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CONSTANZA ALARCÓN TENNEN: NAZCA/SUDAMERICANA

Un prólogo es algo que antecede a la palabra; es la apertura a una historia antes de su comienzo. En el caso de Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca, la primera exposición individual de Constanza Alarcón Tennen en Galería Patricia Ready, una sala con una atenuada luz violeta, cuerpos que se encuentran, que se acarician, manos que se tocan entre ellas, que masturban cuerpos ausentes, cuerpos que no entran en la norma, en lo heteronormado.

Un prólogo a una relación queer entre dos fuerzas de la naturaleza que se sobreponen una a la otra. Nazca, la placa, avanza a mayor velocidad hundiéndose bajo la Sudamericana, mientras esta avanza lentamente en dirección opuesta. Ambas han sostenido esta relación por un tiempo mucho más que humano, un tiempo geológico que avanza casi imperceptiblemente para nosotros, pero que de tanto en tanto nos remece y muestra la inestabilidad del suelo que nos sostiene.

Vista de la exposición «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista
Vista de la exposición «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista

Ser feminista, dice Sara Ahmed, es lo que hacemos cuando vivimos nuestras vidas feministas[1]. Entendiendo la teoría de una manera experiencial en la que el propio devenir vital de los cuerpos que no entran en la norma, de los cuerpos que no se acomodan, provoca que se genere conocimiento de los espacios que se habitan. Nazca y Sudamericana son dos cuerpos que se acarician, que se encuentran y sostienen una relación erótica y afectiva, desde donde emerge una mirada divergente, desde donde emergen palabras, sonidos y saberes situados.[2]

Así como en las fábulas criaturas legendarias, animales, plantas, objetos inanimados o fuerzas de la naturaleza son dotados de características humanas, aquí partes humanas, principalmente manos y pies, actúan como canales para la comprensión de un acontecimiento tectónico. Algunas fueron modeladas por la artista en greda en base a posturas y observación, otras están hechas de yeso a partir de moldes de manos y pies reales. Con la práctica, éstas fueron adoptando posturas eróticas, insinuando posturas de masturbación femenina, abriendo los conocimientos de un hábito que, si bien muchas mujeres practicamos, permanece silenciado. Quizá por ello estas manos emiten sonidos, hablan, gritan, son ruidosas, porque nos relatan una historia sumergida.

Vista de la exposición «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista
Vista de la exposición «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista

Hace un tiempo escribí que para Constanza Alarcón Tennen la audición se presenta como un sentido desplazado, frente a la jerarquía de la visión, algo que sucede en conversación con el cuerpo, en las limitaciones del cuerpo, como una forma de verdad a la que en nuestro cotidiano no atendemos con la misma conciencia con la que atendemos a la imagen.[3]

Parte de esta exposición está conformada por un video performance en el que siete mujeres, sumergidas en la misma luz violeta de la sala, interactúan con cada una de las piezas de cerámica y entre ellas. Se miran, se mecen, se tocan en una coreografía espontánea y sincronizada, donde sus manos y las distintas partes del cuerpo creadas por la artista comparten la misma agencia, parecen moverse por sí solas, impulsadas por un deseo compartido.

El sonido de cada una de las piezas está emparentado con el aire que nace de los labios, las bocas, los pulmones y de todo el cuerpo de cada una de ellas. Lo que escuchamos, en toda la sala, son soplidos que se acoplan y reverberan junto a los cuerpos, o como dice el poema que recita Constanza Alarcón de fondo: son el temblor que ocurre cada vez que nazca quiere acurrucarse debajo de la sudamericana.

Vista de la exposición «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista
«Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca» (2021), de Constanza Alarcón Tennen. Still de video cortesía de la artista
«Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca» (2021), de Constanza Alarcón Tennen. Still de video cortesía de la artista

En el libro de ficción A seed to harvest de Octavia Butler uno de los personajes tiene el superpoder de leer con el tacto las historias que los objetos han presenciado a lo largo de su existencia. De cierta forma, para Constanza Alarcón Tennen ese es también el poder de la labor escultórica vinculada al tacto: nos permite leer e interactuar con la agencia de la materia.  Es tal vez por eso que las piedras han estado muy presentes en la obra de esta artista. Hace algunos meses protagonizaron Canciones Sentimentales (2021),un proyecto formado por una serie de gestos hechos en relación al río Rhine en Alemania; o Besos, Vórtices (2019-2020), una meditación sobre piedras, intimidad, conjuros, penumbra y deseo presentada en Espacio Marisol en Santiago de Chile; y ahora en Nazca/Sudamericana, donde las piedras actúan como testigos de este encuentro amoroso, y traen consigo una larga data de historias que han podido ver en su tiempo geológico así como la conciencia sensorial de otras formas de vida.

El interés de Constanza Alarcón Tennen por lo que ocurre bajo tierra, por las fuerzas tectónicas, no solamente muestra su curiosidad por comprender fenómenos que, si bien están ampliamente explicados por la ciencia, tienen un impacto en nuestra percepción en cuanto son eventos que nos afectan y que percibimos de forma subjetiva. Estos fenómenos le sirven, de alguna forma, para mostrar que la objetividad que emerge de la mirada hegemónica, opera como una mirada desde arriba, desde una posición muy específica (masculina, blanca, heterosexual, y humana) invalidando otras posiciones, negando otras formas de conocimiento.

Boceto para performance «Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca», de Constanza Alarcón Tennen, en Galería Patricia Ready, Santiago, 2021-2022. Foto cortesía de la artista

[1] Ahmed, Sara. Vivir una vida feminista, (P. 27) Ediciones Bellaterra, Barcelona, 2018.

[2] Saber o conocimiento situado es un concepto que hace referencia a una postura epistemológica crítica desarrollada por Donna Haraway en Ciencia, cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza (1991) y que propone hablar de los objetos de estudio poniendo en evidencia el lugar desde el cual se parte, ya que, independientemente del tipo de método empleado, ningún conocimiento está desligado de su contexto ni de la subjetividad de quién lo emite.

[3] Castro Jorquera, Carolina. Formas de cuidar, atender y sentir en un mundo sordo, sonoro y movedizo. Revista Cuadernos, Número 24, páginas 24-27. Universidad Católica, Santiago 2021.


Nazca/Sudamericana: el prólogo de Nazca, la primera exposición individual de Constanza Alarcón Tennen, se presenta hasta el 20 de enero de 2022 en Galería Patricia Ready, Espoz 3125, Vitacura, Santiago de Chile.

Carolina Castro Jorquera

Nace en Chile, en 1982. Es curadora, y Doctora en Historia del Arte por la UAM, Madrid. Sus intereses están enmarcados por las relaciones que es capaz de establecer el arte con otras disciplinas como la ciencia y la filosofía, así como también con las diferentes dimensiones de la conciencia humana y su rol en la construcción de la historia y del presente.

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