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EL TIEMPO ES OTRO RÍO (A TRAVÉS DE LA PANTALLA)

Si algo hemos aprendido activamente durante los últimos días es que es posible hackear a los sistemas (incluso a los más abstractos) jugando su mismo juego. Un día un niño de 10 años despierta y las 10 acciones de GameStop, su tienda de videojuegos favorita, que compró por 60 dólares, habían aumentado a 3.200 dólares en un acto coordinado de resistencia iniciado en Reddit. Sin embargo, esto no termina aquí, pues más allá de las ganancias económicas improbables que experimentaron lxs pequeñxs inversionistas de esta tienda, es interesante hacer espacio para hablar sobre cómo lo anterior se suma a una larga lista de consecuencias de una colectividad radical nacida en internet. Una colectividad que entendió, examinó y compartió los opacos procesos del shortselling, que alargan sus garras desde Wall Street y, a partir de intercambios muy cuestionables, terminan de depredar empresas agonizantes.

Revisitando históricamente la promesa del internet temprano, ese que desde el lanzamiento del protocolo de la WWW en 1989 calibró una nueva balanza de intercambios y, simultáneamente, abrió múltiples puertas (o, mejor dicho, ventanas) que han reestructurado muchas de nuestras interacciones sociales, eventos políticos, movimientos económicos e impactos ecológicos desde entonces, no es de sorprender que, con la red de redes y la expansión masiva de su aún sesgada accesibilidad, se hayan configurado nuevos espacios para demandar acción y crear nuevas comunidades.

Still «El tiempo es otro río» (Second Life, «Nos faltan 43»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex
Still «El tiempo es otro río» («Consignas»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex

El tiempo es otro río, proyecto de investigación y acción colectiva de Tania Candiani, es unespacio de intercambios, reubicación y expansión de una serie de protestas llevadas a cabo en línea y reformuladas dentro de Minecraft, Sims, Animal Crossing y Second Life. Es interesante destacar la naturaleza colectiva del proyecto ya que, aunque las protestas y acciones son el reflejo reencarnado de diversos eventos gestados en el pasado cercano, también es un espacio de intercambios en donde diversos agentes pueden sumar a estos gestos performáticos al colocar sus cuerpos -y expansiones de éstos- en el lugar del cuerpo de otrxs para brindar una segunda vida a lo que fue un paso efímero, pero poderoso, por los callejones e hipervínculos del internet.

Para analizar a profundidad El tiempo es otro río es importante reflexionar acerca lo que implica la noción de protesta en línea, así como sus manifestaciones a lo largo de la historia. Sin duda, el internet no sólo facilita en gran medida la participación en las formas tradicionales de protesta, como las manifestaciones en el espacio público, sino que también confiere a estas protestas un carácter transnacional al difundir eficaz y rápidamente los esfuerzos de comunicación y movilización. El levantamiento del movimiento zapatista en 1994 es un ejemplo de ello. Esto que comenzó como una rebelión local -una lucha por derechos y una mayor autonomía para el pueblo de Chiapas en la selva tropical del sur de México- cobró rápidamente impulso gracias a una amplia y creciente red de apoyo mundial que logró vincularla con muchas otras luchas nacionales e internacionales contra la globalización neoliberal. Aquí, el internet fue decisivo para la difusión global de la protesta y la muestra de solidaridad.

Aunque la contribución precisa del internet es difícil de establecer, es claro que ha dado a la sociedad civil nuevas herramientas para apoyar sus reivindicaciones. En ese sentido, El tiempo es otro río abre la posibilidad de pensar el repertorio de acción colectiva de losmovimientos que persiguen el cambio social y político a partir de la acción en línea, donde se hacen visibles dos capas: por un lado, la narrativa de cómo internet facilita y apoya la acción colectiva (tradicional) offline en términos de organización, movilización y transnacionalización y, por otro, cómo crea nuevos modos de acción colectiva. Aquí se evidencia cómo el internet no sólo ha apoyado las acciones tradicionales como las protestas y toma de espacios públicos y las ha colocado en el ojo internacional, sino que también se utiliza para crear nuevas formas de protesta en línea y un abanico de actividades que apoyan estas causas, que van desde peticiones en línea, donaciones, ataques DDoS (ataques de denegación de servicios en plataformas/sitios web) y spam coordinado, por mencionar algunas.

En este contexto, es interesante destacar desde dónde se ubican los esfuerzos colectivos que dan paso a una pluralidad de gestos centrados en la búsqueda de justicia. En ese sentido, los movimientos sociales pueden definirse como «redes de interacción informal entre una pluralidad de individuos, grupos y/u organizaciones, comprometidos con la resolución de un conflicto político o cultural basado en una identidad colectiva compartida (Diani, 1992). Su «repertorio de acción colectiva» es, como señaló originalmente Charles Tilly, las «constelaciones distintivas de tácticas y estrategias desarrolladas a lo largo del tiempo y utilizadas por los grupos de protesta para actuar colectivamente con el fin de reclamar a individuos y grupos» (Tilly, 1984). El repertorio de acciones de los movimientos sociales es tan amplio como movimientos sociales y activistas, objetivos y causas, reivindicaciones y quejas.

Still «El tiempo es otro río» (Minecraft, «Explanada Feminista»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex
Still «El tiempo es otro río» (Animal Crossing, «Ni una menos»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex
Still «El tiempo es otro río» (Sims, «Ni una menos»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex

Es importante acotar que El tiempo es otro río se centra explícitamente en lo que se ha denominado comportamiento político «noortodoxo» o «no convencional» (Marsh, 1977): aquellas acciones y tácticas que, por un lado, se «realizan en el marco no institucional de la política, fuera del ámbito de la participación convencional u ortodoxa (es decir, votar, ser miembro de un partido político, etc.) y, por otro lado, no equivalen a un delito político grave: secuestro, terrorismo, guerrillas, etc. (Marsh, 1977). Pensando a la acción en línea y, sobre todo, a las tácticas desarrolladas por los focos de investigación de este proyecto, vale la pena retomar la noción de hacktivismo, término que fue impulsado por algunos grupos de activistas como el Critical Art Ensemble (CAE) al introducirlo en el marco de la «desobediencia civil electrónica» para describir las acciones de protesta que se llevan a cabo en el internet.

Un punto interesante a destacar de El tiempo es otro río es su manejo del espacio y del tiempo, pues el espacio/pantalla fluye a una velocidad distinta que aquello que sucede fuera de éste. Hablar de Sims, Second Life e incluso Minecraft en 2021 implica una excavación social e histórica de todos los universos que aquí se gestaron. De ahí que el acto de investigar y recrear una protesta, un memorial o un gesto de resistencia se convierte, a su vez, en una nueva gestualidad de la memoria social.

Resonando fuerte con proyectos como Synthetic Performances (2009–2010) de Eva y Franco Mattes, donde el dúo recrea una serieperformances que no son de su autoría dentro de Second Life; el poderoso archivo de casos de censura mediática The File Room (1994), creado por Antoni Muntadas; y, por supuesto, las herramientas desarrolladas por el Electronic Disturbance Theater para la acción (híbrida) colectiva como el applet de Java FloodNet (1998), desde el que se llevó a cabo lo que ha pasado a la historia como la primera protesta en línea que no sólo fue viral sino también exitosa, El tiempo es otro río adquiere un carácter peculiar al perseguir la descentralización de la información, de los procesos y del archivo en sí mismo.

Still «El tiempo es otro río» (La revuelta de Stonewall). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex
Still «El tiempo es otro río» (Minecraft, «Memorial a Acteal»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex
Still «El tiempo es otro río» (Minecraft, «Museo de la Protesta»). Tania Candiani en colaboración con estudiantes del Tecnológico de Monterrey. Cortesía de lxs autorex

Aquí se suman las fuerzas de performances como El violador eres tú de Las Tesis y sus múltiples activaciones en diversas marchas feministas, pasando por el movimiento Black Lives Matter y su poderoso discurso transmedia, llegando hasta los memoriales dedicados a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Aquí, no sólo se recolectan episodios históricos para situarlos en un escenario que les dota de un carácter replicable, sino que se convierten en un archivo dinámico desde el que las capturas/grabación de pantalla no sólo se colocan como elementos de consulta, pero también como puntos sensibles de acceso y cúmulos detonantes a la acción. Aunado a lo anterior, al abrir la caja negra de lo que representan los procesos activos de integración y reflexión colectiva, El tiempo es otro río también abre un puerto desde el que es necesario apuntar al tipo de acciones y gestos que podemos colocar en el panorama de la protesta en línea. Así, es útil abrir, al menos, cuatro canales dentro de los cuales colocar estas vías de acción.

Canal 1: Acción apoyada por el internet de impacto inmediato. Por ejemplo, donaciones,modificación del comportamiento del consumidorx, distribución de la información clave sobre una manifestación fuera de la pantalla, entre otras.

Canal 2: Acción apoyada por el internet de largo aliento. Por ejemplo, la capacidad demanifestación transnacional y la gestión de reuniones transnacionales con fines sociopolíticos concretos.

Canal 3: Acción llevada a cabo en internet de impacto inmediato. Por ejemplo, peticiones enlínea, spam manual de correo electrónico y la viralización de contenido.

Canal 4: Acción llevada a cabo en internet de largo aliento. Por ejemplo, sitios web/plataformasde protesta, sitios web/plataformas de medios de comunicación alternativos, interferencias culturales o culture jamming y, por supuesto, prácticas hacktivistas.

Haciendo un puente entre este panorama reducido de la integración del internet en los movimientos sociales, encontramos que El tiempo es otro río reivindica las capacidades de los medios tácticos desde las artes como agente colectivo, expandido y poderoso; cómo asumirnos como colmena resuena no sólo con las búsquedas artísticas con una fuerte relación al contexto político, sino también con el gesto performático de colocar al cuerpo. Este proyecto híbrido retoma escenarios y plataformas desde los que la digitalización del cuerpo se coloca a manera de ritual colectivo que va dejando huellas y trazos que potencian la noción de colectividad. Si bien el espacio/pantalla no es capaz de suplantar todas las interacciones posibles, sí es capaz de brindar un portal que nos teletransporta en el tiempo/espacio para colocar las copias de aquello que fuera de la pantalla siempre se ha buscado erradicar.


El tiempo es otro río es un proyecto de Tania Candiani en colaboración con estudiantes de distintas facultades y campus del Tecnológico de Monterrey. Fue realizado durante la residencia virtual del Laboratorio Arte AC. Síguelo en Instagram: @el.tiempo.es.otro.rio


Referencias

Clark, John D. and Themudo, Nuno S. (2003) ‘The Age of Protest: Internet-Based “Dot Causes” and the “Anti-Globalization” Movement’, in John D. Clark (ed.), Globalizing Civic Engagement. Civil Society and Transnational Action. London: Earthscan. Publications Ltd, 109–26.

della Porta, Donatella and Mosca, Lorenzo (2005) ‘Global-net for Global Movements? A Network of Networks for a Movement of Movements’, Journal of Public Policy, 25(1): 165–90.

Diani, Mario (1992) ‘The Concept of Social Movement’, Sociological Review, 40(1): 1–25.

Earl, Jennifer (2006) ‘Pursuing Social Change Online: The Use of Four Protest Tactics on the Internet’, Social Science

Computer Review, 24(3): 362–77.

Marsh, Alan (1977) Protest and Political Conciousness. Beverly Hills and London: Sage Publications.

Meikle, Graham (2002) Future Active: Media Activism and the Internet. New York and London: Routledge.

Schönleitner, Günther (2003) ‘World Social Forum: Making Another World Possible?’, in John D. Clark (ed.),

Globalizing Civic Engagement. Civil Society and Transnational Action. London: Earthscan Publications Ltd, 127–49.

Stolle, Dietlind and Micheletti, Michele (2005) The Expansion of Political Action Repertoires: Theoretical Reflections on Results from the Nike Email Exchange Internet Campaign. Paper presented at the 101st Annual Meeting of the American Political Science Association, September 1–4, Washington, DC.

Tilly, Charles (1984) ‘Social Movements and National Politics’, in Charles Bright and Susan Harding (eds), Statemaking and Social Movements: Essays

Van Laer, Jeroen (2009) ‘Internationale Coördinatie van Wereldwijd Protest en de Impact van Veranderende Communicatietechnologieën’, Brood & Rozen, 2.

Wellman, Barry (2002) ‘Little Boxes, Glocalization, and Networked Individualism’, in Makoto Tanabe, Peter van den Besselaar and Toru Ishida (eds), Digital Cities II: Computational and Sociological Approaches. Berlin: Springer, 10– 25.

Doreen A. Ríos

Toluca, México, 1992. Curadora e investigadora. Su trabajo se enfoca en el arte digital, prácticas post-digitales y nuevas materialidades. Fundadora de [ANTI]MATERIA, plataforma en línea dedicada a la investigación y exposición de arte producido a través de medios digitales, Ríos busca facilitar intercambios internacionales entre artistas, curadorxs, gestorxs y profesionales interesadxs en las prácticas digitales y post-digitales. Graduada de la Maestría en Curaduría Contemporánea por Winchester School of Arts, especializada en culturas digitales, y de la Licenciatura en Arquitectura por el Tec de Monterrey. Paralelamente es curadora en jefe del Centro de Cultura Digital, VJ en Minipixel, mediadora en Unidad de Conciencias Colectivas Terrestres, docente en CENTRO y en el Tec de Monterrey.

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