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AL AIRE, LIBRE. ARTISTAS CHILENOS REFLEXIONAN DURANTE LA CUARENTENA

Más de 70 artistas y colectivos chilenos se reunieron en una inédita exposición que reflexionó en torno a las vivencias y procesos sociales en tiempos de cuarentena. La muestra, curada por Tiago de Abreu Pinto, se realizó desde sus propios lugares de confinamiento entre el 16 y 17 de mayo pasados. Ahora el proyecto se puede ver online.

Víctor Flores, Plan D, performance con extintores de fuego, residencia del artista, Santiago Centro, mayo 2020. Cortesía del artista

En abril, el curador brasileño Tiago de Abreu Pinto convocó a más de 70 artistas visuales y colectivos chilenos con el propósito de reflexionar en torno a las actuales condiciones humanas de confinamiento a causa de la pandemia del COVID-19. El resultado fue el despliegue de una serie de acciones, obras in-situ –en hogares y calles- durante los días 16 y 17 de mayo, en las que, más allá de articular ese sentimiento de extrañeza, enajenación, introspección y angustia que genera la cuarentena, también se expresaron las continuas luchas por los derechos humanos fundamentales que se habían estado manifestando en las calles de todo Chile desde el pasado 18 de octubre.

La exposición colectiva, titulada Al Aire, Libre, entrelazó así las dos grandes crisis que ha atravesado el país durante los últimos ocho meses. Un pequeño gesto que alude a lo público, algo que se perdió en estos días de aislamiento. Estos artistas, anteriormente conectados a un movimiento de cambio, ahora buscan, a través del proceso creativo, dejar de ser meros espectadores de un espacio en suspensión, postergado.

“El proyecto consistió en una exposición efímera de obras físicas que, aunque alejadas una de la otra, estuvieron conectadas por dos días en el contexto de la cuarentena. Una exposición diluida, pero que conectó al territorio chileno desde Copiapó hasta Coyhaique, y que ahora queremos difundir a través de una web”, comenta Tiago de Abreu Pinto, quien trabajó junto con la artista Voluspa Jarpa en la convocatoria de los artistas y colectivos.  

Entre los artistas participantes se encuentran Paz Errázuriz, Sebastián Calfuqueo, Claudio Correa, Sebastián Mahaluf, León & Cociña, Bernardo Oyarzún, Cristóbal Cea, Constanza Alarcón Tennen, Juan Castillo y Raúl Zurita en colaboración con Delight Lab, así como otros colectivos, entre ellos, MilM2, que invitó a un grupo de vecinos de las Torres de Tajamar, en Santiago, a hacer preguntas desde sus ventanas, o los artistas Ángela Cura, Felipe Santander y Milena Moena, quienes se unieron para proyectar, desde el balcón de su departamento y para sus vecinos, una película que contaba la historia de esta misma comunidad, haciéndolos partícipes del proyecto. “Extendimos una invitación, abriendo un espacio para que nos contaran sus experiencias durante este tiempo, por medio de retratos personales o familiares, escritos breves, imágenes, audios, o lo que a cada unx se le ocurriera. Así es como, a través de Microrelatos, hemos visto proyectadas y visibilizadas en el muro las experiencias que hemos querido compartir como comunidad”, explican los artistas.

Delight Lab en colaboración con Raúl Zurita, Esto también pasará, 2020

Según Tiago de Abreu Pinto, el arte no va a encontrar una cura para el COVID-19, pero había una necesidad latente de realizar este proyecto. “Como me dijo Voluspa: ‘las obras comparten emociones colectivas con el momento presente’. Como cuando te cuentan una historia, porque las historias tampoco son aparentemente necesarias, pero en ellas encontramos -en un momento donde parecemos desconetados los unos de los otros- la capacidad de reconectarnos, para producir el tan esperado encuentro”, dice.

Las obras que integran esta exposición ya se pueden ver en la página web del proyecto, que además contendrá una serie de entrevistas realizadas por el curador a cada uno de los participantes, quienes hablarán de sus prácticas y sus experiencias en la actual contingencia. “Es muy importante subrayar que ésta fue una exposición física, antes que nada. El proyecto online es la concentración de los registros que hicieron cada uno de los artistas que estuvo físicamente reverberando en un espacio y durante un periodo de tiempo determinado”, explica el curador.

Voluspa Jarpa, Blindness Archives, 2020. Cortesía de la artista

ALGUNAS OBRAS DE AL AIRE, LIBRE

Cristóbal Cea: Viaje Astral #2: Interfaces, Museos y Tablets

Tomás descansa bajo la sombra de una palmera. Como muchxs artistas, la crisis sanitaria implicó cancelar o posponer indefinidamente exposiciones, residencias y viajes que yo pensaba eran importantes para el futuro de mi carrera. Sin embargo, el futuro llegó igual, por lo que asumo que no eran tan importantes para el futuro en general ni para para mi carrera en particular. Cuando asumí esto tomé la situación de cuarentena como punto de partida para abandonar cualquier plan y aspiración, entendiendo que, durante períodos de incertidumbre, la única forma sensible de seguir creando es abriéndose a la creación de obras indeterminadas, abiertas, desprovistas de cualquier tipo de certeza, imagen preconcebida o estrategia especulativa de largo plazo.

Estos dibujos cuarentenos -todavía no sé cómo se llaman-, comenzaron como la creación de un hábito. Uno que permitiese ojalá alumbrar este momento, y ayudarme a hacer las paces con el tiempo presente. Reimaginando la hoy obsoleta práctica de dibujar garabatos mientras se hablaba por teléfono, comencé a llamar a personas mientras, simultáneamente, dibujaba en una tableta gráfica un garabato incierto cuyo proceso de realización es capturado como un «speed drawing». Los videos resultantes, que duran entre 3 y 90 minutos, son el remanente de una conversación incompleta, donde lo que queda es mi voz, un dibujo que no se bien qué significa, y el murmullo ininteligible de alguien al otro lado.

Supongo que ejercicios como estos son intentos por habitar la distancia social que hoy es «la nueva normalidad», buscando en ello encontrar una forma de creación que se sitúa en la zona indiferenciada que existe entre artista, obra de arte y quien recibe esta obra devenida mensaje: sea la(s) persona(s) con que converso, quienes se tomen el tiempo de querer revisar mis redes sociales, o alguna persona que lee estas líneas en una página web.

Benjamín Ossa: Lo poco vale

La acción tiene por objeto proyectar un círculo definido en sus bordes sobre la puerta de acceso reservado de la comunidad. La puerta está en la frontera entre lo público y lo privado. Cada cierto tiempo se abre y posibilita que esa frontera se diluya, trasladando la figura proyectada al espacio público, haciendo desaparecer sus bordes. Esta se desintegra y se convierte en energía abstracta. Es este límite el que resignifica lo concreto o abstracto de la figura.

Claudio Correa, El reloj es el cuerpo, 2020. Cortesía del artista

Claudio Correa: El reloj es el cuerpo

Este trabajo es una pancarta hecha sobre un uniforme de estudiante secundario. La frase que da título a este ejercicio refiere a una situación que se repite en la cuarentena: la desorientación temporal –en horas y días de la semana–, motivada por la pérdida de la rutina habitual, el encierro y el surgimiento de otra cotidianidad. El encierro ha rediseñado los días, los cuales ya no están determinados por las horas convencionales. Esta particular zona horaria se constituye de acuerdo a las necesidades corporales. Por ello, concluyo que este entretiempo es el único tiempo habitable.

Constanza Alarcón Tennen: Augurios de Verano

Lectura/performance de un poema desde una ventana iluminada en rojo, para una audiencia invisible. El poema está basado en los movimientos sociales iniciados en octubre del 2019 y en la ruta (simbólica y física) hacia la Plaza Dignidad, epicentro de las protestas y símbolo de la lucha que se iniciaba en ese momento. La plaza hoy se encuentra «lavada» en lo que parece un proceso de borrar y sanitizar una ciudad que por un tiempo contuvo la huella de las expresiones vinculadas al movimiento.

Cristián Inostroza: Collar

Confeccioné un collar de balines disparados por carabineros durante las movilizaciones de octubre del 2019, los cuales dejaron miles de heridos y cientos de traumas oculares en Chile. Estos proyectiles los recogí desde la ‘primera línea’ en las zonas de enfrentamiento durante la revuelta social y trasmití el proceso artesanal desde un proyector hacia la calle.

Diego Santa María, Milagros Abalo y Jessica Briceño: Hoy, poesía gratis

Para este proyecto se han seleccionado las palabras ancla de un poema de Milagros Abalo para ser transcritas una a una a través de audios de WhatsApp, y luego expuestas por el artista Diego Santa María a la mirada de otra persona, la artista Jessica Briceño, que a la distancia las leerá en voz alta. Las palabras leídas no siempre coinciden con las originales, sino que se transforman en otras, nuevas palabras. Y de esta manera será otro texto el que finalmente aparece.

Enrique Flores, El kiosko, 2020. Cortesía del artista

Enrique Flores: El kiosko

Presenté un pequeño kiosco en el frontis de la casa de mi hermana, ubicada en la ciudad de Copiapó, a 805 km al norte de Santiago. El kiosco es portátil, por lo que también se puede situar en otros lugares, y tiene como objetivo comercializar «El mundo perdido», un periódico para lectores que deseen divagar en el tiempo y en el espacio. «El mundo perdido» no es apto para quienes van muy apurados por el mundo. El Kiosco alterna su uso para show de títeres.

Colaboraron Natalia Holvoet, Garvo, Kenfa Wong, Rodriga Riera, Javier Mansilla y Gepe. Agradecimientos especiales a mi sobrino Francisco Cartagena.

Javier Toro Blum, Domo, 2020. Cortesía del artista
Javier Toro Blum, Domo, 2020. Cortesía del artista

Javier Toro Blum: Domo

El proyecto consistió en iluminar desde la ventana de nuestra habitación la cara oriente de la cúpula de la Iglesia de los Santos Ángeles Custodios, utilizando dos focos LED de alta potencia (500 Watts). La iluminación fría contrasta con luz cálida del alumbrado público, contraponiendo ambos puntos del espectro lumínico. La Iglesia es un punto neurálgico dentro del barrio Los Obispos, con vistas desde múltiples puntos. La iluminación de solo una cara vuelve al domo en una especie de luna, donde cara y contracara hacen un claroscuro que varía según el punto de vista de donde se mire. De esta manera, la arquitectura se modifica sin ser intervenida físicamente, abierta a múltiples vistas desde nuestras propias viviendas. A través de la luz se arma un sistema unificado entre dos edificios, que es capaz de compartirse dentro del barrio a partir de sus múltiples imágenes posibles. El objeto aparece y desaparece en el movimiento, como una forma que contiene la luz y la oscuridad, siendo un espejismo efímero de su propia imagen.

Pilar Quinteros: Lady Covid

En marzo viajé a Coyhaique para producir y grabar un corto en el contexto de la residencia de arte “Traslado”, del Ministerio de las Culturas de Chile. Tenía todo planeado, siempre dejando grandes baches para darle espacio a lo que debe ser, a lo que uno fue a descubrir. Sin embargo, esos márgenes se desbordaron con el Coronavirus. Todo se pospuso.

Me quedé en Coyhaique para terminar las piezas de cartón, plástico y tela que pensaba usar para el corto, guardarlas en una bodega e irme. En eso, también se suspendió mi vuelo de vuelta a Santiago y me tuve que quedar aquí por todo abril.

Escribo esto el 19 de mayo. Podría viajar a Santiago en tres buses diferentes, pero la extensión del viaje y el reciente anuncio de cuarentena total allá me desmotivan. Decidí quedarme en Coyhaique porque la ciudad está prácticamente cerrada y no hay casos nuevos de COVID hace semanas. Podemos hacer casi todo normalmente, pero manteniendo la distancia social, cumpliendo con el toque de queda (¡toque de queda!) y usando mascarilla en todas partes. Nos es difícil seguir las reglas de este juego, pero en ausencia de casos uno se siente particularmente absurdo, creo. Aquí el Corona simplemente no existe.

Si no saco a bailar al COVID a la calle no se le ve por ninguna parte. No hay contagiados, nadie está enfermo, estamos re aislados, pero igual hay que seguir jugando ¿A qué, concretamente? ¿O nos están castigando por protestar en masa, como comunidad internacional? Simplemente nos encerraron, nos pusieron en nuestro lugar. Si es así, hay que dejar de tomarse en serio esta enfermedad, no peor que muchas.

Hay que volver a la calle. Lo dije, ahí está. Salir a bailar con el Corona, como con todos nuestros problemas. Hay demasiado por hacer.


ARTISTAS

Alexander Azukar
Álvaro Oyarzún
Ana Carolina Tapia
Ana Navas
Andrea Cifuentes del Río
Andrés Durán
Ángela Cura
Benjamín Ossa
Bernardo Oyarzún
Catalina Andonie
Claudia Müller
Claudio Correa
Constanza Alarcón Tennen
Cristian Inostroza
Cristóbal Cea
Dano Mozó
Daniel Reyes León
Danny Reveco
Delight Lab
Diego Santa María
Enrique Flores
Estela Ortíz
Flavia Contreras
Felipe Santander
Fernando Gómez Balbontín
Francisca Aninat
Francisca García
Francisco Belarmino
Francisco Peró
Gabriel Holzapfel
Gabriela Carmona
Gabriela Vizcarra
Gianfranco Foschino
Irene Abujatum
Javier Rodríguez
Javier Toro Blum
Jessica Briceño
Josefina Guilisasti
Juan Castillo
Juan Pablo Mejías del Pino
Juvenal Barría
Laura Ibáñez Kuzmanic
León & Cociña
Marcela Correa
Mariana Najmanovich
Mario Navarro
Maricruz Alarcón
Marisol Lara
Miguel Soto
Mil M2
Milagros Abalo
Milena Moena
Nicolás Franco Guzmán
Norton Maza
Pamela Iglesias Carranza
Paula Baeza Pailamilla
Paula Martínez Pastorino
Paz Errázuriz
Pilar Quinteros
Raimundo Edwards
Raúl Zurita
Rodrigo Arteaga
Rodrigo Castro Hueche
Sandra Radic
Sebastián Calfuqueo
Sebastián Mahaluf
Temet
Textileras MSSA
Trinidad Lopetegui
Valentina Maldonado
Víctor Flores
Víctor Hugo Bravo
Voluspa Jarpa
Ximena Zomosa

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