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LA PERTURBACIÓN PERCEPTUAL DE MONA HATOUM POR PRIMERA VEZ EN ARGENTINA

Fundación Proa presenta por primera vez en Argentina una exhibición de la obra de Mona Hatoum, bajo la curaduría de Chiara Bertola. La exhibición reúne instalaciones, videos, fotografías, esculturas y objetos que repasan la trayectoria de la artista, presentando al espectador un amplio recorte de su producción artística, desde la década del 80 hasta una obra realizada especialmente para Fundación Proa.

Mona Hatoum, Paravent (Biombo), 2008, acero con acabado negro, 215 x 302 x 5 cm. Cortesía de la artista y PROA

Mona Hatoum, Paravent (Biombo), 2008, acero con acabado negro, 215 x 302 x 5 cm. Cortesía de la artista y PROA

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Mona Hatoum, Conversation Piece II, (Pieza de conversación II), 2011, 6 sillas de estilo, alambre, cuentas de vidrio, 82 x 285 cm. Colección particular, São Paulo. Foto: PROA

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

A partir de la década del noventa, la producción de Mona Hatoum se inclinó hacia la escultura y las instalaciones de gran escala con fuerte contenido político. Desde entonces, sus obras están signadas por la reutilización de los objetos más cotidianos y banales, que abandonan su inofensiva e inocua condición para volverse hostiles y sospechosos. A través de sorpresivos cambios de escala y sutiles combinaciones y alteraciones, los objetos creados por Mona Hatoum son al mismo tiempo familiares y extraños: dislocan la mirada del espectador hasta sobrecogerlo. “Todo está diseñado para recordar y perturbar al mismo tiempo”, escribe Edward Said en uno de sus ensayos dedicado a la producción de la artista.

Chiara Bertola, en el texto curatorial publicado en el catálogo de la muestra, explica que para la artista “la experiencia estética es parte integral de la vida cotidiana”, y que su trabajo “está ligado a la vida, con todas sus implicaciones de maravilla, asombro, ironía e intimidad, pero también enraizado en la conciencia del conflicto y la violencia, del nomadismo y del despojo de la libertad individual”.

«Hatoum pertenece a una generación de artistas internacionales cuyas obras desfamiliarizan las formas cotidianas, embarcándolas en un viaje conceptual bastante diferente del que uno podría esperar. Estoy pensando en los entornos creados por un artista como Robert Gober, en los que hay siempre algo perturbador, donde los objetos cotidianos se convierten en objetos extraños y aterradores, o en obras de Félix González Torres, quien como Hatoum, hace uso de una estética cercana al minimalismo que se ve ‘contaminada’ por un significado social o un contenido que la subvierte. De ese modo, Hatoum emprende un camino de ‘perturbación perceptual’ utilizando una forma de minimalismo que no acepta la autorreferencia meramente formal, sino que se constituye como lenguaje en sí mismo. Se trata de un lenguaje elástico, que permite que varios niveles interactúen entre sí, un lenguaje que opera entre el rigor formal, la sutileza conceptual y la conciencia política”, agrega la curadora.

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Mona Hatoum. Al frente: Turbulence (black), Turbulencia (negro), 2014, círculos de bolitas de vidrio negro, 3 x 250 cm de diámetro. Cortesía de la artista y Galleria Continua, San Gimignano / Beijing / Les Moulins. Al fondo: Globe (Globo), 2007, acero dulce, 170 cm. de diámetr. Cortesía de la artista y de Galleria Continua, San Gimignano / Beijing / Les Moulins. Cortesía: PROA

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Mona Hatoum, Present Tense (Tiempo presente), 1996, jabón, perlas de vidrio, 4,5 x 299 x 241 cm. Cortesía de la artista y White Cube. Foto: PROA

Hatoum pone en jaque el entorno doméstico y el concepto de hogar, introduciendo en ellos un elemento ajeno a ellos. Tal vez sea conocida sobre todo por sus asombrosas esculturas que reproducen inocuos utensilios de cocina —ralladores, coladores, rebanadores de huevos y vegetales, por ejemplo— a escala gigante, transformándolos en monstruosos objetos amenazantes, por no decir en instrumentos de tortura. La mayoría de los críticos parece interpretarlos como objetos que apuntan a la crueldad inherente a las rutinas diarias o a las imposiciones de la vida doméstica. Sin embargo, Bertola prefiere verlos como relacionados con un hilo “surrealista” que arranca con los ready-made de Duchamp y uno que lleva la perturbación al terreno de la “fenomenalidad”.

«Prefiero ver el costado visionario de estas obras e interpretar el asombro que siente la artista ante cada encuentro con un utensilio de cocina como el encuentro de una mujer nómade y desarraigada que es contemporánea y no doméstica y que no reconoce ni los objetos ni las funciones de una cocina. Y me tranquiliza saber que Hatoum se ha referido a esto en una entrevista: ‘Veo los utensilios de cocina como objetos exóticos, y muchas veces no sé cuál es su uso adecuado. Respondo ante ellos como ante objetos bellos. Al haber crecido en una cultura donde se les enseña a las mujeres las artes culinarias como parte de su preparación para el matrimonio, siempre tuve una actitud antagonista frente a todo eso. Siempre me resistí a pasar tiempo en la cocina (…)’”, dice la curadora.

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Mona Hatoum. Al fondo: Sonhando acordado (Soñando juntos), 2014, bordado sobre 33 fundas de almohada bordadas, soga y broches de ropa. Cortesía de la artista / Trabajo realizado en colaboración con ACTC (Associação de Assistência à Criança e ao Adolescente Cardíacos e aos Transplantados do Coração ). Al frente: Worry Beads (Gotas de preocupación), 2009, bronce patinado, acero dulce, dimensiones variables. Colección particular, Road Town, British Virgin Islands. Cortesía PROA

Exhibición Mona Hatoum. Fundación PROA. Buenos Aires. 28-03-2015

Mona Hatoum, Drowning Sorrows (cachaça), Ahogando penas (cachaza), 2014, botellas cortadas. Medidas variables. Cortesía de la artista y White Cube. Foto: PROA

Hatoum tiene una especial habilidad para ver la estructura de las cosas, la arquitectura que las sostiene y constituye, y para comunicar el eje crucial de su “significado”. Parece ser capaz de mostrarnos, en cada oportunidad y en cada una de sus obras, la esencialidad de las cosas. «Es por eso que prefiero interpretar las varias versiones de sus estructuras metálicas más como ‘arquitecturas’, marcos de construcción, que considerarlas meramente como jaulas. Desde mi punto de vista, parecen más esqueletos —marcos vacíos— que revelan la esencia de un sistema, de una forma, como ocurre, por ejemplo, en esa extraordinaria síntesis que es Globo. Una gran escultura de metal que representa y describe mejor que ninguna otra imagen el funcionamiento del mundo contemporáneo, basada en una única y singular estructura de comunicación que la mantiene unida: la red. Una comunicación que, en definitiva, amenaza con controlar y poner bajo vigilancia al mundo entero», señala.

En uno de los lados de la sala principal se encuentra una gran instalación que Hatoum creó especialmente para esta exhibición. La obra, titulada Sonhando acordado (2014) (Soñando juntos), fue realizada en San Pablo en colaboración con ACTC, una organización de ayuda a las madres de niños con problemas cardíacos que reciben tratamiento en un hospital de San Pablo. La ACTC proporciona alojamiento cerca del hospital a madres de bajos recursos de todos los lugares de Brasil que llegan a San Pablo para que sus hijos reciban tratamiento. Como parte de esa tarea solidaria, reciben clases de bordado que las ayuda a mantenerse ocupadas y a pensar en otra cosa durante un momento tan difícil, y que de paso les proporciona una manera de ganar algo de dinero. Hatoum les pidió a esas mujeres que le contaran sus anhelos y sus sueños. Pero cuando les pidió que los bordaran en fundas de almohada, su intención fue, sobre todo, darles la oportunidad de enfocarse en sí mismas en un momento de tanta angustia. Algunas comenzaron a escribir sus sueños hasta convertirlos en historias, mientras que otras decidieron dibujarlos. De ese modo, la historia de cada mujer se puso en movimiento, impulsando sus propias vidas más allá de las restricciones que implica cuidar a un niño gravemente enfermo. Esta vez, las mujeres tuvieron la posibilidad de contar su propia historia a través de un gesto creativo — primero el dibujo, luego el bordado—, ampliando así su propia existencia.

Al igual que en muchas instalaciones de Hatoum, en esta obra nos encontramos frente a una complejidad ambigua y sumamente crítica, que logra reunir, en una sola imagen, tanto la pérdida como la reconstrucción de un lugar, a través del deseo y de los sueños.

La experiencia de enfrentarse con la obra de Hatoum siempre es doble: antes de descubrir la crudeza de la verdad, casi siempre hay primero un momento de cálida bienvenida, una dimensión familiar y tranquilizadora que nos atrae o nos arranca una sonrisa. Se me ocurren otras obras presentes en esta muestra que funcionan dentro de esa dinámica ambivalente. En Over my dead body (1988-2002) (Sobre mi cadáver), por ejemplo, un póster del tamaño de un cartel publicitario muestra el perfil de la artista mirando un soldado de juguete colocado sobre su nariz. La ironía de la imagen es potente y dominante: la dura mirada de Hatoum hace de la guerra algo irrefutablemente ridículo, nimio y sin sentido. Bajo la mirada del artista, el soldadito no es más que una mosca que molesta. Pero para rectificar esa imagen inicial hay algunas palabras que pesan como una roca: “Pasarás sobre mi cadáver”, una frase inequívoca para quienes sufren la experiencia de la guerra y la opresión.

Este amplio relevamiento de la obra de Hatoum en Fundación Proa no sigue un orden cronológico, sino más bien una serie de yuxtaposiciones inesperadas dentro del conjunto de su obra. De esa manera, cada obra refleja la complejidad con la que la artista logra desafiar, y por momentos perturbar, nuestra experiencia de lo cotidiano.

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Mona Hatoum, Over my dead body, 1988-2002 (Sobre mi cadáver), fotografía (tinta inkjet sobre PVC). Copia de exhibición, 204,5 x 305 cm. Colección particular © Fotografía: Everton Ballardin

Mona Hatoum

Curaduría: Chiara Bertola

Fundación PROA, Buenos Aires

Hasta el 14 de junio de 2015

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