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SEGUIR AL POLVO

Art at a Time Like This es una organización artística sin fines de lucro fundada en marzo de 2020, a pocos días de decretada la cuarentena global, como respuesta a las adversidades que enfrentaban artistas y curadores en medio de la abrumadora crisis. Creada por las curadoras independientes Barbara Pollack y Anne Verhallen, ambas residenciadas en Nueva York, la plataforma presenta exhibiciones online sobre cuestiones que se han vuelto aún más urgentes en estos tiempos pandémicos, como la discriminación racial y de género, las violaciones a los derechos humanos, la fragilidad del sistema democrático de Estados Unidos (y del mundo), o la emergencia climática.

En esta línea curatorial -y editorial- que apuesta a los artistas y curadores como líderes de pensamiento y cambio social, como agentes que imaginan futuros alternativos para la humanidad, se inserta el nuevo proyecto digital Follow the Dust [Seguir al polvo], de la investigadora y curadora independiente mexicana Clara Bolívar (1986).

Seguir al polvo reúne nueve prácticas artísticas que destacan la omnipresencia del polvo como “materia mínima en constante movimiento”, lo que puede leerse como una metáfora poética del paso del tiempo o como evidencia del impacto de la migración y la desertificación. Desde la explotación de la Amazonía hasta la violencia en la frontera México-Estados Unidos, esta exposición bilingüe presenta estas circunstancias desde el punto de vista de la investigación artística.

“Mientras que en los museos y archivos institucionales el polvo es materia indeseable, aquí ‘museos’ y ‘archivos’ son dispositivos que permiten escuchar al polvo”, escribe Bolívar. «Las prácticas artísticas reunidas en esta exposición siguen, observan y escuchan al polvo. Encuentran en la empatía y en la observación cuidadosa estrategias de conocimiento de las comunidades humanas y no humanas con quienes habitamos. Se preguntan por el tiempo presente de las ruinas y por el polvo de estrellas que nos constituye. El arte es el lugar donde investigan nuestra vulnerabilidad compartida».

Adriana Salazar, Muestrario del polvo del Lago de Texcoco: tezontle, erosión y escombro. Cortesía de la artista y Art at a Time Like This

Entre las obras incluidas en este exhibición están Museo Animista del Lago de Texcoco y la Enciclopedia de Cosas Vivas y Muertas: el Lago de Texcoco, de la artista colombiana Adriana Salazar, proyectos que entrelazan el campo de la exploración artística, la noción antropológica de animismo y la comprensión de la agencia de objetos y materialidades que conforman su acervo. Situados sobre lugares marcados por disputas sociales, políticas, económicas, geológicas y biológicas, estos proyectos toman la forma de investigaciones dentro de las cuales instalaciones, imágenes y textos se articulan, más que en obras, en sistemas de conocimiento.

El museo se compone de una colección de materiales –escombros, suelos- que están de cierto modo “vivos”, pues son testigos directos de las múltiples transformaciones del lago de Texcoco, parte de un sistema lacustre localizado al noroeste del valle de México. A través de estos vestigios, el proyecto de Salazar vuelve a poner en evidencia la desecación de la cuenca central mexicana como un complejo fenómeno en el cual lo vivo y lo inanimado se confunden, y el pasado se anima en el presente.

El Museo Animista del Lago de Texcoco se ha formado desde 2015 como un ejercicio de re-construcción de la condición híbrida de este territorio en conflicto, concebido para albergar las contradicciones, fracturas y tensiones políticas de este contexto, disponiéndose también para pensar otros contextos con problemáticas afines”, explica Salazar.

Su otro proyecto, Enciclopedia de Cosas Vivas y Muertas: el Lago de Texcoco (Ciudad de México, Pitzilein Books, 2019), es un compendio de términos relacionados con esta problemática que la artista ha ido tomando de diversas fuentes escritas (documentos) y orales (conversaciones).

Para esta exposición, la investigación de Salazar va acompañada de paisajes sonoros creados especialmente por Víctor Navarro, y de un Muestrario del Polvo (tezontle, erosión y escombro) con textos que ha compilado en la Enciclopedia.

La artista ecuatoriana Sofía Acosta-Varea presenta el video Capítulo 01: Petróleo, parte de la serie El Oriente es un mito, realizado en colaboración con el Archivo Visual Amazónico y Llego Films. Elaborado a partir de la recolección de archivos gráficos y audiovisuales históricos, testimonios, registros personales y fotografías, este trabajo ‘reconstruye’ -de manera distópica y con cierta dosis de sarcasmo- los inicios de cincuenta años de una realidad de inocultable violencia, despojo y saqueo de la Amazonía ecuatoriana, generada por la codicia de la extracción petrolera. La obra también funciona como contraparte a las perversas estrategias mediáticas que ha usado el Estado y las empresas petroleras desde entonces en el Ecuador.

Pero el video también muestra otra realidad: la de la dignidad y resistencia de esos pueblos y comunidades amazónicas en el Ecuador, en alianza con los seres y los espíritus de la selva. “Busco resignificar la selva y situarla como un paisaje en decadencia. Aquí, los límites de lo humano y lo no humano, los límites entre la utopía y la distopía, conviven enfrentadas en una permanente y compleja relación dialéctica. La vida en abundancia y la codicia destructora comparten los entretelones selváticos”, dice la artista respecto a esta reflexión sobre el «mito moderno”, o la falsa promesa de modernidad con la que aún convivimos en toda Latinoamérica.

Como artista que nace y vive en el fronterizo desierto de Sonora-Arizona, Miguel Fernández de Castro explora cómo las economías extractivas y criminales transforman materialmente el territorio. En la exposición presenta una fotografía que capta un tramo de desierto, una imagen casi minimalista apenas pespunteada por hoyos y arbustos. En apariencia, el paisaje luce árido, casi anémico en su estética y concepto. Pero, en el fondo –metafórica y literalmente-, yace la violencia.

Según relata el artista, en octubre de 2019 el colectivo Madres Buscadoras de Sonora descubrió 58 cuerpos en fosas clandestinas dispersas en esa zona del desierto, a las afueras de Puerto Peñasco, Sonora. Cada fosa contenía varios cuerpos enterrados entre 2011 y 2019. Los restos más antiguos tenían nueve años; los más recientes, apenas una semana. “La dificultad de buscar cuerpos en el desierto radica en la repetición de los referentes en el paisaje, de ahí que el encontrar sea consecuencia de aprender a diferenciar lo que a primera vista se muestra monótono”.

El Museo de Marte Moderno es un colectivo de investigadores, artistas y exploradores con sede en la Ciudad de México y Texas que aplica irónicamente la metodología de archivo y la museología a paisajes futuristas, generando así historias especulativas. Como espacio de producción e investigación ficticia, compone, traza y conjura cartografías delirantes, intervenciones arquitectónicas-ecológicas hipotéticas y acciones rituales-performativas.

Para esta exposición, ha producido el primer video-ensayo de una próxima serie titulada Seguir al polvo. La obra, Misión: El Desierto, es un ensayo narrativo que funciona entre un tráiler y un episodio 01. Los temas se centran en la migración en relación con el turismo espacial, la ecología y la memoria geográfica bajo la apariencia de un ensayo de ficción ambientado en el futuro. Esta introducción de siete minutos de duración trata sobre la viajera espacial perdida Menni Toto Pú’, cuyo archivo fue rastreado por su compañero de viaje Totopú Arr a Manni.

Misión: El Desierto recontextualiza el metraje de archivo cósmico con fotografías de varios paisajes, creando un espacio para explorar la naturaleza en la que la ecología y la memoria se mueven, se disipan y, en última instancia, se convierten en una zona maleable para explorar numerosas narrativas.

Entre los proyectos anteriores del Museo de Marte Moderno -centrados en las condiciones que rodean las prácticas museológicas y de archivo, junto con el replanteamiento de las narrativas históricas- se encuentra Extranjero No Residente (2013-presente), un abordaje a las historias que rodean el desierto del oeste de Texas y a la categoría legal de contribuyentes no estadounidenses que no aprueban los requisitos de la Green Card.

Iurhi Peña, Subjetividades de Pantalla al otro lado de la Frontera, 2021, dibujos digitales. Cortesía de la artista y Art at a Time Like This

Desde la perspectiva de la artista e ilustradora mexicana Iurhi Peña, el paisaje es interrumpido y transformado por los estereotipos «del otro» generados por los medios de comunicación. Para esta muestra, acompaña su serie crítica de dibujos digitales Screen Subjectivities from the other side of the Border [Subjetividades de Pantalla al otro lado de la Frontera](2021) con un texto narrado en primera persona que da cuenta de su aguda percepción de los imaginarios que, sobre México, se han construido al otro lado de la frontera. Rayan en lo absurdo, pero son ciertamente reales:

“Nada en mi vida se parece a lo que pasan en la tele. El tiempo pasa y mi niñez en una unidad habitacional chilanga que se levanta en la periferia como un rezago de proyectos estatales para el bienestar de la clase obrera no es como la hermosa casa de Kevin McCallister, que también tiene una familia grande como la mía, solo que rubia y con ojos azules como nunca he visto a nadie”.

o

“Sentada en un pesero, veo otra serie gringa como tantas más que he visto, descargada ilegalmente en mi celular, sobre jóvenes adultos blancos que logran sus sueños en la gran ciudad y con los que me identifico. Llego a mi casa en mi colonia fea a comer guisados ricos que hizo mi mamá. En la serie hacen un chiste de cómo Taco Bell les provocó diarrea explosiva. No me parece gracioso”.

Comunidad Catrileo + Carrión, afiche para «kiñe lafken ngelay afpun [Un oceáno, sin fronteras]», 2021. Cortesía de lxs artistas y Art at a Time Like This

La Comunidad Catrileo + Carrión —con residencia en Pikunmapu/Qullasuyu (mal llamado Chile) y el territorio Kumeyaay (frontera entre Estados Unidos y México)— busca suplantar la fijeza de las fronteras con un ritual de tejido, escritura, imágenes y paisajes sonoros dedicados al mar en su video kiñe lafken ngelay afpun [Un oceáno, sin fronteras] (2021), realizado especialmente para esta muestra.

“Somos una comunidad que está dividida por fronteras de naciones, pero persistimos en construir un vínculo entre nosotres más allá de estos límites. Las naciones no solo tienen tradiciones e identidad, también tienen cambios y revoluciones. Hacia esa energía en constante movimiento queremos ofrendar este video que hemos tejido como una ceremonia que está por venir”, señalan.

Cada acción realizada en este proyecto audiovisual está pensada como una relación con el gran cuerpo de agua (füta lafken) que ha sido nombrado como Océano Pacífico. Gabriela “Himitsu” Nuñez construyó una atmósfera sonora para esta experimentación colectiva. El video está compuesto por dos performances en diferentes lugares, dos piezas textiles (witral) y un texto poético. Combinados, invitan a sensibilizarnos con otra noción del mar, el mar como una memoria fluida de marealécticas que rompen con el tiempo lineal como única forma de entender la vida. “Queremos borrar la frontera, invocar a las olas del océano para arrojar nuestras ofrendas tejidas como seres no humanos, que puedan navegar por aguas que no tienen límites”.

Desempolvando archivos para buscar historias del pasado que les interpelan en el presente, Amanda Cervantes y José Luis Benavides, artistas latinx queer residentes en Chicago, trazan una exploración del tiempo queer y el parentesco queer a través de generaciones e identidades en su trabajo Inner Lives Out: Archiving Queer Times [Vidas interiores expuestas: Archivando tiempos queer] (2021).

En el video, vemos a ambxs artistas conversando sobre sus relaciones con la historia queer a partir de sus investigaciones de los archivos de Amigas Latinas, organización activista de lesbianas latinas en Chicago. En sus reuniones, donde no faltaban las comidas “conversacionales”, las activistas abordaban tópicos queer como “salir del clóset”, lidiar con la familia, el sexo seguro, los derechos legales de las lesbianas, además de temas más generales como la espiritualidad, la planificación financiera y la comprensión del racismo y el clasismo.

“Nuestro trabajo hace público lo personal a través de colecciones y archivos privados, escondidos y, a menudo, de historias ocultas. Observamos las mitologías y microhistorias de nuestras familias para señalar momentos de borramiento”, dicen estxs artistxs, que interrogan lo personal para redefinir nociones sociales establecidas, como la de familia, o para irrumpir en el espacio hetero-normado con una nueva epistemología sobre las relaciones queer, la memoria y los legados latinx.

Still de Cuerpo Colectivo (Interdependencia), 2021, de Daniela Medina Poch. Cortesía de la artista y Art at a Time Like This

La artista colombiana Daniela Medina Poch –vive entre Berlín y Bogotá- investiga algunas de las correlaciones entre lenguaje, identidad y territorio de su cotidiano con un enfoque actual en interseccionalidad medioambiental. En la exposición, presenta Cuerpo colectivo (Interdependencia) [2021], el registro en video de un performance realizado este año en el Parque del Retiro de Madrid, que consiste el “borramiento” de la palabra interdependencia, escrita por la misma artista con el polvo acumulado en un sendero.

Para Medina Poch, el polvo, como materia formada a partir de la reunión de partículas de diversos cuerpos, es luego diseminado a través de otros cuerpos, lo que evoca las nociones de interdependencia y pluralidad. “Desde el polvo que viaja del Sahara tomando los nutrientes del lago Chad, fertilizando así los suelos del Amazonas, hasta las partículas virales que le han dado la vuelta al planeta, poniendo en cuestión nuestros actuales estilos de vida, la interdependencia entre lo humano y lo no humano es un principio fundamental y urgente. La interdependencia desafía fronteras nacionales e individuales y nos recuerda que, como el polvo, somos partículas minúsculas conformando un cuerpo colectivo”.

Diana Cantarey -vive entre Ámsterdam y Ciudad de México- convierte los desechos de las calles en pictografías y la arena de la playa en un lienzo. Al igual que Daniela Medina Poch, observa y recolecta el polvo en espacios privados y compartidos y le da forma para interpelar a los caminantes a observar los mensajes que éste nos trae.

“El polvo me dijo: ‘A veces soy arena, soy tierra, soy pelusa, soy carne, pero siempre soy tiempo, vida y evidencia’”.

Diana Cantarey, Una historia de tiempo y silencio (performance y series de dibujos sobre partículas: arena, suelo, polvo), Amsterdam, 2021. Cortesía de la artista y Art at a Time Like This

Las nueve prácticas artísticas aquí reunidas dan voz al polvo como testigo material y agente transformador en tiempos expandidos que quedaron debajo de la imposición del llamado progreso, el cual ha resultado en jerarquías impuestas a los seres humanos y a lo “no humano”. Debajo del descuido, de la indiferencia, del despojo y de los silenciamientos forzados se levantan voces desde la investigación artística y los esfuerzos comunitarios, donde se abren espacios de enunciación, indagación, encuentro, transformación y florecimiento.

Seguir al polvo es un proyecto digital que, a través de la poesía e imaginación política desde el arte, se hace pertinente en un momento en que América Latina lucha contra la pandemia de la COVID y sus consecuencias a toda escala, a la par de los incansables levantamientos sociales, las crisis de los mal llamados sistemas democráticos, un creciente autoritarismo, colapsos migratorios, el extractivismo implacable, la destrucción de ecosistemas y los persistentes ataques a las comunidades indígenas.


Clara Bolívar es investigadora en proyectos académicos y curatoriales con interés en enfoques críticos de la historiografía de las prácticas artísticas en el México del siglo XX. Tiene una maestría en Historia de la Universidad Iberoamericana y completó su licenciatura en Ciencias de la Cultura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Pertenece a la tercera generación de la Escuela Crítica de Arte convocada por Proyecto Siqueiros en La Tallera, Cuernavaca, en 2017, y a la generación 2018 del Curatorial Intensive del Independent Curators International (ICI). Fue investigadora en la Celda Contemporánea, Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Museo Nacional de Arte, Museo del Palacio de Bellas Artes y Centro de Documentación Arkheia del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), donde co-curó la exposición Expandir los espacios del arte: Helen Escobedo en la UNAM 1961-1979 (2017). Coordinó el círculo de estudios Historias políticas de objetos en el espacio de artistas independientes Bikini Wax en 2018.Actualmente, es codirectora de la Oficina de Acompañamientos Artísticos Tlaxcala3 con Alí Cotero y parte del colectivo del GCAS Latinoamérica del Global Center for Advanced Studies. Creó, junto a artistas y curadores en espacios autogestionados en América Latina y otras latitudes, el Primer Encuentro Internacional de Objetos sin Personas (2018) y el Segundo Encuentro Internacional de Objetos y Muros (2019). Coordinó el libro Objetos antes y después del muro: Investigaciones artísticas acerca de muros contemporáneos (Festina Publicaciones y Tlaxcala3, 2020).

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