablar desde otros lados que no sean el lado humano. Salir del antropocentrismo en el arte es una tarea fundamental en nuestros tiempos, especialmente por la emergencia climática planetaria que vivimos actualmente.
La curadora Karin Ohlenschläger es una de las autoras que ha podido referenciar el trabajo de Kac desde su texto Eduardo Kac y la interacción: una nueva ecología de lo híbrido, en el cual hace referencia al vínculo que existe entre arte y naturaleza cuando es atravesado por el discurso “ecológico y tecnocientífico”. Esta relación dialéctica entre estos dos discursos puede ayudarnos a comprender el origen de dos posturas antagónicas respecto al arte y la naturaleza. Con relación a este postulado, Ohlenschläger define esta relación a partir de la concepción de que la corriente tecnocientífica mantiene una relación patriarcal, al jerarquizar la relación humano-naturaleza. Mientras que la perspectiva ecológica busca la horizontalidad del discurso, manteniendo una concepción de paridad global entre ambos. (Ohlenschläger en Martínez 2014, 4)
Por otro lado, en la compilación Estética, ciencia y tecnología: creaciones electrónicas y numéricas de Iliana Hernández García, el académico Eduardo de Jesús planteaun análisis sobre la obra de Kac en relación con la hibridación cuerpo-máquina. Esta hibridación puede ser útil para entender los procesos que ha usado el artista para el desarrollo de su obra. “La idea central de Kac es justamente confrontar los dos tipos de memoria: la memoria del artista, venida de su herencia genética e histórico-cultural (representada analógicamente por la fotografía), y la inserción de memorias numéricas “artificiales”, almacenadas en dispositivos técnicos. (Eduardo de Jesús citado en Hernández García 2005, 145).
Desde un punto de vista crítico, Ángel Kalenberg establece algunas preguntas importantes sobre el tema. El autor menciona que “el artista como demiurgo […] crea obras de arte… ¿también vida?, ¿también cuerpos? ¿podrá mutar seres humanos? ¿quién le confiere el derecho a hacerlo? Entonces ¿hay límites a su creatividad? Y en tal caso, ¿cuáles son?, ¿quién los instituye?” (Kalenberg 2011, 10). Todas estas preguntas son parte de un debate social acerca de la ética del arte, de sus alcances y limitaciones.
Las prácticas artísticas relacionadas con la biotecnología son parte fundamental de este análisis. Es importante cuestionarnos los procedimientos y metodologías que usa el arte contemporáneo para este fin. Los métodos artísticos no deberían enmarcarse solamente en los procedimientos sino también en su conceptualización, y el bioarte está directamente relacionado con este debate. Coincidimos con la postura crítica de la doctora Laura Benítez Valero quien, en referencia a la obra de Eduardo Kac, menciona que el artista “considera pertinente distinguir entre los artistas que trabajan con las biotecnologías como tema central y los que trabajan con las biotecnologías como medio y concepto, concibiendo a estos últimos como Bioartistas y remarcando que el Bioarte es un arte 1in vivo” (Benítez Valero 2013, 11).
Eduardo Kac es un punto de partida para esta reflexión en torno a temas que involucran al bios, llámese naturaleza o cuerpo de naturaleza con el ser humano, así como sobre temas ambientales. Considero que estos son temas urgentes que es necesario abordar dentro de la historia del arte mundial y, sobre todo, latinoamericano, y que necesitamos de forma emergente activar mecanismos de generación de conciencia en torno al ejercicio del arte en estos ámbitos.
La biotecnología ha demostrado que es posible realizar cambios; ahora existen hongos que se alimentan y sintetizan residuos de petróleo y que son capaces de limpiar lagos enteros. “La capacidad de los hongos para transformar una gran variedad de compuestos orgánicos y llevarlos hasta CO2 y H20 ofrece un potencial indiscutible para su utilización en procesos de tratamiento de contaminaciones” (Moreno, Becerra, y Santos 2004, 116).
Sabemos que este tipo de tecnologías no solamente ha incursionado de forma vanguardista en el mundo del arte, sino que son soluciones reales a problemas reales de nuestro ethos post-digital y post-humanista. Si bien es cierto que este tipo de biotecnologías ya existen como procesos biorremediativos, esto muchas veces puede ser leído de forma contraproducente, y en vez de contribuir con una conciencia medioambiental es posible que genere, por lo contrario, una menor preocupación por los procesos de reciclaje y reducción del uso de productos que generan residuos tóxicos.
En relación con Ecuador, hemos tenido varios procesos de investigación en las artes que nos han llevado a reflexionar acerca de los temas medioambientales. Mencionaré trabajos de tres artistas que estimo relevantes y que han enmarcado su trabajo en la investigación biotecnológica: Paúl Rosero, Cristina Muñoz y Oscar Santillán. Estos artistas se han enfocado especialmente en el aspecto investigativo de la acción del reino fungi en procesos de biorremediación en la selva amazónica, los biomateriales y la inteligencia artificial en relación con el bosque amazónico, respectivamente. Estos artistas no solamente han ejercido discursos enmarcados en el arte contemporáneo, sino que han logrado vincular su trabajo con un verdadero compromiso activista. A través de ensayos de laboratorio, investigaciones de campo, exposiciones, libros, catálogos y demás productos artísticos. Estos artistas ecuatorianos han logrado ejercer una voz propia como una voz que habla desde la naturaleza.
Desde el punto de vista científico, hago referencia a algunos hallazgos enmarcados en procesos de biorremediación realizados en la selva amazónica del Ecuador, con lo cual podremos entender de qué manera los procesos biotecnológicos han sido parte importante en los debates sobre el arte contemporáneo y ecología en Ecuador. No podemos hablar de bioarte sin considerar los procedimientos reales en territorio, los cuales son congruentes con una ética ecológica.
En nuestro país ponemos atención a los hallazgos enmarcados en el trabajo del laboratorio de biotecnología D Lab de la Universidad San Francisco de Quito, desde el cual circulan varios trabajos hacia espacios artísticos, incluidos propuestas artísticas, proyectos investigativos, artículos académicos y productos, realizados por los investigadores de este espacio: Paúl Rosero con su obra El pensamiento de las plantas y Cristina Muñoz con su obra Agujeros negros. Abordo aquí también elproyecto internacional Treelemma del artista ecuatoriano Oscar Santillán en colaboración con otros artistas internacionales.
El pensamiento de las plantas, de Paúl Rosero, establece sin duda una oportunidad dereflexión en torno a aquellos procesos de biorremediación que consideramos importantes al momento de hablar de activismo ecológico y performatividad de la naturaleza. Asimismo, Treelemma es una propuesta dialógica acerca del antropoceno y el bioceno que nos cuestiona acerca de esos procesos irreversibles que se dan en el contexto del poder que ejercemos sobre la naturaleza como humanidad.
En estas obras vemos claramente la activación de la performatividad; es la misma naturaleza la que es intervenida, reinventada e invitada a ser parte de una relación afectiva y poética con el ser humano. Creo que estas obras no dialogan solamente desde el punto de vista de la utilidad de la naturaleza, un pensamiento arraigado en la era industrial, sino que son propuestas arraigadas ya en una era post-humanista y post-digital sostenida en el intercambio constante de información y vinculación directa entre humano, tecnología y naturaleza. Podemos pensar que este tipo de vinculación obedece a una perspectiva cyborg, en la cual los seres humanos, naturaleza y tecnología mantenemos una relación cotidiana.
Dentro de los hallazgos que son parte de esta investigación, vemos con claridad que las obras seleccionadas obedecen a una lógica contemporánea. Una lógica que ya no responde a un derroche de recursos provenientes de residuos fósiles, sino que está sostenida en la reflexión sobre la acción que puede performar el ser humano con la misma, para sí y en relación con ella.
En su investigación sobre biomateriales, la artista Cristina Muñoz cree importante pensar en la creación de estas posibilidades; sin embargo, ella y sus colegas mencionan que:
El proceso de re imaginar escenarios futuros plausibles a través de los biomateriales plantea más preguntas que respuestas La agencia de los materiales abre nuevas posibilidades de interacción con los residuos y la forma en que compramos y consumimos «cosas». Los prototipos que creamos no se inspiran en escenarios distópicos, sino en posibles interacciones en un futuro incierto (Muñoz, Quiña, y Barreto 2020)2
La performatividad de la naturaleza no solamente opera en una línea investigativa que atraviesa a las obras analizadas. También veo claramente a Eduardo Kac como un referente importante para la obra de estos tres artistas ecuatorianos. Los primeros hallazgos sobre biotecnología aparecieron recién alrededor de los años 2000 en Ecuador, época en la que fue creada GFP Bunny de Kac, ejerciendo una gran influencia sobre arte y biotecnología en toda la región, especialmente en América del Sur.
Este análisis también ha ayudado a comprender de manera más amplia lo que Foucault llamó la biopolítica. Creo que los procesos de bioarte están realmente sostenidos en una filosofía biopolítica que, basada en procesos científicos, apoya la discusión en torno a la acción y poder que ejerce el ser humano sobre la naturaleza y viceversa. Este tipo de debate lo podemos ampliar de forma significativa estableciendo, ya no un análisis desde el ejercicio del poder del ser humano sobre el mundo que lo rodea, sino desde perspectivas post-humanistas sostenidas en la creación de relaciones afectivas y horizontales con la naturaleza.3
El presente post humanista en el que vivimos nos lleva a un cuestionamiento acerca de la biopolítica en nuestro diario vivir, de aquello que consumimos y no consumimos. Nos lleva además a cuestionarnos la forma en que la humanidad sostenida en combustibles fósiles nos está llevando a un proceso irreversible, pero también nos confronta con el reto de crear nuevos artilugios tecnológicos que sean capaces de remediar este tipo de procesos contaminantes.
Sobre lo que planteaba la artista Cristina Muñoz acerca de los posibles futuros, creo que la activación de nuevas tecnologías para un futuro en el cual se pueda conservar el medio ambiente ya está en funcionamiento, solo que aun no de forma masiva. Los biomateriales serían sin duda una alternativa para la creación de textiles que sean realmente biodegradables. Una propuesta para un posible futuro.
A nivel macro, las políticas públicas de cada país son responsables de llevar a cabo este tipo de procesos ambientales. No solamente en la prevención de la debacle mundial climática, sino en una modificación real y concreta del modo en el que vivimos. Creo que un cambio de consciencia es importante, pero también lo es la creación de propuestas alternativas masivas de modus vivendi con las cuales podremos remediar nuestra condición ecológica actual.
Este texto es una versión abreviada para Artishock. La versión original puedes consultarla aquí
La autora agradece al artista Eduardo Kac, a quien tuvo la posibilidad de conocer en noviembre del 2022 en Sao Paulo, y con quien ha podido formar un lazo de comunicación y posibles futuras colaboraciones profesionales en el campo del arte contemporáneo.
1 Término mencionado en: Benítez Valero, Laura. 2013. “Bioarte. Una estética de la desorganización”. Universidad Autónoma de Barcelona.
2 Muñoz, Cristina, Viviana Quiña, y José Francisco Alvarez Barreto. 2020. “Biotextiles Applied to Everyday Objects.” Design Culture(s) Cumulus Roma.
3 “El horizonte posthumanista pretende superar la propia naturaleza humana de un modo absolutamente indeterminado y pluriforme, que se irá materializando en función de los infinitos relatos subjetivos en los que cada sujeto desee vivir.” (Talavera 2015) cuestionarnos la forma en que la humanidad sostenida en combustibles fósiles nos está llevando a un proceso irreversible, pero también nos confronta con el reto de crear nuevos artilugios tecnológicos que sean capaces de remediar este tipo de procesos contaminantes.
Bibliografía
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