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DECONSTRUYENDO TUCUMÁN ARDE. ALEXANDER APÓSTOL EN EL MALBA

Malba presenta el proyecto expositivo Salida de los obreros del museo. Taller y República a partir de Tucumán arde, del artista venezolano Alexander Apóstol (Barquisimeto, 1969), especialmente desarrollado para el museo y coproducido con la Bienalsur. Apóstol propone una discusión abierta y colectiva sobre las relaciones entre arte y política, a partir de una reelaboración contemporánea del manifiesto Tucumán arde: ¿Puede plantearse hoy una discusión a partir de estrategias de producción y difusión similares a las de aquel momento?

Con curaduría de Agustín Pérez Rubio y Diana Weschler, el proyecto planea reformular y reproducir a través de la práctica artística los postulados políticos de la obra colectiva Tucumán Arde. La intención es plantear una discusión abierta y colectiva sobre la reproducción y pertinencia de un proyecto de arte político ya ajeno a las circunstancias en las que fue creado.

«En América Latina, arte y política constituyeron históricamente dos variables interdependientes. Los movimientos artísticos más destacados de la región contribuyeron a impulsar nuevas formas de concebir la discusión política y a facilitar su inserción en el engranaje social. Entre ellos, Tucumán Arde (1968) es recordada como una de las acciones estético-políticas más importantes llevadas a cabo en nuestro medio», explican los curadores Agustín Pérez Rubio y Diana Wechsler.

«Este proyecto consiste en traer al presente aquella experiencia a través de su texto fundacional. A partir de distintas estrategias de trabajo, Apóstol plantea una discusión abierta y colectiva sobre la estructura, formato, reproducción y pertinencia de un proyecto de arte político aparentemente lejano a las circunstancias de las que emergió. El manifiesto de Tucumán Arde funciona aquí como herramienta de análisis que permite abordar temas como la formación del artista, su papel como autor y la inserción sociopolítica de la obra», agregan.

Apóstol deconstruye el manifiesto a partir de un desglose matemático y traslada su estructura a códigos numéricos a través del Teorema de Grafos, heredero de problemas matemáticos históricos que privilegian los recorridos y procesos sobre los finales o resultados y estrechamente ligado a disciplinas geométricas que plantean un cambio de visión sobre los objetos: los definen por sus propiedades y no por sus formas.

Este teorema, además, es el esquema natural de las redes sociales y evidencia el carácter del movimiento en cuestión. Así, a partir de ciertas relaciones lingüísticas del manifiesto se obtiene una secuencia numérica que, en diversos talleres, será traducida a otros formatos por especialistas y estudiantes de la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF): una instalación cinematográfica con material de archivo intervenido con técnicas de animación; una serie de tuits escritos bajo una estructura métrica específica; un video performance realizado por los trabajadores asalariados del Malba y de la BienalSur; dos pizarras con dibujos de emblemáticas fábricas argentinas gestionadas de maneras políticamente opuestas. Las cadenas de producción involucradas en estos colectivos de trabajo replantean los alcances de la interpretación y la difusión de un discurso desde los límites mutantes de la autoría del arte. Finalmente, toda la actividad resultante se replicará en las redes como espacio aglutinador y potenciador de todo el ejercicio.

Vista de la exposición "Salida de los obreros del museo", de Alexander Apóstol, en el MALBA, Buenos Aires, 2017. Foto: Guyot/Mendoza. Cortesía: MALBA

Vista de la exposición «Salida de los obreros del museo», de Alexander Apóstol, en el MALBA, Buenos Aires, 2017. Foto: Guyot/Mendoza. Cortesía: MALBA

EL MODELO TUCUMÁN ARDE

Tucumán arde fue una acción política y artística realizada por un nutrido grupo de artistas en noviembre de 1968 –durante la dictadura de Onganía– a partir de un trabajo de investigación de campo sobre las condiciones de explotación de la población y concentración del capital en el norte de la República Argentina. Consistió en el propio registro estadístico, una exposición presentada en las sedes de las centrales obreras de Buenos Aires y Rosario y diversas acciones publicitarias, entre ellas el texto firmado por María Teresa Gramuglio y Nicolás Rosa, en el que se explicitaba la condición del nuevo arte impulsado por el colectivo: “El arte revolucionario nace de una toma de conciencia de la realidad actual del artista como individuo dentro del contexto político y social que lo abarca. El arte revolucionario propone el hecho estético como núcleo donde se integran y unifican todos los elementos que conforman la realidad humana: económicos, sociales, políticos; como una integración de los aportes de las distintas disciplinas, eliminando la separación entre artistas, intelectuales y técnicos, y como una acción unitaria de todos ellos dirigida a modificar la totalidad de la estructura social: es decir, un arte total”.

Al igual que lo hizo en 2015, cuando trabajó sobre cuatro manifiestos del pintor y muralista mexicano David Alfaro Siqueiros para la exposición Geometría, acción y souvenirs del discurso insurgente (Sala de Arte Público Siqueiros, Ciudad de México), Alexander Apóstol traspone la estructura lingüística y las propuestas políticas incluidas en el texto de Tucumán arde a través de un teorema matemático, lo que le permite obtener una estructura “científica” mínima, una “base numérica ilusoriamente absoluta”, sobre la cual trabajar en el presente.

El artista incorpora así una serie de variables basadas en datos biográficos de los participantes originales de Tucumán arde –edad, nivel socioeconómico, nivel educativo, filiación partidaria, etc.– y de las obras allí presentadas –cantidad de piezas presentadas, publicadas, destruidas, realizadas en papel u objetos, expuestas en Rosario o Buenos Aires, etc.– que sirven de disparadores para el trabajo con un grupo de estudiantes y profesionales de la UNTREF y Malba.

El proyecto intenta replantear los postulados y el alcance político de Tucumán Arde a través de una síntesis numérica; constatar las vertientes creativas posibles; comprobar la eficacia de una fábrica de reproducción y difusión de ideas; navegar sobre la tensa y ambigua línea que existe entre las responsabilidades del trabajo colectivo y del trabajo individual; y extender la poética de un proyecto de arte político.

Vista de la exposición «Salida de los obreros del museo», de Alexander Apóstol, en el MALBA, Buenos Aires, 2017. Foto: Guyot/Mendoza. Cortesía: MALBA


ALEXANDER APÓSTOL: SALIDA DE LOS OBREROS DEL MUSEO. TALLER Y REPÚBLICA A PARTIR DE TUCUMÁN ARDE

Malba, Buenos Aires

Del 30 de noviembre al 18 de febrero de 2018

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