Skip to content

CARMELA GROSS: CASI CIRCO

Bajo la curaduría de Paulo Miyada, la exposición Casi Circo en el Sesc Pompeia brinda una visión exhaustiva de la obra de la artista visual paulista Carmela Gross, convirtiéndose en la primera mujer brasileña en exponer en solitario en este emblemático espacio. La muestra no solo destaca la diversidad de su producción, sino que también subraya su impacto en la arquitectura, la historia urbana y la escena del arte contemporáneo brasileño.

La sinergia entre las instalaciones de Gross y la arquitectura visionaria de Lina Bo Bardi ofrece una experiencia inmersiva y lúdica, marcada por la relación virtuosa entre el uso público del espacio y la crítica social. Este icónico edificio de São Paulo, diseñado por Bo Bardi en los años 70 y abierto en 1982, simboliza la apuesta por un Brasil democrático y regenerado.

La obra de Gross se sitúa en diálogo con la estructura física del Sesc Pompeia, resaltando la herencia cultural y social del espacio. La disposición de las instalaciones de Gross aprovecha las características arquitectónicas del lugar, como los altos techos y las áreas abiertas, para crear una interacción dinámica entre sus piezas y la construcción modernista, que originalmente era una fábrica de tambores.

«La exposición representa una convergencia única,» comenta el curador Paulo Miyada. «Por un lado, la singularidad de Carmela Gross, que durante casi seis décadas ha explorado el arte como un medio para observar, desplazar y recombinar elementos del mundo, muchas veces utilizando los restos del desarrollo urbano como materia prima. Por otro lado, la arquitectura de Lina Bo Bardi, que encontró en Brasil una fuente de aprendizaje sobre trabajo popular, arquitectura y diseño, integrando estos elementos en una arquitectura fundamentada en principios modernistas».

Carmela Gross, Estandarte Vermelho, 1999 (al fondo); Uma Casa, 2006; Rio Madeira, 1990 / 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

Pero la presencia de las obras de Carmela Gross en el Sesc Pompeia no se limita a una simple fusión con la poética de Lina Bo Bardi. Como escribe Tadeu Chiarelli en Carmela Gross: entre a revolução e a revolta, reseña publicada en la revista online arte!brasileiros, más bien lo que realmente intensifica el impacto de la exposición Casi Circo es la contraposición entre la visión futurista y utópica que Bo Bardi proyectó para el espacio y el enfoque presente y crítico de Gross.

Según Chiarelli, mientras Bo Bardi apostaba por una arquitectura revolucionaria orientada hacia el futuro, Gross confronta la realidad actual, marcada por una distopía presente. En lugar de promover una revolución lejana, su trabajo impulsa una revuelta inmediata, buscando transformar el presente de manera urgente.

Paulo Miyada describe la exposición como una «constelación» de ideas que agrupa 13 obras de gran escala. Entre ellas destacan instalaciones como Roda Gigante (2019), que utiliza objetos cotidianos resonantes con la historia arquitectónica del Sesc, y Escadas Vermelhas [Escaleras rojas] (2012/2024), que juega con las alturas y perspectivas del espacio, cuestionando las dicotomías entre alta y baja cultura que Bo Bardi también exploraba.

Además de estas piezas, la exposición incluye O Fotógrafo (2001), Uma Casa (2007), Luz Del Fuego (2018/2024), Figurantes (2016), Bando (2016/2024), Rouge (2018), A Negra Vermelha (1997/2024) y Bandeira Pivô (2024), así como dos obras previamente expuestas en Sesc Pompeia: Rio Madeira (1990) y Estandarte Vermelho (1999). Entre las novedades, destaca Gato, una obra creada especialmente para esta muestra, instalada en las pasarelas del complejo deportivo e inspirada en un dibujo de Bo Bardi.

Carmela Gross, Luz del fuego, 2012 / 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

MARÍA DO CARMO DA COSTA GROSS: UNA PIONERA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO BRASILEÑO

Nacida en 1946 en São Paulo, María do Carmo da Costa Gross, conocida como Carmela Gross, se ha consolidado como una de las figuras más influyentes en la escena del arte contemporáneo brasileño. Inició su carrera en un momento de intensa actividad artística en Brasil, cuando las discusiones sobre nuevas formas de producción, la integración del arte con la vida cotidiana y la apropiación visual de elementos de la cultura de masas estaban en el centro del debate cultural.

Con una trayectoria que abarca cinco décadas, Gross ha desarrollado una obra multifacética en diversos medios, incluyendo dibujos, grabados, pinturas, esculturas e intervenciones públicas. Su trabajo parte del dibujo y lo expande hacia otros formatos, reflexionando constantemente sobre el espacio urbano y la interacción entre la obra de arte, su entorno y el público que la experimenta.

Gross pertenece a una generación de artistas que emergieron durante la dictadura militar brasileña, liderada inicialmente por Humberto de Alencar Castelo Branco. Este periodo estuvo marcado por la experimentación formal, la acción colectiva y el esfuerzo por reconfigurar las dinámicas entre la producción artística y la vida cotidiana. Su carrera, iniciada en este contexto de represión (1964-1985), se caracteriza por un enfoque experimental, una aguda observación del proceso artístico y una fuerte crítica social.

Carmela Gross, Bando, 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.
Carmela Gross, Bando, 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

LA CIUDAD COMO MATERIAL Y RAZÓN CRÍTICA

Gross se centra en la conexión entre su arte y el entorno urbano. Ella describe la ciudad no solo como un escenario, sino como un teatro en constante construcción, donde cada individuo, desde inmigrantes hasta transeúntes, contribuye a formar un cuerpo social colectivo. Según la artista, la ciudad es tanto el material como la razón crítica de su obra. Su producción artística integra tanto los elementos más simples y cotidianos de la vida urbana como las experiencias de sus habitantes.

Los primeros trabajos de Gross estuvieron marcados por la influencia del arte pop y el vocabulario visual infantil, como lo ejemplifica su escultura Nuvens (1967). Durante la década siguiente, su producción se orientó hacia representaciones bidimensionales, experimentando con técnicas como el dibujo, la fotocopia, el arte postal y la creación de sellos, siendo Carimbos (1978) un destacado ejemplo de esta etapa. A través de esta serie, de sellos, Gross presenta una versión estandarizada, ordenada y reproducible de la creación artística, empleando el lenguaje y los signos de la cultura de masas y la vida cotidiana para abordar cuestiones simbólicas sobre el uso del espacio expositivo y urbano.

Carmela Gross, Escadas Vermelhas, 2024; A Negra Vermelha, 2024; Uma Casa, 2006. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

En los años 80, Gross amplió su repertorio con pinturas y obras de video, aunque mantuvo el dibujo como una constante en su práctica. A partir de mediados de los 90, la artista comenzó a profundizar en temas relacionados con la arquitectura y el paisaje urbano. Una obra emblemática de este período es la instalación Buracos (1994), en la que Gross cavó hoyos en el suelo de un antiguo matadero municipal de São Paulo, como parte de la exposición Arte Cidade.

La inquietante A Negra, una escultura instalada originalmente en la Avenida Paulista y también perteneciente a la década de 1990, es una estructura metálica de tres metros cubierta con capas de tul negro. Esta obra alude a la invisibilidad de ciertos cuerpos en el paisaje urbano y refleja las preocupaciones sociales y políticas de la artista. Para esta exposición, Carmela Gross la presenta en rojo [A Negra Vermelha (1997/2024)].

Con el inicio del nuevo milenio, las obras de Gross adquirieron nuevas dimensiones espaciales, integrando la luz como un elemento central. Ejemplos de esta exploración incluyen Aurora (2003) y Escadas (2013), donde la luz no solo ilumina, sino que redefine y activa el espacio. Además de su producción en las artes visuales, Gross ha creado vestuarios y escenografías para teatro.

Al repasar brevemente su trayectoria, se puede apreciar que la obra de Carmela Gross destaca por una notable diversidad formal, utilizando una amplia gama de soportes y materiales, como tubos de luz fluorescente, telas, hormigón, metal, madera, grafito y papel. Sin embargo, la constante en estos trabajos es su mirada crítica hacia el contexto urbano y las múltiples capas de significado que lo configuran. El proceso de creación de sus obras, desde la concepción inicial en forma de dibujo hasta su disposición final en el espacio, resalta el diálogo entre la pieza (su materialidad y proceso de construcción) y los contextos específicos de los emplazamientos (su historia y dinámicas socioculturales), así como el rol activo del espectador en este intercambio.

Carmela Gross, Roda Gigante, 2019 / 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.
Carmela Gross, Roda Gigante, 2019 / 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.
Carmela Gross, Roda Gigante, 2019 / 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

LA DIALÉCTICA DEL DESORDEN: RODA GIGANTE

Entre las obras expuestas en Casi Circo se encuentra Roda Gigante [Noria] (2019). Esta instalación captura la dinámica de una noria a través de la disposición de objetos cotidianos —como cubos, carros de transporte, juguetes, neumáticos, extintores y bidones— que, aunque comunes, suelen pasar desapercibidos. Carmela Gross destaca cómo estos elementos, marcados por el uso y el trabajo, se transforman en protagonistas al integrarse con la arquitectura de la antigua fábrica de tambores que alberga la obra.

En la instalación, los objetos se disponen en el suelo, conectados por unas 250 cuerdas de variados colores y grosores que se extienden hasta el techo del edificio, formando una estructura visualmente intrincada. La obra dramatiza la tensión entre orden y desorden, reflejando los ciclos de modernización acelerada y los trabajos invisibles que sostienen la sociedad.

Este contraste se pone de relieve en la poética de la instalación, que no solo destaca estos procesos, sino que también sugiere una transformación posible: los objetos desechados adquieren un nuevo significado y utilidad, simbolizando un cambio de suerte en un contexto donde la desigualdad económica impide que los más vulnerables participen plenamente en el mundo industrializado.

Carmela Gross, Escadas Vermelhas, 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto cortesía de la artista y Sesc Pompeia, São Paulo.

Además de Roda Gigante, Casi Circo presenta una serie de obras que continúan el diálogo entre el arte, la ciudad, y las dinámicas sociales invisibles.

En la pared del fondo se encuentra la obra Figurantes (Extras), un panel iluminado por LEDs que, como en la bolsa de valores, va enlistando figuras dudosas. Son las que enumera Marx en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852): trabajadores temporales, advenedizos, herederos arruinados, vagabundos y personas sin ambición, como carteristas, exconvictos, estafadores y rufianes decadentes.

Otra pieza destacada es Río Madeira (1990), que se extiende a lo largo del espejo de agua en el área social de la institución. Compuesta por cientos de listones de madera pintados de verde y rojo, la obra remite a desechos de la construcción urbana, la tala de bosques y, posiblemente, a las viviendas precarias que bordean los ríos, especialmente aquellas habitadas por comunidades marginadas. Estas viviendas, constantemente amenazadas por inundaciones y enfermedades debido a la falta de infraestructura adecuada, se reflejan en el agua, creando una metáfora visual de la fragilidad y resistencia de estas comunidades.

Escadas Vermelhas [Escaleras rojas] (2024) presenta una serie de escaleras de neón rojo dispuestas en fila frente al surco de agua que cruza el Área de Convivencia del Sesc Pompeia. Simbolizan la transición entre el cielo y la tierra, entre la alta cultura y cultura popular. Al emplear luz y color, remarcan la urgencia de relativizar estas dicotomías, proponiendo un espacio donde ambas esferas se entrelazan y se complementan.

En el espacio exterior del SESC, en las pasarelas que conectan los bloques deportivos, Carmela Gross presenta Gato. Esta instalación surgió del diálogo de la artista con una serie de dibujos de Lina Bo Bardi en los que proyectaba que cada una de estas plataformas llevara los colores rojo, azul, amarillo, y verde. Gross, rescatando y reinterpretando la propuesta original, crea una serie de paneles lumínicos con los nombres de los colores en italiano, la lengua materna de Bo Bardi.

Carmela Gross, Gato, 2024. Vista de la exposición “Quase Circo”. Foto: Everton Ballardin/ Sesc Pompeia, São Paulo.

CARMELA GROSS: QUASE CIRCO

Área de Convivência de Sesc Pompeia, R. Clélia, 93 – Água Branca, São Paulo.

Del 27 de marzo al 25 de agosto de 2024.

También te puede interesar

Rosana Paulino, Garza blanca, 2023. De la serie Mangle. Grafito, acrílico y pigmento natural sobre lienzo. Tríptico: 267 x 559 cm. Colección particular. Cortesía de la artista y Mendes Wood DM

ROSANA PAULINO: AMEFRICANA

Esta es la exposición más completa que se realiza fuera de Brasil de esta artista nacida en São Paulo en 1967, y la primera en la historia del Malba dedicada a una artista negra....

Vista de la exposición “Sonia Gomes: Ainda assim me levanto”, en el Museo de Arte de São Paulo (MASP), 2018-2019. Foto: Eduardo Ortega. Cortesía: MASP

Sonia Gomes: ainda Assim me Levanto

Hoy, a los 70 años de edad, su obra está siendo ampliamente reconocida a nivel institucional. Hasta el 10 de marzo, el Museo de Arte de São Paulo (MASP) -ciudad donde actualmente reside- presenta...