MANUELA RIBADENEIRA: OBJETOS DE DUDA Y DE CERTEZA (2000-2019)
Por Rodolfo Kronfle Chambers | Curador
Manuela Ribadeneira (Quito, 1966) tuvo su primera exposición individual en su ciudad natal en 1996. Desde entonces ha forjado una de las carreras más destacadas del arte contemporáneo en el Ecuador con una notable presencia en circuitos internacionales. A casi un cuarto de siglo de estos inicios, la presente muestra panorámica en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito constituye la primera revisión de su carrera puesta en perspectiva.
La artista es conocida por su particular manera de producir sofisticados objetos que, a través de operaciones metafóricas diversas, sintetizan hábilmente una serie de relatos que permiten enfocar de manera crítica el presente. Sus obras parten de inquietudes ligadas a coyunturas específicas del momento de su creación, las cuales suele abordar a partir de una curiosidad científica o anécdota histórica, respondiendo a ellas desde la vivencia personal o memoria familiar. Esta cualidad de procurar en sus trabajos un cruce entre lo íntimo y lo político ha permitido que estos desborden su contexto original de creación para convertirse en pensamientos que se proyectan en el tiempo, permitiendo una actualización continua de sus lecturas.
El recorrido de esta muestra, distribuida a lo largo de cuatro pabellones, perfila sus inclinaciones poniendo en diálogo trabajos de distintas épocas, para enfatizar así intereses medulares y significantes clave que atraviesan su quehacer. La primera parte presenta su investigación histórica y reflexiones alrededor de la noción de territorios y los actos de posesión que los determinan, para continuar luego con su exploración alrededor del tema del castigo como un corolario inherente al poder desmedido. En los dos últimos pabellones se reúnen trabajos que parecen indagar sobre su propio lugar en el mundo —donde se traslapan preocupaciones existenciales con temas identitarios— en obras que hablan desde una subjetividad lo suficientemente abierta, y desplegada en un horizonte lleno de dudas y certezas, como para proponernos pensar también nuestro rol y dirección en el gran esquema de las cosas.
La dispersión de sus obras en colecciones institucionales y privadas fuera del país presentó un reto para la selección y logística necesarias para esta exposición. Se logró reunir 40 obras, entre videos, esculturas, audios, instalaciones y objetos, a más de algunas elaboradas especialmente para la ocasión, que dan cuenta de la amplitud de recursos formales que Ribadeneira maneja para desarrollar su trabajo y que permiten un recuento —al menos parcial— de su producción en los últimos 20 años.
HAGO MÍO ESTE TERRITORIO
Parte importante del trabajo de Ribadeneira, particularmente a partir del año 2005, se ha centrado en una indagación alrededor de la idea de territorios. Varias obras han transmitido su interés por entender las formas en que las cosas se declaran propias, y de ahí su investigación alrededor de los ritos, actos y protocolos de posesión territorial, o su inclinación por formalizar en elegantes esculturas la narrativa que alimenta los conflictos limítrofes.
Pero, más allá de esto, la artista ha proyectado la idea de territorios desbordando su entendimiento como entes físicos —demarcados, apropiados, disputados— para abordarlos también como una expresión del comportamiento humano que se manifiesta en sus tomas de posición en la vida social y política.
En la sala 1 se reúnen algunas obras que exploran de manera amplia esta noción, y las diversas actitudes en que se manifiesta. Al aislar estos gestos para comprenderlos desde una perspectiva más filosófica, la artista los proyecta más allá del contexto que cada pieza invoca.
SOBRE LA DIRECCIÓN EN LA QUE SOPLA EL VIENTO
Aunque las indagaciones en torno a gestos violentos en la cotidianidad o en el anecdotario histórico atraviesan intermitentemente la práctica de la artista, es desde el 2009 hasta el presente cuando este subtexto adquiere una singular presencia, algo que puede entenderse como una inevitable reacción a los convulsos escenarios políticos mundiales y regionales del período. En toda la serie de trabajos que desarrolló en ese año se inscriben anécdotas, datos apócrifos y curiosos relatos derivados de la llamada “pequeña historia” —particularmente referidos a la Revolución francesa— para enfocar aquellos contextos de actualidad con una perspectiva más amplia y dotarlos de densidad metafórica.
Varias de las piezas que se reúnen en la sala 2 orbitan alrededor del castigocomo tema significante, pudiéndose contrastar frente al discurso polarizante de las ideologías, y frente al clima agresivo y punitivo instaurado por regímenes diversos. Cada una es además una expresión emocional que responde al curso del presente desde la perspectiva particular de su experiencia vivencial: estas obras no se expresan en un tono alarmante, sino más bien en un registro emocional lacónico que parece comunicar un llamado de urgencia que de antemano sabe que no será atendido.
EL ARTE DE NAVEGAR
En la sala 3 se ponen en diálogo trabajos de distintas épocas que esbozan un panorama del entorno de la artista, particularmente atravesado por las sutilezas de lo vivencial y biográfico. El horizonte que aquí se configura alude tanto a lo geográfico, es decir rasgos del paisaje que marcan al individuo anclando sus raíces y dotándolo de un sentido de lugar, como al panorama social y a otras construcciones identitarias que surgen de la narrativa que alienta el Estado-nación, que de igual manera modelan a los habitantes de un territorio determinado.
Los trabajos, sin embargo, parecen problematizar la cuestión de la pertenencia, hurgando justamente en las ambigüedades emocionales que plantea el dilema entre la querencia —el amor al terruño— y la carga que también pueden conllevar las ataduras y anclajes del origen. Un conjunto de obras en el que la huella de la voz interna de la artista resuena de manera amplia, trascendiendo su impronta en lo personal para convertirse en materia de reflexión colectiva.
OBJETOS DE DUDA Y DE CERTEZA
Buena parte del trabajo de la artista se alimenta de un impulso paradojal, que incluye en cada obra —simultáneamente— perspectivas de duda y certeza, algo que se hace evidente si reparamos en la ambivalencia con que muchas comunican sus sentidos, alejados de pronunciamientos taxativos o categóricos. De hecho, la artista llegó a inventar una serie de instrumentos de navegación que presentó bajo este título, los cuales bien pudieran ocupar aquella función en el plano existencial: objetos para poder orientarse, encontrarse o comprenderse… significantes clave dentro de una búsqueda filosófica del ser por encontrar su lugar en el mundo.
Este último pabellón reúne apenas seis trabajos, incluyendo el más pequeño y el más voluminoso de la muestra: tal vez vistos en conjunto estos resuman una metáfora sobre la vida misma.
MANUELA RIBADENEIRA: OBJETOS DE DUDA Y DE CERTEZA (2000-2019)
Centro de Arte Contemporáneo, Montevideo y Luis Dávila, Montevideo, Quito, Ecuador
Del 14 de diciembre de 2019 al 19 de abril de 2020
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