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TICUNA. EL ARTE DE LA RESISTENCIA

Por Gredna Landolt | Curadora

Para el pueblo Ticuna, la llanchama (ñoxe) o tela de corteza es mucho más que un magnífico lienzo donde pintar con los tintes que la naturaleza ofrece. Tradicionalmente, tiene una función mágica, como vestimenta ritual que protege de los espíritus o los encubre y alberga, según a quienes represente. Para el profesor ticuna Humberto Yumbato, antes, en la fiesta de la Pelazón, “solo podían usarlos los chamanes, los demás no debían ver quién estaba dentro. El que tiene puesto ese traje ahora será un ser encantado, con poderes”.

El territorio ancestral del pueblo Ticuna -uno de los 51 pueblos originarios de la Amazonía peruana- está ubicado en las provincias de Mariscal Castilla y Putumayo (Loreto), cerca de la triple frontera de Perú, Colombia y Brasil. Los ticuna habitan en estos tres países, organizados en clanes, y se han asentado a lo largo del río Amazonas y sus afluentes luego de varios desplazamientos forzados. Hoy se encuentran constantemente amenazados por el narcotráfico y la extinción de su flora y fauna.

Máscara de tigre. Madera balsa y llanchama. Colección María Eugenia Yllia y Manuel Cornejo. Foto: Manuel Guardia
Máscara de serpiente. Madera balsa y llanchama. Colección Natalia Gonzáles / JANE artisans. Foto: Manuel Guardia

Hace muchos años, en un viaje a la comunidad de Bellavista-Cayarú, acompañada de la fotógrafa Mónica Newton, conocí a Nolberto Fernández, artista del clan Garza, cuya obra ocupa un lugar especial en esta muestra. Unas pocas líneas trazadas con huito sobre el límpido lienzo de corteza de árbol le bastan para crear personajes que luego cubre con tintes extraídos de los frutos de su chacra. Nurubé, su nombre ticuna, significa ‘el que ve muy lejos’. Su trabajo expresa la riqueza de un universo mítico inmerso en la naturaleza, indesligable de su propia vida:

De mi sentido viene lo que voy a pintar, de mi vida, de mi vista, lo que veo. Por eso la sirena que he pintado tiene toda la piel, la escama, el cuerpo, puro oro. Si no veo nada, no le puedo hacer un dibujo.

Traje ritual para la fiesta de la Pelazón. Tintes naturales sobre llanchama y fibra vegetal. Colección María Eugenia Yllia y Manuel Cornejo. Foto: Manuel Guardia

Las pinturas presentadas aquí, así como las de otros artistas anónimos, en su mayoría fueron realizadas el año 2003. Nurubé las acompañaba con historias tan bonitas que hemos querido compartir algunas junto a ellas. La vivacidad de los tintes naturales se ha ido desvaneciendo con los años, pero la calidad de su arte y su recuerdo se mantienen intactos.

Nolberto ya no está más con nosotros. No supieron decirme cuándo se fue, así como él tampoco sabía exactamente cuándo vino a este mundo, salvo que había nacido en Cushillococha, Loreto, y que llegó a la quebrada de Cayarú para la fiesta de la Pelazón, donde conoció a su esposa, y allí se quedó, contento.

El arte elaborado alrededor de la Woxrexcúchiga o fiesta de la Pelazón -ritual de la pubertad femenina- es otro de los temas centrales en esta exposición, una ceremonia compleja cargada de simbolismo. De la fiesta incluimos aquí algunas de sus máscaras, sus varas talladas en madera (dupas) -portadas por los tíos de la joven iniciada- las ruedas o escudos y, sobre todo, los fantásticos trajes en llanchama, que representan a espíritus encantados que participan de la fiesta, como Oxma, padre del viento fuerte y la montaña, el picaflor, tigre (otorongo), paujil, o el mono que fastidia a las jóvenes.

Es una fiesta que celebra la renovación de la vida, y significa garantizar una buena existencia para la joven y toda su comunidad. La forma de celebrarla ha ido transformándose a lo largo del tiempo, y se festeja cada vez menos. Pero su espíritu permanece, así como su invocación a hacer de este un mundo mejor.

Traje del clan Paujil para la fiesta de la Pelazón. Tintes naturales sobre llanchama. 2023, CN San Juan de Barranco. Colección Rainforest Foundation US. Foto: Juan Pablo Murrugarra

Todo nuestro agradecimiento a los artistas ticuna que participan en esta exposición, que heroicamente mantienen viva su cultura y la comparten.

Esta exposición ha sido incentivada por Francisco Hernández Cayetano, presidente de la Federación de Comunidades Ticunas y Yaguas del Bajo Amazonas (FECOTYBA), con el apoyo de Rainforest Foundation US. FECOTYBA lucha, junto a otras organizaciones, por preservar su territorio y dar mayor visibilidad a su cultura.


Texto escrito por la curadora Gredna Landolt para acompañar la exposición Ticuna. El arte de la resistencia, que se presentó hasta el 11 de febrero de 2024 en el Centro Cultural Inca Garcilaso, ubicado en Jr. Ucayali 391, Lima

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