LUIZ ROQUE: REPÚBLICA

Desde principios de los 2000, Luiz Roque (Brasil, 1979) ha estado construyendo una obra firmemente arraigada en asuntos contemporáneos, marcando un rumbo entre un pasado primitivo y un futuro impregnado de ciencia ficción. Roque trabaja principalmente con la imagen en movimiento, generalmente en Super 8, poniendo sumo cuidado a la calidad de sus texturas y la estética de sus películas.

Su interés por la ciencia ficción le sirve como medio para reflexionar sobre cuestiones geopolíticas, sociales e históricas, y para especular sobre futuros posibles, con el deseo como vector importante de su producción. Sus obras tienen la duración y el ritmo de trailers o videoclips, y funcionan tanto en galerías de arte como en salas de cine.

Particularmente interesado en el legado del modernismo, Roque lo vincula a temas relacionados con el cuerpo en movimiento y en transformación, así como con el imaginario de la cultura pop, echando mano de recursos propios del lenguaje cinematográfico para construir narrativas y ensayos visuales en un tiempo suspendido. Sus personajes habitan escenarios post-apocalípticos y distópicos, un espacio donde el artista traslada elementos conocidos de la historia del arte y la arquitectura.

Su más reciente exposición, República, que tuvo lugar hasta el 19 de diciembre en Pivô (São Paulo) bajo la curaduría de Fernanda Brenner, reunió seis obras en video realizadas en los últimos 10 años, dos de ellas inéditas en Brasil. La obra que da título a la exposición fue encargada para el proyecto en colaboración con el Passerelle Centre d’Art Contemporain, en Brest, Francia, y cierra la trilogía Farmacopéia, formada por Ano Branco (2013), incluida en esta muestra, y Heaven (2016).

En esta serie, Roque explora el cuerpo humano como territorio de disputas y transformaciones políticas. República es una especie de documental capturado en video y Super 8, narrado por la artista de performance Marcinha do Corintho, una diva de shows travestis activa desde los años ochenta.

El film es también un homenaje al barrio céntrico de São Paulo, donde se ubica el edificio Copan, sede de Pivô y en el que Roque ha vivido durante doce años, y su emblemática plaza, un lugar histórico para muchos trabajadores y trabajadoras sexuales.

El tema de las migraciones sexuales está en el centro de la narrativa y de la visualización circular de la película. Roque aborda aspectos característicos de la sociedad “farmacopornográfica”, según el término acuñado por Paul B. Preciado. El filósofo feminista transgénero es uno de los personajes del film da inicio a su trilogía: Ano Branco parte de una conferencia de Preciado para construir una trama ficcional ambientada en el año 2031. La película plantea la discusión sobre la bioética y la injerencia del Estado sobre los cuerpos como forma de control político y social.

El artista también presentó la película Zero (2019), realizada durante una residencia artística en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. El personaje principal del cortometraje es un perro que viaja solo a bordo de un avión, sobrevolando un desierto en torno a una especie de oasis de rascacielos futuristas. En un contexto en el que la tecnología apunta a la superación del concepto mismo de ser humano, el contraste entre el polvo del desierto, los vidrios relucientes y limpísimos de los edificios y el animal a la deriva -quizás la última vida restante- es una inquietante alerta sobre la consecuencias de gran parte de las decisiones políticas y económicas del siglo XXI.