
RESITUARNOS: BALMACEDA ARTE JOVEN DE CHILE Y CRUCES EN MEDELLÍN
Las reflexiones geopolíticas en las obras de algunos artistas latinoamericanos han puesto de manifiesto una revisión crítica de las nociones fundamentales de identidad cultural, autenticidad y apropiación que, siguiendo al historiador y antropólogo James Clifford (1945), no serían conceptos con esencias fijas, sino que estaríamos hablando de un sistema relacional basado en una invención cualitativa política o social; y en ese sentido, la insistencia en la idea de una “identidad cultural” en el discurso del arte latinoamericano puede responder, sin duda, a la confrontación de los poderes del “primer mundo”, constituyéndose como una forma de resistencia a la “mirada apropiadora de Occidente”. Así, y con todo el pluralismo de identidades y formas de expresión plástica de los artistas, siempre se puede manifestar un rasgo común, como una constante referencia al contexto social, político y, por supuesto, geográfico.
El 27 de octubre, la galería Paul Bardwell del Centro Colombo Americano de Medellín, inauguró Resituarnos: Balmaceda Arte Joven de Chile y cruces en Medellín, una muestra que nace del trabajo conjunto entre la Corporación Cultural Balmaceda Arte Joven de Chile, la galería Paul Bardwell del Centro Colombo Americano y la organización cultural Platohedro de Medellín. En esta exposición se hacen evidentes las similitudes, hermandades, y/o cruces culturales, así como las “herencias históricas” que se han enraizado en cada país, y que provienen de una historia que se ha fundado en el desarraigo, la violencia del Estado, los conflictos internos por el territorio, la corrupción política, los estragos ambientales, y otras complejidades socioculturales. A partir de medios y enfoques distintos, desde la pintura, la fotografía, el tejido, el video, la instalación y la intervención in situ, se revisan desde la mirada “extractivista” hasta la “ambivalencia de la mirada hacia lo indígena”, que ha sido despreciado, ultrajado y utilizado como producto cultural apropiativo por las grandes industrias, pero nunca como algo que nos afirma y nos pertenece.






Siguiendo en parte las reflexiones de Nelly Richard (1948), podríamos señalar que a las “identidades” de los artistas se les ha hecho corresponder cierta “territorialidad” que los delinea en determinados mapas, manteniendo una continuidad entre ser un artista latinoamericano y su continente, y que es presentada como una totalidad metodológica y discursiva que borra las diferencias que pueden aparecer entre ellos como conjunto. Esto, en efecto, es posible identificarlo en la exposición. Sin embargo, la idea de identidad nacional y geográfica no se configura esencialmente como una “sustancia homogénea” que basa sus raíces en la búsqueda cerrada de “lo propio”, sino que en ella intervienen reflexiones que la vuelven una presencia en construcción, inventiva y móvil, algo que Richard ha nombrado como “puesta en escena”, que se refiere, en suma, a la “puesta en discurso” de perspectivas que manifiestan los desequilibrios en las relaciones de poder entre el sujeto de identidad y el otro que lo diferencia.
Artistas chilenos como Pablo Serra, Seba Calfuqueo, Natalia Montoya, José Manuel Pérez, así como Astrid González de Colombia, abordan la construcción de la identidad a partir de matices que derivan desde lo cotidiano y lo personal, hasta lo multicultural, poniendo de manifiesto una preocupación por las costumbres que fluctúan entre las tensiones colonialistas tanto de un territorio geográfico como ideológico. Por su parte, Meliza Rojas, Gabriel Holzapfel, Carlos Rivera y Amaranta Espinoza trabajan a partir de los diferentes conflictos internos que presenta el Estado y las consecuencias en los estallidos sociales, políticos y económicos del territorio. Otras propuestas incurren en las estrategias de construcción de sentido a partir del uso de la memoria y el archivo, como en los trabajos de los artistas Milena Contreras y Jaime Carvajal.
Por otra parte, se presentan obras cuyo enfoque señala las consecuencias adversas en el medio ambiente, que derivan de la explotación de petróleo y un sistema consumista desbordado, al tiempo que encarnan una reflexión sobre nuestra relación con los espacios y la idea de paisaje, como se evidencia en la instalación de la artista de Medellín Ana Catalina Escobar. Finalmente, el colectivo Plantar Memoria de Chile ha propuesto desarrollar un trabajo in situ que buscará hilar en el territorio local y los espacios cómplices de este proyecto una reflexión intercultural en torno a la memoria, las plantas y la poesía.




Resituarnos: Balmaceda Arte Joven de Chile y cruces en Medellín contó con la curaduría de Ximena Zomosa (1966), artista visual, curadora y gestora cultural chilena, quien enfoca esta propuesta curatorial en una mirada geopolítica que ha sido preocupación de varias generaciones de artistas.
“Nuestro pasado y presente se cruzan en un análisis donde las estructuras sistémicas se evidencian en los ejercicios del poder. Las identidades locales se ven afectadas por este contacto y, desde ahí, se propone establecer nexos y encontrarse en diálogos temáticos y formales con sus pares y anfitriones colombianos.
En este caso particular, la historia colonial chilena, aún reproducida en las divisiones de su sociedad, encuentra réplica en las preocupaciones de los artistas colombianos presentes en la muestra. La necesidad de recordar y de registrar, de vincular y crear redes de afectos y sentidos en la práctica artística, pasa a ser un eje transversal de la muestra”.
La exposición contó con el apoyo de la Dirección de Asuntos Culturales (DIRAC) de la Cancillería Chilena, que propuso exponer en Colombia obras de un grupo de artistas nacionales que han sido parte de alguna versión del Concurso Universitario Arte Joven.
Artistas participantes:
Chile: Pablo Sierra Marino, Natalia Montoya Lecaros, Carlos Rivera, Seba Calfuqueo, Gabriel Holzapfel Mancini, Meliza Luna, Amaranta Úrsula Espinosa, José M. Pérez, Plantar Memoria. Colombia: Milena Contreras Hernández, Ana Catalina Escobar, Jaime Carvajal Giraldo, Astrid González.
Hasta el 18 de noviembre del 2022.
Colombo Americano Medellín, sede Centro, Cra 45 # 53 – 24
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