EL MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE CHICAGO ACOGE UNA RETROSPECTIVA DE DORIS SALCEDO
Sillas colgando de la pared de un edificio de gobierno, camisas apiladas y cuidadosamente dobladas atravesadas por una barra de acero, un armario relleno de hormigón, o una gran manta de pétalos de rosa cosidos a mano son algunas de las obras que integran la primera retrospectiva de la reconocida escultora colombiana Doris Salcedo en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago (MCA). La exposición, que abre este 21 de febrero, reúne obras de las principales series realizadas por Salcedo a lo largo de sus 30 años de carrera y presenta, por primera vez en Estados Unidos, su instalación Plegaria Muda (2008-2010).
Las esculturas y proyectos site-specific de Doris Salcedo (Bogotá, 1958), elegantemente creados con materiales comunes, revelan su compromiso con la forma en que el arte puede abordar el tema de la violencia política en el mundo de hoy. Basándose en extensas conversaciones con testigos y sobrevivientes de conflictos, Salcedo hace palpable, a través de su obra, las pérdidas del pasado y las ausencias fantasmales.
Co-curada por la directora del MCA, Madeleine Grynsztejn, y la curadora del MCA, Julie Rodrigues Widholm, la exposición ofrece una visión actual de los métodos de trabajo de Salcedo, desde su oficio formal e innovaciones como artista hasta las distintas formas en que su obra aborda tanto la pérdida individual como la opresión sistémica.
Su trabajo inquiere al público no sólo a recordar, sino también a resistir el olvido. Su obra se basa en el trabajo de campo riguroso, incluyendo testimonios de las víctimas que han sufrido traumas y pérdidas debido a la guerra y otras circunstancias injustas, y está profundamente arraigada en el paisaje social y político de Colombia, incluyendo su larga historia de conflictos civiles. Sin embargo, sus esculturas e instalaciones abordan sutilmente estas duras circunstancias con elegancia y una sensibilidad poética. Sus trabajos -a menudo hechos de materiales de uso cotidiano, tales como muebles, ropa y otros objetos vernáculos- sugieren vías para un duelo colectivo que, en palabras de la artista, «intentan devolver el sentido, el significado y la forma que la violencia quitó a sus víctimas».
La muestra comienza con una selección de las primeras obras de Salcedo hechas a partir de muebles y pilas de camisas blancas de algodón encontrados en hospitales. Para el MCA, la artista recrea la instalación original de estas obras tal y como fueron mostradas por primera vez en Bogotá en 1990. Las esculturas de su serie más extensa (1989-2008), hechas con armarios, sillas, camas y otras piezas de muebles que han sido llenados con concreto -y, a veces, fusionados e integrados con ropa-, han sido dispuestas in situ por la artista.
Otras instalaciones importantes en la muestra son La Casa Viuda (1993-1995), un grupo de esculturas que abordan las experiencias de viudas desplazadas y que se componen principalmente de puertas encontradas que han sido removidas de sus cimientos arquitectónicos; Unland (1995-1998), una serie de tres obras que combinan partes de diferentes mesas aparentemente unidas y cosidas con pelo humano y seda; Atrabiliarios (1992-2004), zapatos abandonados encapsulados en un material translúcido y luego «cosidos» a la pared; la ya mencionada Plegaria Muda, una gran instalación de esculturas hechas con mesas colocadas una encima de la otra de forma invertida, con hojas de pasto que crecen a través de agujeros en su superficie; y A Flor de Piel (2014), una extensa escultura tipo sudario hecha de pétalos de rosas tratados y suturados a mano.
La exposición también presenta por primera vez en Estados Unidos su más reciente serie, Disremembered (2014), esculturas tipo túnicas cosidas completamente con seda cruda, sus hilos conectados con unas 12.000 agujas.
Como lo evidencian estos trabajos, la obra de Salcedo transmite el sentido del cuerpo faltante, ausente, y evoca una sensación colectiva de la pérdida en lugar de crear representaciones literales de los efectos de la guerra. Sus trabajos tiene que ver con dualidades -fuerza y fragilidad, lo efímero y lo duradero- y evocan nociones de curación y reparación a través del proceso cuidadoso y laborioso de su factura.
En los últimos quince años, Salcedo también ha creado una serie de instalaciones site-specific de gran escala en varios países, entre ellos Turquía, Italia, Inglaterra y su natal Colombia. Como parte de la retrospectiva, el MCA está produciendo un corto documental sobre sus instalaciones públicas y site-specific, obras que ya no existen o que son imposibles de mostrar en el museo, como Noviembre 6 y 7 (2002), una instalación al aire libre en el Palacio de Justicia, y Acción de Duelo (2007), una intervención en la Plaza de Bolívar, ambos en Bogotá.
También se incluyen Sin título, un encargo de la 8ª Bienal de Estambul (2003) en el que Salcedo apiló unas 1.550 sillas en un terreno baldío ubicado entre dos edificios, y Shibboleth (2007), su gran proyecto comisionado para la Turbine Hall de la Tate Modern de Londres, una grieta que recorre el suelo de hormigón a todo lo largo de la sala en una suerte de meditación sobre la inmigración y el racismo.
La exhibición, que estará abierta hasta el 24 de mayo de 2015, itinera luego por el Museo Guggenheim de Nueva York (26 de junio al 14 de octubre de 2015) y el Pérez Art Museum de Miami (6 de mayo al 23 de octubre de 2016).
Para acompañar la exposición, el MCA está co-publicando con la University of Chicago Press un catálogo de 240 páginas con ilustraciones a todo color y una visión general de la carrera de la artista escrita por destacados académicos y curadores. El libro está editado por Julie Rodrigues Widholm y Madeleine Grynsztejn, con contribuciones de Elizabeth Adan, Katherine Brinson, Helen Molesworth, Julie Rodrigues Widholm y la propia artista.
Los ensayos proporcionan una nueva perspectiva académica sobre las estrategias e influencias estéticas de Salcedo, su acercamiento filosófico a la representación y la metáfora, su reinterpretación del readymade de Duchamp, así como sus construcciones poéticas y evocaciones de temas religiosos. También cuenta con un ensayo escrito por Salcedo sobre su trabajo.
Paralelamente, el MCA produjo un cortometraje que documenta las instalaciones efímeras y site-specific de la artista -aquellas que ya no existen o son imposibles de mostrar en el museo- con el fin de establecer su importancia y contribución al resto de su obra. La realización del documental, en la que la propia artista comenta sobre estos trabajos, contó con el apoyo de la Fundación Stefan Edlis y Gael Neeson.
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