MAURICIO ALEJO: LA LUZ ES UNA FLECHA SIN DESTINO
Por Daniel Garza Usabiaga
Ya sea a través de fotografías, video, esculturas o instalaciones, la investigación y producción de Mauricio Alejo se han centrado en ciertas preocupaciones materialistas, exploradas en gran medida mediante objetos cotidianos, con el fin de proponer ajustes a sus hábitos, así como a sus percepciones generalizadas. Aunque la mayor parte de los cuerpos presentes en sus proyectos son entendidos, por lo general, como entidades comunes, cuantificables e inertes, el trabajo del artista evoca una vitalidad material que pareciera desafiar la división entre lo orgánico y lo inorgánico, lo inerte y lo dinámico.
Su producción subraya, de cierta manera, el papel activo que las cosas juegan en un complejo ensamble de actantes, en los que participamos a la par de otros entes no-humanos, que conforma a la sociedad y su cultura. Históricamente, existe un legado intelectual que se ha abocado al estudio del objeto planteando, entre otras consideraciones, que la posibilidad de un cambio político, social o de sensibilidad implica un cuestionamiento y cambio en nuestras relaciones dentro de ecosistemas complejos. En lo que se refiere al legado de la vanguardia artística, con más de un siglo de historia, y con la tradición del ready-made, el objeto ha sido utilizado con el fin de cuestionar la excepcionalidad de los seres humanos —en este caso, y en un principio, atentando contra la noción de autoría y de construcciones ideológicas como la errónea idea de genio—.
Aunque los elementos utilizados por Alejo son de uso cotidiano, su selección depende en gran medida de su especificidad sensorial, sus materiales, superficies o colores. Plásticamente, el artista tiende a explotar al máximo estas cualidades. En ocasiones, sus soluciones llegan a concretarse como experiencias fuertemente sensoriales, lumínicas o aurales (Retrato, 2021). Todas las acciones del artista van encaminadas a ajustar hábitos en relación con los objetos.
Expresando un interés constante en la fotografía y la imagen, Alejo ha producido varias esculturas hechas con luz y sombras creadas a partir de ciertos materiales comunes. Vistas a cierta distancia pueden ser apreciadas como maquetas constructivistas, con juegos de planos, diagonales y soluciones geométricas. De cerca, revelan su carácter de imagen, con una articulación lograda mediante el juego provocado por la luz y las sombras. Más aún, se descubre lo elemental de su construcción, en un sentido material. Esto puede causar cierto afecto.
La misma experiencia se puede suscitar al encontrar el origen del sonido de la pieza Una melodía pertinente para la derrota final (2017), en la que distintos objetos entran en una relación que no se conforma a sus hábitos, contornos o expectativas más comunes. Cada cosa puede ser vista, así, como una entidad activa, que afecta a otras y participa de otros elementos en un ecosistema complejo, dentro del cual nos encontramos situados.
El legado de las vanguardias artísticas interesadas en investigar el objeto cotidiano siempre ha tenido una aliada en la fotografía. Los primeros ready-mades de Marcel Duchamp o Man Ray existieron, por mucho tiempo, sólo en su circulación mediante fotografías —tomadas, por lo general, por el mismo Ray—. Originalmente, muchos de estos objetos no sobrevivieron a su registro fotográfico y sólo fueron reproducidos años después, cuando ya eran piezas claves dentro de la institución del arte.
Remitiendo a esta primera relación entre la imagen y el ready-made, en el trabajo de Alejo la fotografía sirve como un registro directo de los objetos, o de las relaciones que se establecen entre ellos, sin trucos o manipulación. Las fotografías, y algunos videos, pueden ser vistos como materiales documentales de los encuentros entre objetos y sus fuerzas, contención vs. esparcimiento, estatismo vs. movimiento, clímax vs. colapso.
La reflexión sobre lo fotográfico en la producción de Alejo no se limita sólo a este tipo de fotografías y tampoco está circunscrita únicamente a ese medio. Se ha mencionado cómo algunas de sus esculturas o instalaciones están articuladas, en gran medida, a través de la presencia de luz y oscuridad.
Una narrativa sobre el destino (2021) es una pieza que ejemplifica tanto el interés en lo fotográfico como las preocupaciones materialistas que son constantes y corren en paralelo en el trabajo del artista. La producción de la obra depende de una compleja suma de factores en la que, se puede decir, la asistencia del autor no es del todo indispensable.
La luz solar, la presencia e inclinación adecuada de los espejos y los efectos sobre el papel fotográfico son los elementos que más importan en esta composición. Alejo también sugiere con esta pieza un entendimiento del campo de representación como una situación en constante transformación, equivalente al cambio continuo que define a cualquier ecosistema complejo.
La luz es una flecha sin destino, de Mauricio Alejo, se presenta del 10 de julio al 12 de septiembre de 2021 en el Centro de la Imagen, Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico, Ciudad de México
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