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MARIANA NAJMANOVICH: LA MUERTE Y OTRAS MISERIAS. REFLEXIONES SOBRE LO POSHUMANO

La artista Mariana Najmanovich propone una nueva lectura de la muestra de la Colección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), La muerte y otras miserias, abordando temáticas como las experimentaciones científicas y genéticas, la inteligencia artificial, la bioética y la eugenesia.

A través de su serie Nuevas Sustancias, conformada por pinturas al óleo sobre papel y piel sintética, además de otros elementos creados con este material, la artista presenta un universo poblado de cuerpos deformes, sexualizados, deshumanizados y sin rastro de identidad.

De esta manera, Najmanovich instala la discusión sobre la prolongación del ser más allá de la muerte y el concepto de la vida en la ética contemporánea, al tiempo que invita a reflexionar sobre la piel como órgano, barrera con el exterior y sinónimo de belleza estereotipada.

Compartimos los textos alusivos de la curadora de la muestra, Gloria Cortés Aliaga, y de la propia artista.

Vista de la exposición «La muerte y otras miserias. Reflexiones sobre lo poshumano», de Mariana Najmanovich, en el MNBA, Santiago de Chile, 2021. Foto: Fernando Mendoza
Vista de la exposición «La muerte y otras miserias. Reflexiones sobre lo poshumano», de Mariana Najmanovich, en el MNBA, Santiago de Chile, 2021. Foto: Fernando Mendoza
De la serie «Nuevas Sustancias», de Mariana Najmanovich, 2021. Foto: Fernando Mendoza
Mariana Najmanovich, De la serie «Nuevas Sustancias», cuatro piezas de 26 x 15 cm c/u, 2021. Foto: Fernando Mendoza

LA MUERTE Y OTRAS MISERIAS. SOBRE NUEVAS SUSTANCIAS DE MARIANA NAJMANOVICH

Por Gloria Cortés Aliaga

La presente lectura sobre la exposición La muerte y otras miserias, con la intervención de la joven artista Mariana Najmanovich (Buenos Aires, 1983), se constituye en un ejercicio experimental de trabajo de campo con la colección del Museo Nacional de Bellas Artes. Si en la primera versión de esta muestra, las obras y sus narrativas se enfocaban en las condiciones de marginalidad y precarización de la vida en el siglo XIX e inicios del siglo XX, en esta oportunidad Mariana Najmanovich nos propone ampliar el sentimiento de pérdida y desamparo hacia las nociones de lo poshumano en el siglo XXI.

Las experimentaciones científicas y genéticas, la inteligencia artificial, la bioética, el nacionalismo, la eugenesia, entre otras cuestiones se asoman aquí en un conjunto de imágenes y soportes que instalan la discusión sobre la necesidad de prolongación del ser más allá de la muerte y el consiguiente concepto de la vida en la ética contemporánea. Aunque la biopolítica –es decir, la dominación de la vida humana– puede situarse a partir del siglo XVIII en las nuevas estructuras de gobernabilidad instauradas entonces, es en el siglo XIX donde el poder político y la gestión de la vida, ligado a la economía liberal, se refuerzan y expanden hasta nuestros días en todas las esferas de la vida humana.

Con la serie Nuevas Sustancias, Mariana Najmanovich nos interpela mediante pieles acrílicas, cuerpos deformes, sexualizados, deshumanizados y eliminando todo rastro de identidad. El espacio otrora íntimo de la sala expositiva se convierte de pronto en un laboratorio clínico, una morgue de cuerpos inertes y vulnerados. El diálogo establecido entre la colección y la producción de la artista permite entregar así diferentes capas de lecturas y narrativas heterocrónicas (en espacios y tiempos distintos), para acercarnos desde el pasado al presente e intentar proyectar hacia el futuro la dignidad de los cuerpos, la sociedad, la naturaleza y la vida.

Mariana Najmanovich, Nuevas Sustancias V, 2019, óleo sobre papel, 75 x 57 cm. Foto: Fernando Mendoza
Mariana Najmanovich, Nuevas Sustancias III, 2019, óleo sobre papel, 75 x 57 cm. Foto: Fernando Mendoza
Mariana Najmanovich, Nuevas Sustancias XI, 2020, óleo, silicona e hilo sobre tela, 58 x 59 cm. Foto: Fernando Mendoza

SOBRE MI PROCESO DE TRABAJO EN LA SERIE NUEVAS SUSTANCIAS (2018-2021)

Por Mariana Najmanovich

La idea de la piel, vinculada a la última serie de mi trabajo, apareció hacia finales del 2017 al revisar imágenes de muñecas de silicona con inteligencia artificial que se utilizan con fines sexuales y/o de compañía. La visualidad de estas muñecas (en sus versiones femeninas y masculinas) coincide con determinados estereotipos físicos que produce la sociedad y que circulan masivamente en redes sociales. Lo que me impactó inicialmente sobre las fotografías y reportajes revisados de este tipo de muñecas, son las traducciones en silicona que hace esta industria sobre la piel humana.

Otras de las escenas que he utilizado para elaborar estos últimos trabajos corresponden a fotografías de cirugías médicas practicadas durante la Guerra Civil estadounidense y la Gran Guerra. Cuerpos que desafían toda lógica biológica y se mantienen funcionando a partir de injertos extraños que cuelgan conectando distintas zonas de la anatomía humana. Son pieles que parecen querer acomodarse y tratan de encajar con la ayuda de esas primeras intervenciones médicas.

Al ser la piel una capa que envuelve —ya sea muñecas plásticas o víctimas de guerra en su postoperatorio— en ambos casos ésta quiere acercarse a una especie de modelo, posiblemente como reflejo de buena salud y también asociado a los cánones de belleza mediatizados del momento. Pienso en la envoltura de la piel como frontera protectora. La piel que es capaz de recibir placer o dolor en cualquiera de sus partes, siempre potencialmente expuesta. La piel que somatiza. La piel que revela la enfermedad que se desarrolla al interior, como un vehículo o sistema de comunicación interior—exterior. Pienso en la idea de la piel como un soporte capaz de albergar diversas condiciones físicas, psicológicas y culturales: la enfermedad, la soledad y el rechazo o aceptación/conexión social. Como una capa que queda marcada por nuestra relación con un otro/a.


La muerte y otras miserias. Reflexiones sobre lo poshumano, de Mariana Najmanovich, se podrá ver de 29 de septiembre al 3 de diciembre de 2021 en el Museo Nacional de Bellas Artes (Sala Chile), José Miguel de la Barra 650, Santiago, Chile.

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