LA MONTAÑA INVERTIDA | HABLAR EN LENGUAS. URUGUAY EN LA BIENAL DE ARTES MEDIALES

Hasta este viernes 13 de noviembre y en el contexto de la recién celebrada 12ª Bienal de Artes Mediales (BAM), la Galería Macchina de la Escuela de Arte de la Universidad Católica (UC) presenta una muestra curada por el artista e investigador Martín Craciun compuesta por obras de artistas uruguayos que trabajan en diversos formatos de representación, y sobre una base conceptual fundada en la indagación sobre la transformación del lenguaje en las prácticas culturales actuales.

La exposición está compuesta por tres instalaciones, entre ellas Atardecer, de Pablo Uribe, que mediante un díptico audiovisual propone una ruptura en la lógica del lenguaje. El trabajo más reciente de Uribe tiene que ver con la puesta en escena teatral; a menudo la trama narrativa parte de las historias propias de un lugar, y los actores son personas directamente relacionadas con él. «En Atardecer (2009), un actor imita los ruidos de animales diurnos y nocturnos. O quizás sería más exacto decir que recita el parlamento de la naturaleza. El desfase entre la imagen del actor, vestido con atuendo formal urbano, y el sonido, que asociamos con el bosque o la selva, le confiere a esta instalación un carácter desconcertante», señala el curador José Roca.

Pablo Uribe, Atardecer, vista de instalación en «La montaña invertida», Uruguay en la Bienal de Artes Mediales, galería Macchina, Santiago de Chile, 2015. Foto: Benjamín Matte

Pablo Uribe, Atardecer, vista de instalación en «La montaña invertida», Uruguay en la Bienal de Artes Mediales, galería Macchina, Santiago de Chile, 2015. Foto: Benjamín Matte

Pablo Uribe, Atardecer, vista de instalación en «La montaña invertida», Uruguay en la Bienal de Artes Mediales, galería Macchina, Santiago de Chile, 2015. Foto: Benjamín Matte

Himno Internacional (versión inglesa), de Luis y Gabo Camnitzer, es un popurrí armado con fragmentos de corta duración extraídos de todos los himnos nacionales del mundo e hilados, en este ejemplo en particular, en orden alfabético inglés.

La idea utópica de un himno que unifica a todos los habitantes del planeta queda así destruida en virtud de una clase de chovinismo normalmente menos visible. En lugar de ubicarse geográficamente y dentro de las divisiones arbitrarias de las naciones-estados, en lugar de utilizar símbolos como banderas y cuadros de fútbol, este chovinismo pasa a encontrarse dentro de la diversidad de los idiomas, una diversidad que impide esa unificación.

Sin embargo, ese nacionalismo aquí se expresa solamente en el nivel taxonómico, o sea, en el tipo de ordenamiento empleado (la alfabetización inglesa). El sonido, a su vez, vuelve a trascender la fragmentación idiomática y permite un acceso (aunque no necesariamente el gusto) universal. El modelo de la mayoría de los himnos proviene de la música bombástica occidental del siglo XIX, la cual en este caso actúa como un nuevo latín, sacrificando así las contribuciones musicales locales de los distintos países.

Himno Internacional es una obra en proceso. El proyecto final incluye la serie completa de reordenamientos alfabéticos de los fragmentos de acuerdo a las seis lenguas oficiales de las Naciones Unidas (reflejando la distribución del poder político-económico de un momento histórico particular). Se producen así seis himnos internacionales que son distintos y en donde se re-fragmenta la pretendida homogeneidad del concepto. El proyecto final investigará las distintas posibilidades de orden que determinan, no solamente la secuencia de los fragmentos, sino también la ubicación de cada uno dentro de su propio himno de acuerdo al orden impuesto por la alfabetización.

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Luis y Gabo Camnitzer, Himno Internacional, vista de instalación en «La montaña invertida», Uruguay en la Bienal de Artes Mediales, galería Macchina, Santiago de Chile, 2015. Foto: Benjamín Matte

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En los exteriores del campus universitario, en el patio que sirve de preámbulo a la galería, se ubica Fuentes Alternas, una instalación interactiva y sonora que responde a los estímulos del público a través de las herramientas de comunicación disponibles en los espacios públicos virtuales de las redes sociales y la telefonía celular. El proyecto, desarrollado por Diana Delgado, Mariana Souza y Esteban Sarthou, y al que se sumaron los estudiantes de música de la UC, Martín Rica y Emilio Adasme, da voz a los comentarios etiquetados con el nombre del proyecto o utilizando el hashtag #fuentesalternas en Facebook y Twitter. Estos mensajes se clasifican en 8 grupos según sus emociones o estados de ánimo y se reproducen en los respectivos altavoces mediante un sistema de síntesis de voz.

A través de este proyecto se busca concentrar la mirada en el límite entre los espacios públicos y privados reflexionando acerca del rol actual de las redes sociales.

Fuentes Alternas insta a los individuos a apropiarse del espacio público a través de la redes sociales mediante la manifestación sonora de sus pensamientos, ideas y estados de ánimo.

Esta muestra se considera una oportunidad para crear un nexo entre una generación de artistas contemporáneos que busca dialogar y potenciar el diálogo basados en archivos de video y artes mediales de ambas comunidades, traspasando los límites de las fronteras, subvirtiendo las preconcepciones de un hacer cultural relacionado a una mirada crítica y propositiva a propósito de una sociedad hipertecnologizada.

Este programa de intercambio entre comunidades e instituciones de Chile y Uruguay está compuesto por una exposición en Galería Macchina, charlas, muestra de videos en el Museo Nacional de Bellas Artes y un intercambio entre estudiantes de la Pontificia Universidad Católica y de la Universidad Católica de Montevideo. Galería Macchina colabora desde 2013 con la BAM con el propósito de promover la diversificación de públicos y producir nuevas formas de acercamiento al arte contemporáneo.

Diana Delgado, Mariana Souza, Esteban Sarthou, Martín Rica, Emilio Adasme, Fuentes Alternas, vista de instalación en “La montaña invertida”, Uruguay en la Bienal de Artes Mediales, galería Macchina, Santiago de Chile, 2015. Foto: Benjamín Matte