![Samuel Sarmiento, Fabricación artesanal de tejas a cielo abierto [frente], 2022-2023. Cerámica esmaltada, con detalles pintados a mano y oro de 22 kilates, 24 x 27 x 3 cm. Cortesía del artista Samuel Sarmiento, Fabricación artesanal de tejas a cielo abierto [frente], 2022-2023. Cerámica esmaltada, con detalles pintados a mano y oro de 22 kilates, 24 x 27 x 3 cm. Cortesía del artista](https://artishockrevista.com/wp-content/uploads/2023/06/Samuel-Sarmiento-Ceramica-1-Frontal-3.jpg)
SAMUEL SARMIENTO. IMÁGENES DE UN CARIBE ROTO
Una imagen es un mito que comienza su aventura. Los relatos que ella guarda y que de ella emanan constituyen parte fundamental de una memoria no escrita, que nos permite identificarnos como grupo, en un momento geográfico puntual y en determinado paisaje histórico. Sin embargo, en un mundo abundante en relatos e imágenes, ¿cómo se cuenta la travesía de un mito sin palabras que den pistas de las narrativas que contiene? ¿Cómo reconstruimos recuerdos entregados por otras bocas, que no reposan en registros considerados fidedignos frente a la historia, sino en los campos variables de la memoria hablada?
Con interés en materializar en imagen el extravío de la oralidad, el artista venezolano Samuel Sarmiento (Maracaibo, Venezuela, 1987) desarrolla una obra en la cual los mitos sobreviven al naufragio que implica la vida contemporánea caribeña. Radicado en la isla de Aruba desde 2015, Sarmiento ha creado a lo largo de su carrera un lenguaje fundamentalmente pictórico -trasladado a la cerámica- en el que da lugar a las crónicas y testimonios de un territorio homogeneizado forzosamente bajo un mismo nombre. Región que, con el paso del tiempo y de los remanentes de decisiones políticas extranjeras, ha elaborado una identidad ‘transnacional’ a partir de visualidades sólidas pero de existencias frágiles, vinculadas por la historia rota de un “archipiélago desposeído de poder” (Maglia, 2017).
Los fragmentos de estas memorias conforman un conjunto de culturas insulares que experimentan el paisaje a través de sus heridas, surcadas en tiempos de la colonia y aún sensibles en las revisiones del presente. De esta forma, desde un complejo lugar de enunciación individual, Samuel Sarmiento plantea la construcción de una memoria histórica tomada de las palabras, voces y gestos propios del gentilicio local que las comparte. Acción que, a diferencia de los registros escriturales, devuelve a los individuos su papel en la historia, pues recupera la subjetividad de la cultura oral que las metodologías sociales tradicionales negaron por ser incompatibles con la construcción del conocimiento científico moderno.
![Samuel Sarmiento, ¡Milagro gritaban los pescadores! [frente], 2023. Cerámica esmaltada, con detalles pintados a mano, 25 x 28 x 2 cm. Cortesía del artista](https://artishockrevista.com/wp-content/uploads/2023/06/Samuel-Sarmiento-Ceramica-1-Frontal-7-900x600.jpg)
Esta subjetividad incontenida se observa en trabajos cerámicos como ¡Milagro gritaban los pescadores! (2023), en el cual Sarmiento recoge un diálogo sostenido con trabajadores que hablan sobre las apariciones de sirenas que habitan las aguas caribeñas. Más allá de lo anecdótico, el artista elabora una compleja figuración fantástica en la cual el relato de los locales convive con la carga simbólica preexistente de los personajes mitológicos, junto a las imágenes arquetípicas del arte caribeño y con las vastas referencias literarias de Samuel, para así establecer alegorías de la dualidad, la oposición y la narración de los pescadores que, al avistar inexplicables siluetas en las noches de marea, exclaman con sorpresa haber visto manos que se asoman a la superficie para saludar.
De allí que, opuesta a toda ciencia, en la obra de Sarmiento la historia también es arte -como afirma el santalucense Derek Walcott- sobre uno de los pocos usos que “nosotros, burlados como personas sin historia podemos hacer de ella” (Walcott, 1973). Desde esta perspectiva y haciendo uso de la historia como acción artística, Samuel Sarmiento dibuja en distintos soportes las narraciones de tradiciones antillanas, de mitologías del Caribe y de sus observaciones analíticas del paisaje de las aguas que lo rodean, creando un dinámico código de símbolos que hablan de una cultura heterogénea que construye una nación desde su imaginario.




En su serie de acuarelas realizadas este año, la heterogeneidad de los elementos observados por Sarmiento es exaltada por la repetición incansable del motivo (Claveles Colorados, Palmas y cocoteros, Cocodrilos y babillas); un recurso empírico que le permite construir postulados metafóricos sobre la diferenciación entre los iguales. En estas disertaciones visuales del artista, los escenarios repetitivos hablan de la mímesis y los conflictos provocados por los deseos de copiar modelos de terceros; deseos de imitación situados en un archipiélago en el cual rebelarse ha conllevado a perecer, e imitar significa sobrevivir.
Sin embargo, en la región fabulada de las imágenes de Samuel Sarmiento, situaciones reales, personajes ficticios, animales y palmeras habitan un mundo poético correspondiente a la experiencia vital del artista, contextualizado en las inquietudes contemporáneas que le incumben y le interpelan como ser inevitablemente político. De esta manera, el paisaje arquetípico caribeño, colorido y festivo, es visto desde los filtros culturales e intelectuales de Sarmiento, quien -sin alejarse de las poéticas del paisaje artealizado– ahonda en los dilemas actuales de la representación tradicional de la naturaleza, asomándose a un abismo creado por las lecturas poscoloniales de aquellos quienes reflexionan y habitan el Caribe contemporáneo.


En otras obras como Accidente de minería (2022-2023) y Sin título (Anillos) (2023) Samuel Sarmiento plantea situaciones de un paisaje (y sus derivados) que enfrenta los problemas del ahora: el extractivismo que, motivado por deseos miméticos, genera un fenómeno en el que “el objeto sólo ocupa un lugar secundario y, por ende, la capacidad de goce que ofrece no resuelve la rivalidad entre los individuos que lo desean” (Girard, 2009). Estos elementos ‘deseados’, buscados y explotados de la naturaleza y vinculados a un violento proceso de producción final paradójicamente se convierten en objetos de belleza, valor y lujo. Es así como, incorporando relatos vinculados a la explotación de los recursos naturales, de la migración y del borramiento histórico, Sarmiento ubica las imágenes-mitos del Caribe en un hecho presente, en el que “el hombre, desposeído y desnudo, de alguna forma abusado (…) empieza nuevamente como artesano” (Walcott, 1973).
Partiendo de esta premisa, los trabajos en acuarela, pintura y cerámica de Samuel Sarmiento toman posición ante la amnesia histórica heredada de la esclavitud, del colonialismo, del hambre y de la explotación económica que el Caribe arrastra, consecuencia de la ausente historia colectiva contada y escrita desde sus propias palabras, y no desde el discurso hegemónico que lo ha estereotipado como paraíso turístico. Es esta posibilidad de conocer la memoria desde las imágenes la que permite que el verbo se perpetúe entre la multitud.
En este proceso lento y calmo como los tiempos del Caribe, la obra de Samuel Sarmiento se encarga de recoger los fragmentos rotos de un archipiélago sin memoria, demostrando que la imaginación es una necesidad fundamental ante la pérdida de nuestros relatos.
Referencias
GIRARD, René (2009): La anorexia y el deseo mimético. España: Marbot Ediciones.
MAGLIA, Graciela (2017): Paisaje, identidad y nación en el Caribe poscolonial, en: La Palabra, (31), 89–99.
NOGUÉ, Joan (2008): El paisaje en la cultura contemporánea. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.
WALCOTT, Derek (2016): El caribe: ¿Cultura o mimetismo?, en: Revista Iberoamericana, Vol. LXXXII, Núms. 255-256. [Originalmente publicado en Journal of Interamerican Studies and World Affairs (1974)].
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SAMUEL SARMIENTO. IMÁGENES DE UN CARIBE ROTO
Hasta el 31 de julio, 2023 | Through July 31, 2023
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