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DANIEL OTERO TORRES: TIERRADENTRO

Por Anaïs Lepage | Curadora

Tierradentro es el nombre de un sitio arqueológico situado en una zona montañosa y escarpada del Valle del Cauca en Colombia, en la costa del Pacífico. Famoso por sus tumbas ocultas y sus monumentales esculturas monolíticas, alberga los restos de la cultura precolombina del mismo nombre. Inspirado en este sitio y en la arquitectura y ubicación del Drawing Lab Paris, Daniel Otero Torres (Bogotá, 1985) diseña una exposición en la que ocupa los espacios de una tumba subterránea de este centro de arte.

Al incorporar a su propuesta la arquitectura brutalista del edificio, el artista crea una ‘tumba de luchas olvidadas’. Actualiza saberes y leyendas de diversas regiones de América Latina e imagina conexiones con culturas arcaicas de la cuenca mediterránea, o incluso entrelaza mitologías politeístas con experiencias y acontecimientos contemporáneos. A través de fotografías y dibujos en diferentes soportes, la exposición explora los temas del viaje entre mundos, los vínculos entre lo sagrado y lo profano, entre formas vernáculas y legendarias, entre la historia íntima y los relatos colectivos.

Vista de la exposición “Tierradentro”, de Daniel Otero Torres, en Drawing Lab Paris, 2021. Foto: ©Olivier Lechat
Vista de la exposición “Tierradentro”, de Daniel Otero Torres, en Drawing Lab Paris, 2021. Foto: ©Olivier Lechat
Vista de la exposición “Tierradentro”, de Daniel Otero Torres, en Drawing Lab Paris, 2021. Foto: ©Olivier Lechat

Para Daniel Otero Torres el dibujo es una práctica de préstamo, fragmentación, colusión y detalle. El dibujo no interviene en la génesis de una idea, sino que es su culminación: es el resultado de un proceso de recopilación de fotografías de archivo, de medios de comunicación o personales, luego asociadas en composiciones heteróclitas. El dibujo opera la transposición de la nueva imagen sobre diversos soportes, a veces monumentales: papel, acero inoxidable o aluminio y cerámica.

Fruto de un ensamblaje cercano al collage, los dibujos de Daniel Otero Torres se distinguen por una potente experiencia gráfica, la importancia del gesto y una meticulosa atención al detalle. Tanto los soportes y el proceso de copia, como el trabajo sobre la escala y la dimensión escultórica del dibujo, producen un desdibujamiento de la posición del espectador y de la mirada, además de revelar la artificialidad de las imágenes y representaciones.

En su relación con el volumen y la figura, esta exposición ocupa el lugar de la síntesis, pero también de la experimentación hacia nuevos procesos creativos: al combinar el dibujo sobre papel, el dibujo sobre cerámica y el dibujo escultórico monumental, estas nuevas producciones exploran el alcance y las potencialidades de la práctica gráfica de Daniel Otero Torres.

Al tomar diversos caminos narrativos —las luchas de las combatientes durante los grandes conflictos del siglo XX, los poderes psicotrópicos de una flor que ayudan con el acceso a otras realidades, los ritos funerarios como fundamento de una relación con la comunidad— Tierradentro genera un nuevo sistema de relaciones entre los seres. Es un espacio habitado y vivo donde se produce otra historia de cruces y sincretismos; donde el reto es pensar en lo que nos une a los demás —humanos, animales, plantas— tanto desde el punto de vista del mito como de la vida cotidiana.

Vista de la exposición “Tierradentro”, de Daniel Otero Torres, en Drawing Lab Paris, 2021. Foto: ©Olivier Lechat

Esta exposición adopta la forma de un hipogeo, una tumba formada por cámaras funerarias, cada una de las cuales tiene un significado.

Los perros acompañan la bajada de las escaleras para saludar a los visitantes. En referencia a los perros callejeros de toda América Latina, aquí son a la vez guardianes, guías y perros sin dueño.

Una primera sala, signada por el eclecticismo, mezcla leyendas precolombinas, etruscas y mesopotámicas con descubrimientos científicos más actuales. Desplegados como frisos alrededor del perímetro de jarrones de cerámica, los motivos de las necrópolis de Monterozzi en Tarquinia, Italia, se codean con los del modelado del ADN humano. Otros interactúan con representaciones de Brugmansias y hombres-jaguar. Deidades mitad hombre, mitad animal que circulan entre mundos y flores tóxicas con propiedades psicotrópicas, simbolizan aquí la fusión entre el mundo real y el mítico, la especie animal y la humana.

La cámara central es el corazón de la exposición. Alberga una monumental colección de dibujos escultóricos sobre acero inoxidable pulido como un espejo, titulada FLP (Frente Liberación Popular), que rinde homenaje a las mujeres combatientes, a las ‘soldaderas’ y heroínas silenciosas de las luchas populares del pasado y del presente.

Entre estas diosas híbridas que cobran vida encontramos a figuras anónimas y famosas del Frente Zapatista de Liberación Nacional en México y de la revolución sandinista en Nicaragua; a las «Adelitas», las soldaderas comprometidas con los derechos de los campesinos durante la revolución mexicana; a Ta Thi Kieu, implicada contra las fuerzas armadas estadounidenses durante la guerra de Vietnam; a una activista anarquista durante la guerra civil española; y a jóvenes resistentes kurdas comprometidas contra el grupo Estado Islámico en Siria.

La exposición es “vigilada” por Petra Herrera, apodada «Pedro Herrera», una soldadera mexicana de origen indígena que, para unirse a la milicia de Pancho Villa, tuvo que disfrazarse de hombre antes de fundar un batallón sólo para mujeres.

La última sala, más meditativa, exhibe un dibujo sobre papel colocado sobre una fotografía formato mural tomada por el artista a orillas del río Tutunendo, en el departamento del Chocó, en Colombia. Este territorio cuenta con el mayor número de comunidades indígenas y afrocolombianas del país y, con un clima tropical, es una de las zonas más lluviosas del mundo.

Vista de la exposición “Tierradentro”, de Daniel Otero Torres, en Drawing Lab Paris, 2021. Foto: ©Olivier Lechat

En el centro del dibujo en grafito, una casa montada sobre pilotes, típica de esta región, se funde con la Haus am Horn, erigida con motivo de la exposición de la Bauhaus en Weimar en 1923, mientras que dos esculturas de sabios o chamanes de la cultura Tumaco La Colina enmarcan la entrada del edificio.

Este dibujo, que da origen a toda la exposición, evoca la inventiva de la arquitectura vernácula colombiana –conocida por la adaptación y la diversión como técnicas inagotables de supervivencia- en tensión con los principios de la construcción modular modernista.

El dibujo sobre cerámica, una técnica nueva para Daniel Otero Torres, adquiere aquí una escala inédita y explora diferentes relaciones con el volumen: dibujos de fragmentos sobre bajorrelieves, dibujos gráficos y estilizados de motivos decorativos o figurativos sobre jarrones. Estos trabajos organizan la fusión y los desplazamientos orgánicos entre referencias, épocas y mundos.

–Traducción por Valentina Durán, pasante de Traducción de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile


DANIEL OTERO TORRES: TIERRADENTRO

Drawing Lab Paris, 17, rue de Richelieu, París

Del 13 de marzo al 17 de junio de 2021

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