CARLOS PAZOS: INTERROGANTES SUSPENDIDOS O DÉJÀ VU?

Carlos Pazos (Barcelona, 1949) es un artista pop sin ortodoxia, que se inscribe en una tradición de arte objetual. Galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2004, ha desarrollado una carrera en solitario, al margen de las corrientes predominantes en el arte español de la segunda mitad del siglo XX. Siempre marcado por el deseo de diferenciarse, por las ansias de ruptura no sólo con el pasado próximo sino también con el espíritu de su propia época, Pazos ha creado una obra inclasificable, fuera de formato, que gira en torno a la autoficción, la melancolía activa, la erudición y la cultura pop.

A medio camino entre estrella del rock y dandy trasnochado, el joven Carlos Pazos optó por tomar la dirección contraria, buscando en el arte una forma de dedicación a lo inútil. El arte de Carlos Pazos es el de crear personajes que él mismo encarna. Personajes que viven en escenarios literarios o cinematográficos con los que el artista se libera de su propia existencia y se permite experimentar, aunque sólo sea por unos momentos, viviendo otras vidas. Son pequeñas historias fragmentadas que se acumulan en un flujo temporal indefinido y que hacen de la experiencia anónima un relato colectivo.

Su carácter multidisciplinar, ajeno a los límites entre alta y baja cultura, cuestiona las ideas preconcebidas sobre el buen gusto y busca la complicidad del espectador que se sitúa frente a la pieza sin necesidad de construir discursos teóricos.

Muchas de las obras que aquí se presentan nos muestran al autor como coleccionista, como recolector de los objetos en desuso que se acumulan en los mercadillos de segunda mano. El artista rescata estos objetos y les ofrece una segunda vida como atrezzo para alguno de sus personajes ficticios. Objetos de la cultura pop que nos remiten a la nostalgia de un pasado no vivido o que perdimos en la infancia. Creando un clima emocional a partir de la minuciosa presentación de objetos, la obra de Carlos Pazos nos habla de la fugacidad del tiempo y de la vida.

En esta exposición, en la que se huye de la cronología, se muestran obras de diferentes épocas y temáticas que evidencian el carácter circular y abierto de la obra de Pazos. Videos, fotografías, piezas climáticas y objetos rememoran el recorrido del artista en los últimos 50 años. Ese camino lo ha llevado a trabajar y exponer en importantes centros culturales en Barcelona, Madrid, París, Nueva York, Bruselas o La Habana.

«A lo largo de los años he intentado mantener la actitud gamberra y auto-derrisoria que caracteriza los géneros musicales que usaba como patrones. Insistiendo siempre en referenciar sin rubricar, luchando empecinadamente contra el estilo y peleando por asegurar varios niveles de lectura. Con inciertos logros. Hoy más que nunca, con los años que llevo a mis espaldas, puedo seguir permitiéndome esa actitud pese a que puedan tacharme de ridículo. Ningún halago mayor que éste, pues considero que cargar de ridículo una actuación es parte del encanto del soñador. El ridículo es el comportamiento que puede resultar más desagradable a los bienpensantes, poco aficionados a la gimnasia intelectual que tiende a la abstracción, a la poesía impura, al ejercicio sin rendimiento visible».

Carlos Pazos, en Interrogantes suspendidos o Déjà vu?

CARLOS PAZOS: INTERROGANTES SUSPENDIDOS O DÉJÀ VU?

ADN Galería, c/ Mallorca, 205, 08036, Barcelona

Del 14 de marzo al 23 de mayo de 2020