NOÉ MARTÍNEZ Y MARÍA SOSA: TEPALCATES DE SUEÑOS

Tepalcates de sueños, exposición colaborativa entre Noé Martínez (Morelia, Michoacán, 1986) y María Sosa (Morelia, Michoacán, 1985), se basa en la práctica de los artistas -quienes viven juntos desde 2010- de catalogar y compartir sus sueños. Este ejercicio de intercambio es parte de una investigación y mapeo de las continuidades entre el mundo prehispánico y el presente, vínculos que ambos cultivan como actos de sanación y resistencia frente a la hegemonía colonial.

Para los artistas, dar forma a la fragmentación propia de los sueños es un acto tanto de descubrimiento como de preservación de tradiciones, un esfuerzo por resolver la disonancia entre las narrativas históricas dominantes y la corporeización de la memoria.

Usualmente ambientados en la naturaleza y guiados por vínculos familiares y ancestrales, los sueños de Martínez y Sosa conforman un índice transgeneracional de sus respectivos linajes huastecos y purépechas. Más que una digresión de la “vigilia”, sus sueños constituyen una prolongación vital de este espacio de tiempo, donde el conocimiento se adquiere y la tradición vive.

Compuesta por un video de dos canales, una composición musical y una cascada de pinturas site-specific que retratan animales, plantas, cuerpos y paisajes, la muestra es la tercera colaboración entre los artistas y el Swiss Institute, iniciada en 2020 con una residencia virtual que transmutó en El encuentro de los tepalcates, performance realizado en la azotea de la sede de la institución en Nueva York en mayo de 2021.

Esta nueva cooperación se presenta en Seminario 12, espacio off-site del Swiss Institute en la Ciudad de México, una residencia con 400 años de antigüedad ubicada en el Centro Histórico. Veinte pinturas flotan a través de la galería de manera sobrenatural. En la numerología náhuatl, el número 20 significa el cuerpo humano. De esta manera, las diez pinturas realizadas por Martínez miden la altura de su cuerpo, 1 metro con 68 centímetros, mientras que las de Sosa miden 1 metro con 58 centímetros. En el reverso de cada pintura, un texto escrito en tinta negra detalla el sueño que precipitó la respectiva imagen.

En estas documentaciones a modo de diario se acumulan residuos de la historia colonial. En los códices Borbónico, Tudela y Florentino aparecen frijoles rojos resguardados en el cuenco de unas manos, mientras que en los códices de Dresde, Vaticano y Nuttal, entre otros, aparece un tlacuache sentado en escalones de piedra, un símbolo importante en la cosmología mesoamericana.

También son recurrentes las ilustraciones de árboles en dichos manuscritos, y los artistas las traducen en estas pinturas: un bosque espinoso se funde en una neblina azul, un tronco torcido está adornado con símbolos tallados a mano, una corteza se abre para revelar una cueva carmesí.

Abajo, rocas volcánicas talladas, iluminadas y llenas de agua, forman un archipiélago que se extiende por el suelo de la galería. Estas piscinas luminosas y sus reflejos evocan la atmósfera de Tlalocan, un paraíso azteca regido por Tlaloc, dios de las lluvias. Debajo de estas piezas, debajo de las plantas de los pies de los visitantes, debajo de Seminario 12 yacen las ruinas de El Templo de Tezcatlipoca, el omnipotente dios del cielo nocturno bajo el cual se desdoblan sueños infinitos.

Durante la exposición se presentaron dos performances. En Una ballena, una serpiente, frijoles rojos y el mar, Martínez y Sosa hicieron una improvisación corporal mientras relataban los sueños representados en las pinturas expuestas (los ejercicios preparatorios del performance se proyectan en un video a ras del piso de la galería). Los artistas profundizan en el potencial de encarnar los sueños por medio de estas técnicas expresivas: la conciencia se expande y se libera de la hegemonía colonial, se difuminan las fronteras entre sueño y vigilia, y se crean nuevas formas de interpretar la realidad.

El segundo performance fue una reposición de El encuentro de los tepalcates, ahora celebrado en la ciudad de residencia de los artistas. Ataviados con vestimentas elaboradas manualmente con tela teñida, metal y hueso, ambos se sumergieron en rituales personales para establecer conexiones interespecie y transtemporales. En sus cuerpos incribieron fragmentos de poemas, teoría crítica y textos antiguos. A lo largo del performance, Martínez y Sosa se anuncian a sí mismos en náhuatl y purépecha: “Na notokash Noé”, “Ji jakánkurinhasïnk´a María”.

NOÉ MARTÍNEZ AND MARÍA SOSA: TEPALCATES DE SUEÑOS

Seminario 12, Centro Histórico de la Ciudad de México

Del 26 de mayo al 17 de julio de 2022