Skip to content

MÁS ARTE MÁS ACCIÓN. PENSAMIENTO CRÍTICO A TRAVÉS DEL ARTE EN EL PACÍFICO COLOMBIANO

La invitación de ruangrupa a ser parte de la propuesta curatorial lumbung para documenta 15 llegó en un momento de reevaluación y transiciones organizacionales para Más Arte Más Acción (MAMA), una fundación cultural sin fines de lucro que genera pensamiento crítico a través del arte en el Pacífico colombiano. Fundada en el 2011 por el artista Fernando Arias y el gestor cultural Jonathan Colin, MAMA ha venido desarrollando programas que conectan asuntos apremiantes para las comunidades de Nuquí (Chocó), Buenaventura (Valle del Cauca) y Quibdó (Chocó) -las economías extractivas, la discriminación racial y los conflictos políticos internos- con formas de organización social y activismo que responden de manera artística.

Bajo el espíritu comunitario y solidario de la noción de lumbung que guio esta última edición de documenta, MAMA fue invitado por ruangrupa en calidad de miembro lumbung junto a otros 13 colectivos, entre ellos INSTAR e INLAND. A partir de allí, los miembros lumbung extendieron invitaciones a otros artistas y organizaciones del Sur Global hasta conformar un entramado de unos 1.500 participantes con visiones compartidas.

Tras la invitación, MAMA comenzó a trabajar inmediatamente. Durante los meses previos a su participación en documenta, realizó una serie de encuentros con organizaciones, colectivos y comunidades de Nuquí, a los que llamaron un “enmarañamiento” de etnias, género, clase, prácticas artísticas, pensamientos y concepciones políticas. El primero de ellos, el lumbung Nuquí, sirvió como una aproximación preliminar de intercambio de conocimientos y reflexiones en torno a los temas a ser compartidos con los artistas lumbung en Kassel: territorio, medio ambiente, racismo estructural, prácticas culturales, sociales y de sostenibilidad.

Lumbung Nuquí: Enmarañamiento de procesos culturales y artísticos del Pacífico colombiano (y más allá) con Más Arte Más Acción, Nuquí, Chocó, Colombia. Foto: PaulaOG/Cortesía: Más Arte Más Acción
Lumbung Nuquí: Enmarañamiento de procesos culturales y artísticos del Pacífico colombiano (y más allá) con Más Arte Más Acción, Nuquí, Chocó, Colombia. Foto: PaulaOG/Cortesía: Más Arte Más Acción

Una vez en Kassel, instalaron varios espacios de encuentro animados por la idea de trasladar el contexto de la selva colombiana en la que se inserta la sede física de MAMA –la Base Chocó, diseñada por Atelier van Lieshout– y establecer conexiones con las problemáticas ambientales de Alemania, particularmente la deforestación. Muchos bosques europeos se han desequilibrado debido a la plantación de monocultivos y al cambio climático, lo que ha provocado una superpoblación de escarabajos de la corteza (Scolytinae) que devoran los árboles, dejando tras de sí enigmáticos senderos tallados en los troncos.

Según explica MAMA, estos senderos sinuosos evocan las relaciones con las organizaciones de base, los artistas y las iniciativas culturales con las que ha desarrollado un ecosistema en el que se entrelazan diferentes formas de vida, prácticas artísticas y relaciones con el territorio. Aquí, indígenas, afros y pueblos de diferentes culturas desafían el paradigma del individualismo imperante.

Base Chocó en Guachalito, Chocó, Colombia. Foto cortesía de Más Arte Más Acción
MAMA Doc Space en documenta 15, Kassel, Alemania, 2022. Foto cortesía de Más Arte Más Acción
MAMA Doc Space en documenta 15, Kassel, Alemania, 2022. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

En varios puntos del Aue Park de Kassel, MAMA dispuso los Espacios para Pensar, una serie de banquillos hechos con troncos de árboles recolectados in-situ e infestados de escarabajos, en los que los visitantes se podían sentar a contemplar y conectarse con la vegetación circundante, conectando así la deforestación del trópico colombiano con la de los bosques de Alemania.

En el invernadero del Parque Estatal Karlsaue se presentó Susurros de los escarabajos de la corteza, una instalación también hecha con troncos de árboles infestados recuperados de los bosques alrededor de Kassel, acompañada de paisajes sonoros de distintos habitantes y territorios de Colombia.

Finalmente, el MAMA Doc Space, también diseñado por Atelier van Lieshout para el Aue Park, consistía en una plataforma móvil que albergaba un centro de documentación y funcionaba como sede de las actividades del programa en torno a extractivismo, justicia climática y derechos ambientales; memoria y proceso de paz en Colombia; formas alternativas no capitalistas de vivir en territorios biodiversos; y narrativas afrofílmicas. Allí se reunía MAMA con el público e invitados.

El programa también incorporó eventos en torno a los efectos de la opresión estructural, la violencia racial y de género que sufren las comunidades afro e indígenas del Chocó. En este contexto, tuvo lugar la mesa redonda Prácticas artísticas y de memoria por las comunidades Afro del Río Atrato, y se proyectó Postales del Futuro, cortos documentales sobre la experiencia afro en Colombia realizados por los colectivos En Puja (Nuquí), Puerto Creativo, Yemayá Producciones y Tura Hip Hop (Buenaventura).

La siguiente entrevista a Alejandra Rojas Giraldo, parte del equipo central de Más Arte Más Acción -junto a Fernando Arias y Jonathan Colin- busca dar cuenta del recorrido circular de MAMA desde el Chocó a Kassel y de vuelta a la selva colombiana, tras concluida la documenta 15 el pasado 25 de septiembre. Acá nos cuentan sobre cómo su accionar se vincula con los valores de generosidad, comunidad, sustentabilidad y colaboración propios de la noción lumbung, así como su experiencia de 100 días compartiendo y nutriendo los distintos programas desplegados en aquellos espacios de la ciudad alemana.

“Postales del Futuro”, Buenaventura, Colombia. Foto cortesía de Más Arte Más Acción.
“Postales del Futuro”, Nuquí, Colombia. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

Una deuda que tenemos es poder pensar una mediación que pueda sostener y acompañar emocionalmente a quienes nos involucramos en procesos de activismo y de lucha, reconociendo las violencias raciales, de género y toda clase de discriminaciones y situaciones dolorosas que nos habitan de diferentes maneras y en diferentes intensidades.


Alejandra Villasmil: ¿Cuáles son en este momento las principales amenazas al ecosistema del Chocó, la cultura, la identidad y formas de vida locales que atienden a través de Más Arte Más Acción, y cuáles son las herramientas y metodologías pedagógicas, de encuentro, participación y afectivas que se activan para pensar y accionar sobre ellas?

Alejandra Rojas Giraldo: Desde Más Arte Más Acción somos críticos hacia nuestra práctica, que puede ser interpretada como la de una ONG, que atiende problemáticas del territorio desde una visión clásica de intervención en la lógica del desarrollo. Pero realmente nosotros ejercemos nuestra práctica artística de una manera muy orgánica, buscando más vínculos y afinidades con personas, organizaciones y colectivos en el Pacífico colombiano, particularmente Nuquí, Buenaventura y, más recientemente, Quibdó y el Amazonas.

Podría decir que uno de los ejercicios de articulación y organización en torno a una amenaza concreta ha sido el proyecto Postales del Futuro y la Alianza Nuquí en contra de la construcción de un puerto de aguas profundas en el corregimiento de Tribugá en el municipio de Nuquí. En este ejercicio de creación y de unión de fuerzas (antes de la pandemia) realizamos una campaña intensa en contra del proceso de licenciamiento del puerto; una campaña comunicativa dirigida a la sociedad colombiana en general pero también acciones legales hacia el Estado y los promotores del puerto, así como ejercicios de pedagogía y el diálogo para entender las visiones locales que se tienen sobre la posible llegada de un puerto al territorio de Nuquí, de la mano del Consejo Comunitario Nuquí General Los Riscales.

Desde Más Arte Más Acción, a partir de la iniciativa de Ana Garzón y Carolina Rincón, realizamos el proyecto Postales del Futuro, en el que estuvimos cinco años realizando cortos audiovisuales entre Nuquí y Buenaventura para reflexionar sobre lo que significa vivir en un puerto como Buenaventura, y qué podría significar la construcción del Puerto en el territorio del Golfo de Tribugá. En términos de herramientas de trabajo, nos vamos acomodando en la medida en que realizamos los proyectos y en la medida que vamos encontrando vínculos afectivos, pero también abrazando el disenso y las tensiones propias de un grupo diverso. Un ejercicio de gestión siempre pensado para que soporte el bienestar de las personas y los procesos colectivos, haciendo malabarismos con la burocracia y las agendas impuestas, procurando flexibilizar al máximo la gestión de los proyectos que, inevitablemente, son cambiantes y son situados en contextos y atravesados por coyunturas, como lo fue el Paro Cívico de Buenaventura.

Podría destacar los espacios amplios de diálogo y debate de los temas que nos convocan y también la apertura de presupuestos pensados desde la lógica de coproducción. Una deuda que tenemos es poder pensar una mediación que pueda sostener y acompañar emocionalmente a quienes nos involucramos en procesos de activismo y de lucha, reconociendo las violencias raciales, de género y toda clase de discriminaciones y situaciones dolorosas que nos habitan de diferentes maneras y en diferentes intensidades.

La lucha por la autonomía en los procesos de tierra colectiva en Nuquí hace parte de las reivindicaciones por los derechos de los pueblos afro e indígenas, históricamente violentados y marginados. Ahí hay mucho por reflexionar por parte de personas que no habitamos históricamente en este territorio.

Relatoría gráfica por Juliana Serrano de Amazink. Cortesía de Más Arte Más Acción

Las experiencias de cada uno son muy diferentes y las relaciones de poder existentes en una sociedad tan injusta como la colombiana siempre salen a la superficie. Cómo tramitarlas y qué límites tenemos para aceptar formas de exclusión o discriminación profundamente articuladas con el privilegio es una cuestión difícil de resolver.


AV: El proceso de trabajo en el marco de su participación en documenta 15 comenzó a finales de 2021, cuando realizaron el lumbung Nuquí, un encuentro que reunió a los proyectos y organizaciones que son parte del ecosistema de MAMA, para compartir experiencias y pensar futuros. A esto le llamaron “enmarañamiento”, porque ahí convergieron diversidades étnicas, de género, de clase, prácticas artísticas, pensamientos y concepciones políticas. ¿Cómo se fue articulando su participación en documenta a partir de este enmarañamiento?

ARG: En lumbung Nuquí pudimos recoger los procesos abiertos y sembrados desde hace años en los que hemos conectado procesos artísticos de Nuquí, Buenaventura, Quibdó, Bogotá, Cali y de otras latitudes como Indonesia y México, con quienes nos conocemos a través de la red Arts Collaboratory. En este encuentro nos confrontamos con la diversidad de prácticas artísticas y formas de relacionarnos con las luchas que cada una lleva; creo que eso lo compartimos: el deseo por un futuro en el que quepamos todes… Sin embargo, las experiencias de cada uno son muy diferentes y las relaciones de poder existentes en una sociedad tan injusta como la colombiana siempre salen a la superficie. Cómo tramitarlas y qué límites tenemos para aceptar formas de exclusión o discriminación profundamente articuladas con el privilegio es una cuestión difícil de resolver.

En Más Arte Más Acción hemos sido cuestionados por ello y transitar esos cuestionamientos no es tarea fácil. Lo que sí creo es que estas reflexiones y tensiones las trasladamos al programa que desarrollamos en d15, abriéndonos a perspectivas de otros ahí presentes, pensando cómo es que este momento de crítica intensa no ocurre solamente en nuestro contexto y cómo encontramos formas de aprender juntes, de discutir y entender diferentes perspectivas frente a las relaciones institucionales, a la marginación racial y/o de género, a las violencias que cargamos y a las posibilidades de encontrarnos alrededor de intenciones comunes.

En Kassel este “enmarañamiento” se vio reflejado en encuentros por grupos de afinidad en torno al cambio climático, a las prácticas artísticas colectivas de Quibdó en relación con la construcción de paz y como mecanismo de reparación, a la organización comunitaria, a narrativas propias desde el audiovisual en formatos de cine, charlas, sesiones de escucha y performances, entre otros. Acá pueden revisar la programación completa que llevamos a cabo.

Escucha de la instalación “Susurros de los escarabajos de la corteza”, documenta 15, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

AV: Fue importante que hayan estado físicamente en Kassel algunos de estos facilitadores y artistas que están activos en las escenas culturales de sus localidades. ¿Qué saberes, historias y nuevas posibilidades respecto al trabajo y prácticas artísticas que cada uno desarrolla fueron compartidas colectivamente en las distintas instancias de documenta?

ARG: En la documenta estuvimos aproximadamente 50 personas con quienes hemos colaborado de distintas maneras en los últimos años, y con quienes pudimos abrir discusiones y espacios de diálogo en Kassel. Fue un tiempo de reconocernos en nuestras diferencias, de inspirarnos mutuamente, de conectar luchas y deseos, de hacer nuevas amistades, de espejearnos con procesos y preguntas similares que otras organizaciones han transitado de diferentes maneras y así poder ampliar las perspectivas y reflexiones sobre nuestra práctica artística.

Podría decir que así fue para todos los que pudimos estar ahí en este encuentro excepcional que se dio en Kassel, aún en medio de las presiones del contexto alemán alimentadas por los medios, que hicieron el tránsito por documenta un proceso también doloroso de muchas maneras. Nos comprometimos a la invitación generosa de ruangrupa y a estar juntes en medio de este reto tan enorme que asumimos.

Lectura ritual del capítulo testimonial del Reporte de la Verdad Colombiano a cargo de Alejandro Castillejo, documenta 15, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

El público de documenta pudo acercarse a la complejidad del proceso que llevó la Comisión de la Verdad, a la diversidad de miradas en disputa que evidencia el propio informe, y a la complicada tarea de estar acercándonos a este ejercicio de verdad mientras los ciclos de violencia se siguen repitiendo y además recrudeciendo en muchos territorios en Colombia.


AV: Su programación del mes julio incluyó una semana dedicada a los procesos de memoria y verdad en Colombia, en el marco de la publicación del Informe Final de la Comisión de la Verdad el pasado 28 de junio. En las actividades realizadas en el MAMA Doc Space colaboraron el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ), la Comisión de la Verdad (CEV) y su Nodo Alemania. ¿Cómo los participantes y visitantes de documenta se involucraron con este espacio de escucha y debate?

ARG: Para nosotros era muy importante poder hacer una lectura, no solamente de nuestros procesos pasados, sino también dialogar tanto con el contexto actual de Kassel o de Alemania como con el de Colombia. Mientras estuvimos en todo el proceso de preparación de la documenta atravesamos el Paro Nacional en Colombia, también vivimos el proceso de elecciones, e incluso el resultado de la segunda vuelta por la Presidencia lo vimos desde Kassel, a pocos días de llegar.

Con CAPAZ establecimos una relación muy especial de colaboración y de complicidad para unir las redes presentes en Europa relacionadas como el Nodo Alemania de la Comisión de la Verdad, y también sumando a los Comisionados Leyner Palacios, Alejandro Castillejo y Lucía González en las discusiones que dimos durante la documenta, como sociedad civil comprometida con ampliar el legado de la CEV a propósito de la publicación del informe final el 28 de junio de este año.

El público de documenta pudo acercarse a la complejidad del proceso que llevó la CEV, a la diversidad de miradas en disputa que evidencia el propio informe, y a la complicada tarea de estar acercándonos a este ejercicio de verdad mientras los ciclos de violencia se siguen repitiendo y además recrudeciendo en muchos territorios en Colombia. Fue muy interesante poder relacionar de manera crítica los procesos de verdad de Alemania y Colombia, cuyas reflexiones están recogidas en video. También se puede ver la charla sobre los procesos artísticos del Atrato en relación con la violencia racial ejercida durante el conflicto colombiano.

Escuela de verano: El malestar en el extractivismo: movimientos artísticos y de contracultura, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

Sigue siendo un reto en nuestra práctica el cómo ejercer el rol de mediadores, de cuidadores de los procesos y de la lectura emocional de los espacios para poder sostenerlos desde un lugar de mucho amor y cuidado por los seres que nos encontramos, sobre todo cuando luchas y deseos nos atraviesan profundamente como seres.


AV: Ahora en septiembre organizaron la Escuela de verano: El malestar en el extractivismo, movimientos artísticos y de contracultura, un encuentro que involucró al Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Universidad de Kassel, el Instituto documenta, CAPAZ y el DAAD (Deutscher Akademischer Austauschdienst). La idea era conectar con la comunidad de académicos, estudiantes y activistas que desde Alemania están pensando críticamente las relaciones norte – sur y las economías productoras de materias primas. ¿Qué nos pueden compartir de esta experiencia?

ARG: Es la primera vez que hacemos un seminario académico y fue realmente una experiencia muy significativa para nosotres. La relación con la Universidad de Kassel y el CELA fue muy abierta y flexible, y quisiera destacar lo que considero como aciertos en el marco de las limitaciones propias de instituciones académicas como es la Universidad.

Una de ellas es haber podido realizar todo el Seminario en español, reconociendo que es el idioma en el que más cómodos nos sentíamos la mayoría, siendo además consecuentes con el énfasis en las relaciones extractivas con Latinoamérica. Esto permitió además ampliar el espectro de participación a personas colombianas y latinoamericanas.

Además, a través del DAAD pudimos gestionar 15 becas para las mejores postulaciones, lo que permitió reducir la barrera de recursos económicos para un viaje tan costoso. Así, pudimos recibir a personas con perfiles maravillosos de diferentes territorios de Colombia, Perú, Argentina… fue un grupo diverso, ¡y además la mayoría mujeres!

Por otro lado, el seminario combinó perfiles de expertos académicos con perfiles de artistas y activistas, logrando compartir conocimiento no solamente producido desde la investigación académica, sino a través de otras formas de producción de conocimiento que pasan más por el vivir, por la práctica y por la colaboración.

A veces era extraño pensar por qué estábamos muchas personas de Latinoamérica reunidas en Alemania reflexionando sobre nuestro territorio. En todo caso, sí estuvo muy presente la reflexión sobre las relaciones Norte-Sur, pero creo que fue sobre todo una oportunidad única poder habitar el ambiente y ese espacio temporal que creó el lumbung en Kassel, en el que las reflexiones salieron de las aulas de clase y se amplificaron en la exhibición y los múltiples espacios de encuentro con la comunidad lumbung.

Algunas críticas compartidas por los participantes, docentes y organizadores una vez finalizado el Summer School tenían que ver con la posibilidad de conectar aún más las sesiones con los espacios de la exhibición, con los límites de esa separación estudiantes / docentes y las metodologías pedagógicas, y con algo que, como dije antes, sigue siendo un reto en nuestra práctica: cómo ejercer ese rol de mediadores, de cuidadores de los procesos y de la lectura emocional de los espacios para poder sostenerlos desde un lugar de mucho amor y cuidado por los seres que nos encontramos, sobre todo cuando luchas y deseos nos atraviesan profundamente como seres.

Laboratorio de performance “Verdades: Políticas de la memoria en la Práctica Artística”, documenta 15, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

Hay una sensación de alivio de haber finalizado este reto enorme de estar ahí presentes en la documenta; fue significativo, pero también desgastante, así que creo que estamos emocionados por las colaboraciones que continuarán a su propio ritmo y sin tanta presión. Tomará un tiempo para que, con perspectiva, podamos volver a reflexionar sobre esta experiencia única y excepcional para organizaciones como la nuestra.


AV: MAMA es parte de la red Arts Collaboratory, que consta de 25 organizaciones internacionales centradas en procesos de cambio social y el trabajo con comunidades que involucran las prácticas artísticas, pero que van más allá del campo del arte, entre ellas Casa Tres Patios (Medellín), Cooperativa Cráter Invertido (Ciudad de México), Kiosko Galería (Santa Cruz de la Sierra), Lugar a dudas (Cali), TEOR/éTica (San José) y el mismo ruangrupa. Esto les ha perdido conectar y colaborar con pares en otras partes del mundo, como un ekosistem, y dentro del espíritu del lumbung. ¿Qué reflexiones nos pueden compartir ahora que ha concluido documenta, tomando en cuenta las prácticas de lumbung, inter-lokal y ekosistem, que seguirán su curso aún más fortalecidas?

ARG: Creo que para las organizaciones que hacemos parte de Arts Collaboratory fue muy bonito encontrarnos con que ruangrupa y el equipo artístico llevaron muchos de los aprendizajes del trabajo en red y de los mecanismos de auto organización a la propuesta de lumbung, como por ejemplo el pote común (Common Pot), a partir del cual organizamos grupos de trabajo y estudio como el Kios, la lumbung Gallery, el land working group, entre otros.

La invitación que le hizo ruangrupa a Arts Collaboratory a ser parte de la trayectoria del lumbung realmente propone una manera de, en la práctica, pensar desde el inicio la lógica de ecosistema y de redes que van más allá de una exhibición y que están pensando cómo ampliar la noción de recursos compartidos para una trayectoria más extensa que la de los 100 días de la documenta 15. Es por eso por lo que desde hace más de dos años estamos reuniéndonos en los majelises (asambleas) para tomar diferentes decisiones frente a las colaboraciones, y también para comenzar a tejer confianza e identificar temas comunes para colaborar.

Durante los días más difíciles que vivimos durante la exhibición a causa de los múltiples atropellos por parte de los medios y de las decisiones institucionales de la documenta, pudimos sostenernos y apoyarnos como red, incluso diría que esta crisis nos hizo intensificar las relaciones de solidaridad, de apoyo mutuo y de acción colectiva. Hay una sensación de alivio de haber finalizado este reto enorme de estar ahí presentes en la documenta; fue significativo, pero también desgastante, así que creo que estamos emocionados por las colaboraciones que continuarán a su propio ritmo y sin tanta presión. Tomará un tiempo para que, con perspectiva, podamos volver a reflexionar sobre esta experiencia única y excepcional para organizaciones como la nuestra.

El land working group, kios, lumbung.space, lumbung press, lumbung gallery, entre otros, son ejemplo de cómo lumbungnizamos o ampliamos la noción de recursos a partir de proyectos prácticos y concretos que apenas tuvieron un inicio, pero que tendrán autonomía de continuar más allá de la exhibición. Para nosotros fue también la posibilidad de cosechar el trabajo de los últimos años, profundizar las reflexiones sobre nuestro proceso y conectar a las personas de nuestro ecosistema con el maravilloso ecosistema de procesos convocados al lumbung.

Lectura guiada por Velia Vidal del libro “Oír Somos Río”, documenta 15, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción
Taller “Planet Abundance”, por Teresa Feldmann y Ailie Rutherford de Feminist Exchange Network y Colectivo COCO, documenta 15, Kassel, Alemania. Foto cortesía de Más Arte Más Acción

Esa relación dialógica entre las personas y las instituciones es interesante, porque de alguna manera cada uno de nosotros cargamos un pedacito de esa trayectoria institucional, así como la institución como entidad es una suma de las personas que hemos allí puesto nuestro trabajo y nuestro pensamiento.


AV: Han comentado que MAMA se encuentra en un proceso de transición y redefiniciones. ¿Hacia dónde se dirigen ahora? Y ¿cómo ampliar además el concepto de sustentabilidad hacia la labor misma que desarrollan?

ARG: Estoy muy conectada con la noción de coexistencia, a partir de la idea de que nuestra práctica solo tiene sentido si está conectada con la práctica de otros en el ecosistema artístico, en este caso del Pacífico colombiano, pero también de las redes internacionales. La sustentabilidad tal vez está en pensar que las prácticas y las ideas no solamente dependen de una sola organización y que, independientemente de las trayectorias institucionales, ya estamos cosechando frutos de ese enmarañamiento, fruto de la acción colectiva.

Esa relación dialógica entre las personas y las instituciones es interesante, porque de alguna manera cada uno de nosotros cargamos un pedacito de esa trayectoria institucional, así como la institución como entidad es una suma de las personas que hemos allí puesto nuestro trabajo y nuestro pensamiento. Por otro lado, creo que hemos encontrado límites institucionales que queremos revisar para precisamente poder entender cuál podría ser el futuro próximo de la organización. Esas redefiniciones seguramente estarán muy marcadas por las reflexiones que se hicieron más presentes durante este proceso de lumbung en la documenta 15 y de las múltiples conversaciones y aportes de amigos y personas críticas de nuestro proceso.


Participantes

Ailie Rutherford, Alejandra Rojas, Alejandro Castillejo, Alison Turnbull, Ana Garzón, Andrés Torres, Andrés Vélez, Apichatpong Weerasethakul, Ariane Andereggen, Arianne Kamsteeg, Carmenza Rojas Potes, Carolina Rincón, Claudia Howald, David Paredes, David Suárez, Diego Aretz, Elizabeth Gallón, Elkin Calderón, Enrique González, Ericka Flórez, Erna Von Der Walde, Fausto Moreno, Fernando Arias, Gregorio Gómez, Hortencio Palacios, Jhon Esteban Lasso, Joep Van Lieshout, Jonathan Colin, José Fernando Serrano, Karina Angulo, Kathrin Wildner, Knowbotiq, Yvonne Wilheim, Christian Huebler, Kurt Hollander, Leonel Vásquez, Leyner Palacios, Liliana Gómez, Lina Bryyi Moreno, Lorena Diez, Magdalena Wallpot, Manuel David Riascos, María Andrade, Miguel Navas, Natalia Arias, Osneyder Valoy, Paola Pérez, Paula Andrea Orozco, Pilar Mendoza, Rossana Alarcón, Sandra Vega, Sina Ribak, Stefan Peters, Tahuanty Jacanamijoy, Ted Gaier, Teresa Feldmann, Velia Vidal, Walker & Bromwich, Yaisa Mariam Quintana, Yei Moreno.

Organizaciones y artistas invitados al lumbung Nuquí

Amazink (Bogotá) / Andrés Vélez (Armenia) / Arts Collaboratory (Internacional) / Asociación para las Investigaciones Culturales del Chocó – ASINCH, Corporaloteca (Quibdó) / Colectivo de Comunicaciones En Puja (Nuquí) / Colectivo Puerto Creativo (Buenaventura) / Comunidad de Coquí (Nuquí) / Corporación Cultural Motete (Quibdó) / Corporación Pacífico Mujer (Nuquí)/ Corregimiento de Coquí (Nuquí) / Cráter Invertido (México) / Ericka Flórez (Cali) / Fundación Mareia (Quibdó) / Fundación Tura Hip Hop (Buenaventura)/ Interlokal Lumbung (Internacional) / Jatiwangi Arts Factory (Indonesia) / Leonel Vásquez (Cundinamarca) / Lugar a Dudas (Cali) / Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana – OPIAC (Amazonas) / Sonidos Enraizados (Bogotá) / Tambacúm (Nuquí) / Yemayá Producciones (Buenaventura).


[Este contenido es parte de una colaboración entre Artishock, lumbung.space y los artistas lumbung de documenta fifteen].

Alejandra Villasmil

Nace en Maracaibo (Venezuela) en 1972. Es periodista y directora/fundadora de Artishock.

Más publicaciones

También te puede interesar

LA MEMORIA ES UNA ISLA DE EDICIÓN

Cuatro décadas después de la celebración del primer festival Videobrasil durante los últimos años de la dictadura cívico-militar que afectó a Brasil, la 22ª Bienal Sesc_Videobrasil | Especial 40 Años, titulada La memoria es...