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CIBERNÉTICA DE LOS POBRES: TUTORIALES, EJERCICIOS Y PARTITURAS

Por Diedrich Diederichsen y Oier Etxeberria | Curadores

La cibernética domina el mundo. Al principio, era una teoría o metodología para prever las respuestas a las intervenciones, medidas y otras decisiones en materia de planificación, e incluía precisamente la respuesta anticipada a dicha planificación con el objetivo de lograr sistemas independientes de autocontrol.

El conocimiento que tenía de los sistemas se debía a las observaciones militares: ¿cómo se puede derribar un avión que no vuela en línea recta? De esta forma, la cibernética irrumpió en muchos tipos de actividades, desde la planificación del tráfico a las obras de ingeniería compleja, así como en numerosas disciplinas sociales, como, por ejemplo, la criminología.

La digitalización de todos los aspectos de la vida cotidiana y la transformación de los datos en mercancía hicieron que esta empezara a controlar también las relaciones económicas, traspasando los límites de la planificación pública y política.

Si consideramos el arte como una actividad humana que evita o incluso socava las arquitecturas del poder, las ganancias y el dominio, ¿cuál es su papel en un mundo cibercapitalista? La propuesta de una «cibernética de los pobres» puede verse como un intento de superar la cibernética dominante o de interrumpir sus sistemas. En ambos casos, debe tener en cuenta los medios y las estrategias, la filosofía del actual programa cibercapitalista.

Sin embargo, el arte lleva ya un tiempo respondiendo al giro cibernético en las arquitecturas del poder, ya sea mediante las ideas provenientes de movimientos como Fluxus y el arte conceptual, que consideran las obras de arte como programas, índices de contenido, propuestas para interacciones complejas, o de tendencias proclives a «desmaterializar» la obra de arte (Lucy Lippard). Algo que ha sido recurrente en diferentes momentos de la historia del arte de los últimos 50 años.

Jon Mikel Euba, 29 condiciones para una imposición. Para la organización de un cuerpo que se pone a disposición de la escritura, 2020. Foto: © Mikel Eskauriaza

La exposición Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras, en Tabakalera (Donostia, San Sebastián, España), combina posiciones históricas y propuestas que responden a una nueva situación en la que la cibernética ya no es solo un concepto relacionado con la administración del poder, sino también con las ganancias y la acumulación, aspectos que se unen en la idea del control y la anticipación a través de la recopilación de datos.

Cuatro artistas contemporáneos responden a esta situación de distintas maneras y han producido nuevas obras para esta exposición. Junto a ellos, se presentan las obras de artistas clásicos y de otros menos conocidos que tuvieron un interés en estos temas, algunos hace ya 50 años. El denominador común de las obras en la muestra es que todas se enmarcan en una o en varias de las tres categorías que conforman el subtítulo de la exposición: tutoriales, ejercicios y partituras.

Agencia, Asamblea, 2020, 10 casos basados en la pregunta «¿Qué pasaría si las cosas colectivas se incluyeran mutuamente en las prácticas artísticas?». Foto: © Mikel Eskauriaza

Agencia es una iniciativa artística con sede en Bruselas cuyo trabajo consiste en analizar el marco legal en el que se desenvuelven los artistas. De esta manera, ofrece una respuesta al régimen cibercapitalista en el mismo lugar en el que se definen los conceptos básicos de la propiedad intelectual y creativa. En el marco de esta exposición, su ambiciosa propuesta consiste en revisar un total de más de 100 casos de actividad colectiva clasificados en su archivo. Destacan, entre todos, los relacionados con el fenómeno fan. El trabajo pretende redefinir el sujeto creativo como un agente sometido a todo tipo de autoridades anónimas e impersonales.

Lili Reynaud-Dewar (1975) aborda la lógica arquitectónica e institucional de los museos y otros espacios de la cultura contemporánea. Esta artista francesa, con un historial artístico ligado a las artes escénicas, el cine, la literatura y especialmente las cuestiones queer y afro-diaspóricas, baila alrededor de los edificios y dentro de ellos, transgrediendo sus límites funcionales. La forma en que el edificio anticipa y regula las miradas, las vistas y los movimientos se contrarresta no con un gesto anarquista, sino con un lenguaje de movimientos de danza y la extraña intrusión de un cuerpo femenino desnudo, pintado, que se mueve de una manera muy concreta y ejerce un antiplan utilizando elementos definidos por el léxico de una danza sin partitura. Todas estas coreografías son grabadas y editadas.

Camila Sposati (1972) trabaja allá donde la escultura converge con los instrumentos musicales. La artista brasileña concibe sus objetos como contenedores de uso futuro, un uso que no necesariamente tiene que darse en la realidad, sino que puede definirse como un uso (musical) posible, que no es aleatorio pero que tampoco está predeterminado, a diferencia de la cultura de preajustes y aplicaciones. Sposati también invoca una perspectiva poscolonial y anticolonial: ¿de dónde procede la cibercultura contemporánea? ¿cómo llegó al mundo no occidental?

Lili Reynaud-Dewar, I Want All of the Above to be the Sun, 2020, video HD, color, 42′. Foto: © Mikel Eskauriaza
Camila Sposati, Phonosophia, 2020, cerámica. Foto: © Mikel Eskauriaza

La exposición también incorpora otros artistas contemporáneos que responden habitualmente, de una u otra forma, al desafío del control cibernético y la economía.

La portuguesa Ana de Almeida (1987) y la polaca Alicja Rogalska (1979) han trabajado juntas durante un tiempo en versiones feministas de los denominados juegos de rol en vivo o LARP (del inglés Live-Action-Role Plays). En Tabakalera, llevan a cabo una versión de uno de estos juegos cuyos resultados son presentados en la exposición. Algunos artistas en la muestra están representados mediante partituras u obras basadas en notaciones. La partitura representa un programa social que tiene que ver con la dialéctica del control y la espontaneidad, aunque su praxis funciona de un modo antagónico con respecto a la anticipación de las cualidades humanas antes mencionadas.

Menos entusiasta es el uso que propone Alex Mendizabal (1961) en For Orchestra, una partitura que se construye a partir de todo tipo de notaciones que están escritas sin ideas ni ganas, después de haber reconocido en la escritura de música para los demás un ejercicio tóxico del que el autor quería alejarse. También de Mendizabal, Famoseca (1987) es una partitura para diez instrumentistas de viento en tiovivo de columpios en el que las fuentes sonoras están en movimiento y que se interpreta además en un contexto de feria, externo a la sala de conciertos.

Vista de la exposición «Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras», en Tabakalera, España, 2020. Foto: © Mikel Eskauriaza
Vista de la exposición «Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras», en Tabakalera, España, 2020. Foto: © Mikel Eskauriaza

La ideología y la metaforología cibernética a menudo se apoya en el descubrimiento de programas y partituras en la naturaleza. El proyecto del genoma humano parece legitimar un mundo programado a través de la naturaleza y su escritura codificada.

El artista austriaco Jörg Schlick (1951-2005) utilizó el comienzo del Código del Genoma Humano después de que un periódico alemán lo documentara y lo aplicó a la organización de sus fotografías. Utilizó el código como un tutorial de organización y lo aplicó a algo completamente diferente, demostrando la aleatoriedad pero también la belleza de los sistemas organizacionales y sus posibilidades.

Hanne Darboven (1941-2009) propone algo similar en sus escritos y dibujos. Estos siguen unos estrictos sistemas organizativos que funcionan para ella como leyes o reglas de auto-organización y sustituyen el control social por otras reglas no opuestas, sino diferentes y autodesarrolladas. Sus proyectos a menudo surgían de prácticas conceptuales. Darboven siempre fue conocida por su seriedad, aunque en esta ocasión la obra que se exhibe aborda con humor la vida controlada de los niños en edad escolar.

Menos serios aparentemente, pero muy filosóficos son los proyectos de Douglas Huebler (1924-1997), entre ellos una serie de fotografías que muestran a todos los seres humanos en la Tierra. Un trabajo incompleto, lógicamente, como el proyecto de Schlick de organizar las fotografías de acuerdo con el genoma humano, cualquiera que sea su longitud, pero que refleja e ilumina perfectamente el concepto de una cibernética de los pobres.

Se trata de un intento desesperado, filosóficamente honesto y trágicamente gracioso, de un ser humano decidido a comportarse como un Dios, una máquina o una recopilación cibercapitalista de datos para obtener cierto beneficio. Un intento que, por supuesto, fracasa sin remedio.

Vista de la exposición «Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras», en Tabakalera, España, 2020. Foto: © Mikel Eskauriaza
Vista de la exposición «Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras», en Tabakalera, España, 2020. Foto: © Mikel Eskauriaza

Del mismo modo, el fotógrafo Heinrich Riebesehl (1938- 2010), sin ninguna experiencia en el arte conceptual, hizo una serie de fotografías en un ascensor de la editorial para la que trabajaba en la ciudad alemana de Hannover, en la década de los sesenta. Retrataba a las personas como si fuera una cámara de vigilancia, mucho antes de que existiera tal cosa.

El trabajo de Mike Kelley (1954-2012) se caracteriza, entre otras cosas, por explorar la dimensión psicopatológica del cibercapitalismo de una manera singular a través de la manipulación de los objetos más comunes. El vídeo de dos canales que presentamos en la exposición muestra una instalación con un carácter marcadamente teatral, en la que los visitantes de una exposición del artista son invitados a interactuar con objetos que se exhiben en un espacio cerrado.

En definitiva, esta exposición se constituye a partir de una constelación de obras en la que los artistas hacen uso de diversas tácticas y metodologías, para interrumpir e impugnar el contenido, pero también la forma, del orden cibernético actual. Estrategias que pueden ser entendidas y definidas como una «cibernética de los pobres».


Cybernetics of the Poor: tutoriales, ejercicios y partituras se presentó del 6 marzo al 23 agosto de 2020 en Tabakalera, y viajará a la Kunsthalle de Viena en diciembre de 2020.

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