ERICK MEYENBERG. PABELLÓN DE MÉXICO EN LA BIENAL DE VENECIA

La videoinstalación Nos marchábamos, regresábamos siempre, de la curadora Tania Ragasol y el artista multidisciplinario Erick Meyenberg (1980), se presenta en el Pabellón de México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia. La muestra estará abierta al público hasta el 24 de noviembre de 2024 en la Sala de Armas del Arsenal.

Este proyecto, seleccionado por un jurado a través de la convocatoria pública, se enmarca en la temática general Extranjeros en todas partes, propuesta por el curador Adriano Pedrosa para esta edición de la bienal. La obra incluye una instalación de video y esculturas en cerámica creadas por Meyenberg, que integran elementos realizados en México, Italia y Albania.

Además, Nos marchábamos, regresábamos siempre contó con una intervención coreográfica de was bleibt kollektiv / Gentian Doda, que se presentó como parte integrante de la obra de Meyenberg los días 18, 19, 20 y 21 de abril.

Por Tania Ragasol | Curadora

En 2019, Erick Meyenberg, un artista mexicano con raíces alemanas y libanesas reunió en una mesa en la campiña del norte de Italia a la familia Doda, que había emigrado hace más de treinta años desde Tirana, la capital de Albania, hacia Italia. A pesar de haberse integrado profundamente en la cultura italiana, los Doda mantuvieron vivos sus lazos culturales y tradiciones albanesas, conservando una conexión profunda con su lugar de origen. Esta dualidad dio lugar a una identidad singular: la del extranjero, una condición marcada por el dolor de la pérdida y el regreso constante e irremediable al recuerdo de lo que nunca más volverá a ser.

Estas particularidades en su devenir y costumbres personales, tanto las adquiridas como las arraigadas, son las que el artista atestigua y rescata como aquello que nos conecta en nuestras diferencias humanas. Las maneras de honrar, querer y extrañar, aunque singulares, revelan gestos y emociones que compartimos universalmente. De los registros y diálogos constantes con Gentian Doda surge, cuatro años después, Nos marchábamos, regresábamos siempre, una interpretación sobre la condición dual y la construcción identitaria del migrante como extranjero. Una reflexión sobre los tiempos de la memoria y lo vivido desde dos puntos de vista distintos: el filtro emocional e histórico de quien ha vuelto a nacer en una nueva patria, y el del interlocutor que ha vivido los periplos del exilio en primera persona.

Al entrar al Pabellón de México, nos encontramos con una mesa como posibilidad de encuentro y memoria, situada en el centro del espacio. Enmarcada por cuatro pantallas dispuestas en las esquinas que muestran imágenes en movimiento de la familia reunida alrededor de aquella otra mesa, la videoinstalación busca evocar de manera poética el desplazamiento del migrante y, al mismo tiempo, el arraigo que representan las reuniones familiares alrededor de la mesa y los intercambios que en ella suceden: el agradecimiento, el dolor, lo que se adopta y lo que se extraña.

Cuando “la tierra”, nuestro lugar de origen o crianza se encuentra lejos o se convierte en una imposibilidad, la comida y la música se convierten en portadoras de sentido y hacedoras de pertenencia. Nos marchábamos, regresábamos siempre es un homenaje a quienes no están y al deseo de que las cosas simples, como la vida misma, trasciendan los límites físicos y simbólicos delineados por los humanos.

Algunas de las preguntas que acompañan a este proyecto son: ¿cuándo se deja de ser extranjero? ¿Qué significa y que conlleva migrar? ¿Si todos somos extranjeros, de dónde somos? ¿Qué nos arraiga? Quizá la asimilación y la permanencia, lo que se va y lo que se queda, lo que se gana con lo que se pierde, es lo que le da identidad al extranjero y a su descendencia. No importa desde dónde ni en dónde.

ERICK MEYENBERG: NOS MARCHÁBAMOS, REGRESÁBAMOS SIEMPRE

Pabellón de México en la 60ª Exposición Internacional de Arte de La Biennale di Venezia

Comisaria: Ana Catalina Valenzuela González

Curadora: Tania Ragasol