
YISA. ARTE SUCIO, ARTE SENSIBLE
De la calle al museo, y del museo a la ciudad, este artista chileno celebra sus primeros 10 años de dedicación absoluta a la producción visual, concentrado en recorrer, estudiar y utilizar el espacio urbano para detectar y transparentar las formas en que el poder actúa sobre el cuerpo individual, colectivo e institucional.

Los muros de terrenos baldíos, sitios eriazos o cualquier espacio que pudiera ser tomado como una oportunidad para desplegar grandes pinturas de colores vibrantes y pasión Pop. Esas eran las rutas lógicas de José Caerols (1984) en sus inicios, hace poco más de una década. Más conocido como Yisa, este artista visual chileno -tributario del Street Art- irrumpió entonces como parte de las nuevas generaciones que venían inyectando una cierta frescura al arte chileno, después de décadas en que las visualidades “no comerciales” -o de perfil más crítico- vivieron una marcada tendencia conceptualista, en el marco de la postdictadura.
Aunque Yisa era un convencido de que su obra, incluso en un peladero, sería más vista que en los sitios tradicionales de exhibición, fue probando un desplazamiento desde el afuera hacia el adentro, instalando su arte en el “cubo blanco” galerístico, en los muros museales o en espacios indoor de carácter alternativo, como la Galería Tajamar o Sagrada Mercancía.
Sus estudios formales de Licenciatura en Arte los profundizó y enriqueció cursando un magister centrado en el Arte Público como base de la memoria histórica en la Universitat de Barcelona, mientras se abría espacios en la escena española. Compromisos sensibles lo trajeron de vuelta a Chile, y hoy instalado en su habitual taller -una casona muy antigua en la comuna de Recoleta-, Yisa se mueve como un vecino agudo y curioso, porque sabe que su investigación está enfocada en la calle, en la ciudad y el espacio urbano, más allá de cuál sea la instancia expositiva desde donde comunique su obra al mundo.
Su perfil de Instagram –Reflexión Visual– lo corrobora. Junto con la oportuna y necesaria difusión de sus trabajos, muestra sus capturas espontáneas de elementos residuales, como montones de basura, postes rayados o en mal estado, improvisadas salas de estar a la intemperie, en definitiva, especies de “monumentos” ruinosos que se producen de manera natural en el espacio público, y cuya puesta en pantalla resulta significante en el fluir de su lenguaje artístico.



MANIPULACIÓN DE IDEALES
La ciudad como un permanente objeto de estudio le lleva a extraer conclusiones, y nuevas preguntas, sobre el tipo de identidad que, en cuanto sujetos/ciudadanos/consumidores, hemos ido configurando en esta etapa de la vida contemporánea bajo una hegemonía tan abarcadora como es el capitalismo contemporáneo. En ese contexto, Yisa inició hace algunos años su proyecto de largo aliento Das Kapital Kunst (DKK), que parafrasea al clásico de Karl Marx, El Capital, a más de 150 años de su publicación, incorporando un llamado de atención sobre el arte y la cultura, dominios donde -como artista- él existe y se expresa. A modo de montaje instalativo, una nueva etapa del proyecto DKK será inaugurada el próximo 30 de abril en OMA Galería (Ramón Carnicer 65, Barrio Bustamante). Al respecto, Yisa nos adelanta:
“Entre otras piezas, instalaré un cartel en altura, nacido de mi primera reversión y vuelta al espacio público, donde un concepto yuxtapuesto a una pintura Romántica evidencia el lugar desde donde se manipula conscientemente el inconsciente colectivo. Quiero plantear de qué manera el Capitalismo absorbió todo, incluso el ámbito cultural, resignificándolo como un bien de consumo más; cómo los espacios están bombardeados de la cultura publicitaria, o más bien capital, siendo una forma deliberada para manipular ideales: Das Kapital Kunst”.
En grandes instalaciones, a veces con sus pinturas de gran formato incorporadas, a veces como escenas construidas a partir de desechos u otros objetos y materialidades de proveniencia tanto doméstica como industrial, Yisa recoge referentes de la publicidad, de la historia del arte y de los procesos socio-culturales que han ido sucediéndose desde que inició su camino artístico. Indisociable del contexto político, ha articulado esta década de trayectoria artística en profunda vinculación con fenómenos como la llamada “Revolución Pingüina” de los estudiantes secundarios en 2011, la Primavera Árabe, de 2010 a 2012, el Estallido Social de 2019, las migraciones, la crisis climática y medioambiental.


ARTE SUCIO, ARTE SENSIBLE
OMA Galería es un espacio de arte independiente ubicado frente al Parque Bustamante y muy cerca de la Plaza Baquedano –devenida Plaza Dignidad-, epicentro de las demandas sociales que han remecido los destinos de Chile desde hace poco más de dos años, producto de las cuales se inició un proceso político de transformación y recambio, con una nueva Constitución de carácter soberano.
Las piezas que componen esta muestra aluden a asuntos como el patrimonio, la cultura como mercancía, la violencia política ejercida desde los estamentos del poder y la ubicua permeabilidad con la que funciona Chile frente al influjo estadounidense, desde el golpe militar de 1973 hasta nuestros días. En ese marco, Yisa profundiza sus investigaciones sobre la publicidad, reinterpretando y deconstruyendo logos y símbolos de populares marcas.
“Exhibiré también un video que muestra la recurrencia de carteles monumentales en la carretera, evidenciando la colonización publicitaria en el espacio agrícola, y los intentos de modificación identitaria no solo a nivel metropolitano, sino en el recorrido, en la ruta de Chile”.
Este tipo de piezas audiovisuales dialoga en la obra de Yisa con cajas de luz, pinturas y animaciones. De esta manera, en estos 10 años de investigación y producción artística ha ido desplegando obras instalativas que, para posicionarse, demandan un importante esfuerzo físico, trasluciendo de alguna manera esa dificultad o complejidad en el intento de comunicar realidades aplastantes.


Muy lejos de estéticas complacientes, el arte de Yisa se presenta un poco “sucio”, con una impronta de desgaste, caos y hasta agresividad. Pero junto con ello, refleja un acercamiento sensible en la forma de conocer y explorar sus contextos. El cromatismo y las figuras geométricas representan un lado quizás más amable, y se relacionan directamente con la búsqueda identitaria latinoamericana, a través de la historia del arte y la conexión que establece Yisa con los estudios del teórico peruano-mexicano Juan Acha (1916-1995). En su texto Pensar el arte desde América Latina, este ensayista defiende la necesidad de mirar la tradición visual del continente desde sus raíces intelectuales geométricas y abstractas, y el deseo de racionalidad en el arte latinoamericano como respuesta desde lo estético a los problemas del subdesarrollo.
A la muestra en OMA Galería se sumará en estas semanas el aniversario número 16 del Estudio 393, la clásica casa taller de Yisa, donde está curando una exposición colectiva de obras site-specific; una próxima participación en la exposición 7, organizada por One Moment Art en Matucana 100; y actividades en el mediano plazo en la ciudad de Barcelona.
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