VIRGINIA GUILISASTI Y COLECTIVO AVE FÉNIX: PRÁCTICAS DE REPARACIÓN

La Sala de Arte CCU, en Santiago de Chile, presenta la instalación Prácticas de Reparación, de la artista Virginia Guilisasti (Chillán, Chile, 1979) junto al Colectivo Ave Fénix, un gran manto tejido por estas mujeres provenientes del cerro La Merced de Valparaíso, quienes perdieron todo después del gran incendio que afectó a parte de la ciudad en abril del 2014.

La exposición, curada por la argentina Nora Schulman, da cuenta de un trabajo que tiene como antecedente el persistente quehacer de Guilisasti, quien investiga y explora distintas posibilidades basadas en la recolección, la recontextualización de los objetos y la búsqueda de formas descartadas con el fin de visibilizar nuevas lecturas y dar nuevas oportunidades a objetos degradados.

Se trata de un trabajo en conjunto, que tomó más de seis meses, para crear una gran pieza textil, una suerte de refugio de 16 metros de largo por 3 metros de ancho, realizada con tejidos artesanales en diversas técnicas. Allí quedan expresados los deseos y las ilusiones de un grupo de mujeres unidas por la tragedia, que buscan un modo de “reparación” a su situación extrema.

Las integrantes del colectivo fueron invitadas a tejer cuadros de lana con imágenes y mensajes de sueños personales, montados en una sola pieza que cubre una estructura de apariencia frágil en base unas crucetas de madera. Los mayores sueños, parece sugerir Guilisasti, son los que más fácilmente pueden ser derrumbados.

Esta instalación colectiva refleja en toda su extensión el valor del trabajo en comunidad. Nadie destaca de forma individual, sino que el gran manto final habla por sí solo y cobra su fuerza justamente al congregar los pequeños esfuerzos individuales. Es la belleza humilde de lo que no ha sido creado por otra necesidad que la de salir adelante.

El proyecto avanzó en dos etapas. En un primer momento se realizó una operación encaminada a recuperar la memoria personal, es decir, esa que está llena de cosas intransferibles, pequeños pedazos de vida. Guilisasti pidió a las mujeres que recordasen en un paño tejido aquellos objetos personales que habían perdido. Aparecieron citados todo tipo de elementos, desde mascotas hasta utensilios personales, fotos, juguetes de la infancia, que desaparecieron con el fuego. Esa primera etapa produjo un primer prototipo que fue expuesto en la Galería 1:1 de Valparaíso, en 2016.

En la presentación del trabajo en la Sala de Arte CCU, realizada por la artista junto al curador Pedro Donoso y el artista Bernardo Oyarzún, este último habló de su experiencia en este tipo de prácticas colaborativas: “Una de las situaciones más importantes que surgen cuando se trabaja de esta manera es ver cómo desaparece la jerarquía: el artista y los participantes somos igualmente relevantes en el proceso, de manera que la obra pasa a ser un trabajo de todos”.

Como culminación al proyecto, Viriginia Guilisasti ha previsto la subasta de los elementos que componen esta obra, para obtener así los recursos necesarios para levantar una sede que permita que el colectivo Ave Fénix cuente con un espacio propio donde pueda funcionar de manera permanente.

El colectivo Ave Fénix está integrado por Julieta Gallardo, Scherazade Madina, Claudia Vargas, Verónica Vargas Yarella Pacheco, Hortensia Ascencio, Verónica Reyes, Juanita Jofré, Yuri Torres, Ligia Ramírez, Elvira Fernández, Luisa Pinto, Erika Farfán, Doris García, Jessica Carbajal, Betty Abarca, Eduviges Lorcas, María Gallardo, Gladys González, Lorena Orellana, Daniela Vásquez, Ada Orellana, Leticia Céspedes, Ana Mendoza, Meli Nahuel y Yaisa Calderón.

Fotografías: Karen Kreutzberger, cortesía del artista; y Nicolás Narváez, para Artishock.