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UN RECORRIDO POR «NIRIN», BIENAL DE SÍDNEY 2020

Bajo la dirección artística de Brook Andrew, artista aborigen australiano, la 22ª edición de la Bienal de Sídney, NIRIN, es una iniciativa liderada por artistas y Naciones Originarias que presenta una extensa exposición de arte contemporáneo y eventos que conectan a comunidades locales con redes internacionales. El evento, que se abrió al público el 14 de marzo*, se realiza en seis lugares diferentes de Sídney: la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, la galería de arte contemporáneo Artspace, Campbelltown Arts Center, la Isla Cockatoo, el Museo de Arte Contemporáneo de Australia y la escuela de arte National Art School.

NIRIN, que significa “borde”, es una palabra perteneciente a la lengua del pueblo de la madre de Brook, los Wiradjuri del oeste de Nueva Gales del Sur. NIRIN es un mundo con un sinfín de centros interconectados; un espacio para reunirse y compartir, regocijarse, transgredir reglas y reimaginar. Mediante sus propias interpretaciones y experiencias, más de 100 artistas de distintas partes del globo se inspiran en, e influenciarán, el mundo actual, creando un desafío a las narrativas dominantes y planteando interesantesnuevos futurismos y caminos de sanación.

Durante los 87 días de duración de la Bienal, los proyectos e ideas podrán ser activados y explorados a través del programa NIRIN WIR, guía que contempla las actividades desde la región de las Montañas Azules hasta los suburbios La Perouse. NIRIN, que significa “borde”, y WIR, que significa “cielo”, consiste en una serie de activaciones y colaboraciones creativas con comunidades, organizaciones de arte e instituciones de educación superior, tales como el Powerhouse Museum, el Observatorio de Sídney, Parramatta Female Factory y la Universidad de Sídney.

Aziz Hazara, Bow Echo, 2019, video digital de 5 canales, color, sonido, 4:17 minutos. Cortesía: Bienal de Sídney
Aziz Hazara, Bow Echo, 2019, video digital de 5 canales, color, sonido, 4:17 minutos. Cortesía: Bienal de Sídney
Victoria Santa Cruz, Me gritaron negra, 1978, extracto de documental, 3:58 min. Cortesía: Bienal de Sídney
Victoria Santa Cruz, Me gritaron negra, 1978, extracto de documental, 3:58 min. Cortesía: Bienal de Sídney

NIRIN es una oportunidad para poder presenciar cómo Sídney y Australia representan un escenario mundial para el arte y la cultura. Además, demuestra cómo los artistas tienen la capacidad de inspirar y liderar en situaciones difíciles a nivel mundial, tales como catástrofes ambientales,situaciones de conflicto de gran urgencia y en la reformulación de historias. Actualmente, el mundo está atravesando muchos momentos decisivos”, señaló Brook Andrew, director artístico de la 22ª edición de la Bienal de Sídney.

Barbara Moore, directora ejecutiva de la Bienal de Sídney, declaró que “la Bienal de Sídney acoge el arte e ideas de la actualidad, además invita a los artistas y al público a colaborar, a aprender, a sanar y a crear vínculos. A través de NIRIN y NIRIN WIR, la Bienal invita a diferentes voces del mundo, muchas de ellas marginalizadas, a reunirse y a crear un espacio seguro en el que la gente pueda pensar y hablar acerca de problemáticas que resuenan tanto a nivel local como internacional. Bajo la dirección artística de Brook Andrew, la 22ª edición de la Bienal de Sídney destaca la importancia de unir a las personas, estimular el diálogo, crear conexiones, escuchar y enaltecer las voces de los artistas desde un punto de vista liderado por los mismos artistas y las Naciones Originarias”.

Rosana Paulino, Búfalas, 2020 acuarela, grafito y carboncillo sobre papel; Jatobás, 2019–2020, acuarela y grafito sobre papel. Cortesía: Bienal de Sídney
Rosana Paulino, Búfalas, 2020, acuarela, grafito y carboncillo sobre papel; Jatobás, 2019–2020, acuarela y grafito sobre papel. Cortesía: Bienal de Sídney

ALGUNAS OBRAS DESTACADAS DE NIRIN

Los dibujos de figuras antropomórficas inspiradoras de la artista brasileña Rosana Paulino reafirman su intención de empoderar los arquetipos mitológicos afrobrasileños. Estas obras, exhibidas en las salas de pintura y cerámica medieval y renacentista de la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, aportan una luminosa intimidad a las pinturas generalmente oscuras de la jerarquía cristiana. De esta manera, Paulino inserta y reaviva simultáneamente a otra cultura del mundo a través de nuevos seres multifacéticos que celebran la representación de la mujer negra. Estas obras son parte de la amplia práctica de la artista, que consiste en rehacer y explorar capas de representación histórica y el legado de la esclavitud, así como también la implicaciónde elementos estéticos, sociales y psicológicos.

También en la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, entre una impresionante muestra de arte europeo que data del siglo XVIII y XIX, se encuentra un periódico escrito en guaraní e inglés, obra de la artista brasileña Maria Thereza Alves. Este documento destaca la opresión y la violencia racial que enfrentan actualmente los indígenasde la reserva Juaguapiru en Brasil. Junto al documento, se encuentra Casa de Maria, un testimonio de la difuntaMaria Gansha, a quien Alves conoció en el pueblo de su padre en el año 1983.

Maria habló orgullosamente acerca de su identidad indígena en un ambiente en que muchos temían pronunciarse debido al racismo arraigado en la sociedad, el cual perdura hasta el día de hoy. En el año 2017, la hija de Maria le cedió su casa a Alves. Dentro de la galería, se hizo un trazado del contorno de dicha casa, permitiendo que esta se traslade parcialmente al espacio expositivo, seinserte en un nuevo contexto y, al mismo tiempo, se cuente la historia de Maria. La instalación de Alves fue creada en conjunto con la comunidad guaraní con la finalidad de visibilizar y mantener vivas las lenguas de los pueblos originarios y su propia ascendencia.

José Dávila, serie de esculturas (2020) encargadas por la Bienal de Sídney. Cortesía del artista y König Galerie, Berlín
José Dávila, serie de esculturas (2020) encargadas por la Bienal de Sídney. Cortesía del artista y König Galerie, Berlín
Paulo Nazaret, Tierras indígenas, 2020, instalación con medios mixtos. Comisionada por la Bienal de Sídney. Cortesía del artista; Mendes Wood DM, São Paulo / Nueva York / Bruselas; y Stevenson, Ciudad del Cabo / Johannesburgo
Paulo Nazaret, Tierras indígenas, 2020, instalación con medios mixtos. Comisionada por la Bienal de Sídney. Cortesía del artista; Mendes Wood DM, São Paulo/Nueva York/Bruselas; y Stevenson, Ciudad del Cabo/Johannesburgo
Maria Thereza Alves, A Casa da Maria (Casa de María), 2020. Cortesía de la artista y Bienal de Sídney
Maria Thereza Alves, A Casa da Maria (Casa de María), 2020. Cortesía de la artista y Bienal de Sídney
Colectivo Ayllu / Migrantes Transgresorxs. Cortesía: Bienal de Sídney
Colectivo Ayllu / Migrantes Transgresorxs. Cortesía: Bienal de Sídney

El Colectivo Ayllu / Migrantes Transgresorxs (Alex Aguirre Sánchez, Quito, Ecuador, 1973; Leticia / Kimy Rojas, Guayaquil, Ecuador, 1969; Francisco Godoy Vega, Santiago, Chile, 1983; Lucrecia Masson, Ombucta, Argentina, 1981; Yos Piña Narváez, Caracas, Venezuela, 1984) es un grupo de investigación colaborativa y de acción artística y política conformado por personas migrantes, racializadas, queer y disidentes sexuales y de génerode las excolonias. Su atrevida instalación, presentada en Artspace, evoca los dolorososrecuerdos de la época colonial e incorpora realidades contemporáneas de violencia de parte de los “nuevos perros” del racismo institucionalizado que la mayoría no experimenta. Según el colectivo, resulta difícil y estresante convivir en el mundo con la opresión ejercida en las fronteras, en centros de detención y por las tecnologías modernas de control. Tal como señalan, “en el 2020, nosotros, los sodomitas indígenas y racializados, seguimos con vida y, con heridas, alejamos el dolor bailando”.

UNNAMED, de Tania Bruguera, consiste en una serie de performances participativos donde los integrantes eligen el nombre de una persona que ha sido asesinada por proteger y defender el medio ambiente. Luego, la tatuadora Lu, cuya práctica se enfoca en la botánica, tatúa el cuerpo de los participantes, pero sin tinta.  Estos tatuajes invisibles, tal como las personas que han sido asesinadas, solamente permanecen en la piel por un corto periodo de tiempo. El tatuaje es una forma de personificar y recordar las vidas de quienes han sido asesinados. Al tatuar en el cuerpo de otra persona el nombre de una víctima fatal de la violencia a causa de la defensa de los recursos naturales, el acto de memorialización se vuelve íntimo, un acto de persona a persona, que busca dar nombre a las “estadísticas” de estas muertes: cerca de 751 personas asesinadas entre los años 2015 y 2018 por interferir en actividades estatales o empresariales que causan daño al medio ambiente de sus localidades.

El costo humano como parte del constante ecocidio es raramente reconocido o discutido abiertamente, por lo que UNNAMED es una manera de señalar cada una de estas vidas y de registrar su pérdida. En la sede de isla Cockatoo, cuando Lu, la tatuadora, no está tatuando el cuerpo de alguien con un nombre, se pueden observar cartas que contienen la historia y los nombres de cada una de las personas asesinadas.

Teresa Margolles, Aproximación a las escenas de los hechos, 2020, instalación de medios mixtos. Vista de instalación (2020) para la 22ª Bienal de Sidney, National Art School. Cortesía de la artista y Galerie Peter Kilchmann, Zurich. Foto: Zan Wimberley
Teresa Margolles, Aproximación a las escenas de los hechos, 2020, instalación de medios mixtos. Vista de instalación (2020) para la 22ª Bienal de Sidney, National Art School. Cortesía de la artista y Galerie Peter Kilchmann, Zurich. Foto: Zan Wimberley
Teresa Margolles, Aproximación a las escenas de los hechos, 2020, instalación de medios mixtos. Vista de instalación (2020) para la 22ª Bienal de Sidney, National Art School. Cortesía de la artista y Galerie Peter Kilchmann, Zurich. Foto: Zan Wimberley
Teresa Margolles, Aproximación a las escenas de los hechos, 2020, instalación de medios mixtos. Vista de instalación (2020) para la 22ª Bienal de Sidney, National Art School. Cortesía de la artista y Galerie Peter Kilchmann, Zurich. Foto: Zan Wimberley

En Indigenous Lands (2020), también instalada en la isla Cockatoo, Paulo Nazareth hace un recorrido por experiencias personales, rutas ancestrales, historia, mitos y ficción para crear una narrativa especulativa, subvirtiendo la autoridad de discursos antropológicos y arqueológicos. Debido a que algunos antropólogos han planteado que Luzia podría ser parte de una población que emigró a América desde Australia / Melanesia, Nazareth ha podido trazar conexiones especulativas y viajes imaginarios a través del tiempo y diversos lugares que se encuentran con su propia genealogía y la relacionan con su viaje hacia y dentro de Australia. Esto refleja su trabajo en general, en el que utiliza su propio cuerpo y viaja para desafiar las historias dominantes de movilidad y reflexionar sobre epistemologías indígenas y conexiones transnacionales y diaspóricas.

El trabajo de Teresa Margolles consiste en una recopilación de actos violentos trazados mediante un complejo memorial a las vidas perdidas y a los lugares donde el trauma continúa resonando y dejando rastros materiales de la violencia perpetrada. Margolles ha visitado lugares, tanto en México como en Australia, donde mujeres y mujeres trans han sido asesinadas. La sangre que ha sido derramada en estos lugares, el pelo y el olor corporal son recogidos  por otras partículas acumuladas en estos sitios. La artista reúne estas partículas al lavar el lugar donde se cometió el crimen con una esponja y agua, recolectando el residuo que queda en las partículas, el espíritu y la memoria –todos somos testigos. El agua es filtrada e incorporada en un proceso en el cual una pequeña gota de agua –que representa la vida del individuo –pasa por un sistema que deja caer el agua desde una tubería central. El agua cae gota a gota sobre una superficie caliente: la vida se evapora, pero deja una mancha. Sin utilizar directamente materiales tangibles, Margolles rearticula el cuerpo ausente y la violencia ejercida sobre él mediante materiales cargados de visceralidad: una cortina plástica roja (como la de los frigoríficos), gotas de agua y superficies calientes, creando una cadena de eventos que conmemoran las vidas perdidas mediante un proceso de señalización que se convierte en momentos recopilados visualmente.

Fátima Rodrigo, Sabado Gigante, 2020, instalación con medios mixtos. Comisionada por la Bienal de Sídney. Cortesía de la artista y 80m2 Livia Benavides, Lima
Fátima Rodrigo, Sabado Gigante, 2020, instalación con medios mixtos. Comisionada por la Bienal de Sídney. Cortesía de la artista y 80m2 Livia Benavides, Lima

*Nota de la editora

El 23 de marzo de 2020, la Bienal de Sídney anunció la suspensión de su 22ª edición, la cual abrió sus puertas al público únicamente el día de la inauguración, el 14 de marzo, debido a la propagación de la pandemia del Covid-19. Sin embargo, la exposición continúa de forma virtual. La decisión fue tomada a raíz del incremento de casos de Covid-19 en Australia y a las nuevas medidas adoptadas por el gobierno.

La exposición contará con la plataforma Google Arts & Culture como herramienta digital para seguir presentando NIRIN al público internacional. La Bienal virtual contempla contenido en vivo, así como también guías, podcasts, sesiones interactivas de preguntas y respuestas, y recorridos guiados.

Traducido por Fabiana Leyton

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