REFLEXIONES SOBRE EL ARTE Y LA NATURALEZA ESPECTRAL. “LOS ESPÍRITUS” DE RENATO ÓRDENES SAN MARTÍN
El espacio que el arte le ha entregado a la reflexión metafísica, al valor de lo irracional y al devenir del inconsciente, ocupa un lugar preponderante en la historia del arte occidental desde el siglo XX, alcanzando insaciables búsquedas de exploración material e inmaterial en los distintos lenguajes artísticos que componen el repertorio de lo que hoy denominamos como arte contemporáneo.
La problematización en torno al objeto ocupa un lugar central dentro del estudio de sus cualidades simbólicas, siendo éste un signo de diversas posibilidades de significado que pueden ser interpretadas desde la racionalidad del mundo terrenal y/o desde sus tensiones con la dimensión abstracta de aquello que va más allá de nuestra consciencia. A partir de esto, nace el interés del artista Renato Órdenes San Martín por captar lo sensible y lo metafórico a partir de una investigación profunda sobre la materialidad de sus obras.
Los Espíritus nace de la inquietud del artista por explorar aquellos límites entre lo mundano y lo no terrenal, a través de un estado psicosomático de las obras y sus materialidades, las cuales se presentan como entidades “humanas, no-humanas, vivas y no-vivas” (Órdenes, 2019).
A partir de esculturas, instalaciones y dibujos abstractos, el artista problematiza en torno a la existencia y su naturaleza espectral, apelando a la condición difusa y ambigua de quienes coexistimos en uno o variados entornos. La exposición, que se encuentra en OMA Art Gallery, hace converger diferentes lenguajes artísticos que representan esta inquietud por la (no) existencia.
Las esculturas, dispuestas en el suelo, retoman la línea que ya venía trabajando el artista por perseverar en extremidades del cuerpo humano fragmentadas en partes, que se apropian del espacio de la galería en diferentes formatos y tamaños. Dedos, pies y una oreja se presentan como espectros mutilados del cuerpo humano que, a su vez, son representados con la mayor pulcritud que propicia el juego entre el blanco de la sala y el material industrial con el que son creadas.
Los dedos, en pequeños formatos, son representados en dos ocasiones, una desde el suelo y otra en una instalación con cadenas industriales que genera un contrapeso entre ambos dedos, ocasionando un cuestionamiento por el equilibrio de la existencia misma de la obra, logrando una percepción simétrica que tensiona y provoca al espectador.
Es importante recalcar que todas las obras dialogan con nosotros, en la medida que recorremos el circuito junto a estos objetos que se cruzan en nuestro camino, o más bien, nuestro desplazamiento sobre-humano aparece inquietando la naturaleza de las obras.
También, hay una intención de ampliar los límites de estas esculturas y de la instalación hacia la exploración con distintos materiales: cables eléctricos, fierros y una pesa de neón que se conectan entre sí, devolviéndole el “caos” provocativo al espacio de cemento y paredes blancas, al representar este lado vivo de la existencia: inquietantes pies, sobre un bajo soporte rugoso, asimétrico y urbano.
Materiales que simulan residuos de una construcción, reflexionan sobre la conexión del todo y del universo, y se componen en su totalidad, como construcciones alegóricas sobre aquellas consideraciones visuales que permiten generar esta toma de consciencia entre estos ambos mundos que el artista transmite desde la importancia de la materialidad en su proceso de creación.
Esta inquietud por comprender la condición multiforme de la naturaleza, y su proyección a las apariencias en el mundo de la imagen, lo llevan a reflexionar que “el espectro es la condición misma de todo aparecer en imagen, y por ello mismo, puede adoptar cualquier apariencia” (Órdenes, 2019). Es así como no solo encontramos elementos figurativos desde la escultura contemporánea, sino que existe un diálogo inmensamente provocativo con la pintura y el dibujo, en la deconstrucción de la forma desde la mancha, la “rayadura” y la abstracción.
Una forma geométrica dispuesta en la sala de exposiciones, coloreada en tonos llamativos sin tener una lógica, revive el gesto de la mancha, la huella y el chorreo del azar en la pintura. A su vez, unos dibujos/bocetos del artista que son exhibidos antes de entrar a la sala de exposición, tienen la particularidad de ser un proceso abierto de creación.
Con esto, destaco el valor de poner en exhibición la investigación por las formas, la tinta y el papel de estos dibujos transeúntes, que acompañan al artista y fluctúan de un lugar a otro para demostrar desde dónde nace la curiosidad por experimentar las formas, las materias, y aquellos elementos metafóricos de ambos mundos desde las huellas de estas dimensiones que nos conectan con el mundo de lo abstracto.
Los Espíritus se exhibe en OMA Art Gallery (Triana 857, Providencia, Santiago de Chile) del 1° al 29 de agosto del 2019. Cuenta con el apoyo del Instituto de Arte PUCV y Worm Gallery, Valparaíso.
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