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GALERÍAS EN CUARENTENA: LA REALIDAD CHILENA

Por Francisco Reyes Ahumada

La llegada del COVID-19 es una intromisión de un cuerpo ajeno al humano que terminará cambiando más de un paradigma de nuestro mundo. Es menester decir que esta pandemia marca un antes y después en muchos ámbitos, incluyendo el arte.

El pasado 19 de abril, el diario El País publicó un artículo sobre cómo las galerías pequeñas sobreviven en España mientras rige la cuarentena. Ianko López, autor del texto y quien escribe de arte en distintos medios, dice que esta pandemia lo único que hizo fue acelerar cambios que se venían gestando lentamente hace años.

El artículo destaca las nuevas modalidades que vienen adoptando las galerías hace un tiempo, como el arte en línea, que gracias al constante avance de la digitalización, la difusión, las redes sociales y teleconferencias abren una nueva configuración para los sitios artísticos. Otros espacios han llegado más lejos, por ejemplo, el proyecto llamado “Hauser & Wirth Virtual Reality”, que ha experimentado introduciendo la realidad virtual a las galerías.

¿Cambia el Coronavirus los paradigmas en la circulación del arte chileno? Artishock consultó a un grupo de galerías con sede en Santiago para saber cómo enfrentan la cuarentena y cuáles son las estrategias de ventas y de relación con artistas y coleccionistas que están implementando de aquí a finales de año.

Vista de la exposición "Fronteras Naturales", de Mateo Maté, en Galería Isabel Aninat, Santiago de Chile, 2018. Foto: Nicolás Narvéz
Vista de la exposición «Fronteras Naturales», de Mateo Maté, en Galería Isabel Aninat, Santiago de Chile, 2018. Foto: Nicolás de Sarmiento

Isabel Aninat, Aninat Galería

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Hay una gran preocupación por tratar de no cerrar una galería que lleva más de 36 años funcionando. Fue creada en el 83 con el nombre Plástica 3, luego Plástica Nueva, hasta convertirse en Galería Isabel Aninat. Junto con los cambios de nombres fue buscando nuevos espacios que fuesen más apropiados para exhibir el arte contemporáneo.

Hoy, con el nombre Aninat Galería, se incorporó a mi hija Javiera García-Huidobro como socia, siempre con el fin de resguardar continuidad de la galería, algo muy difícil en Chile por la gran precariedad económica con las que trabajan.

Desde el 18 de octubre, la galería se ha visto afectada económicamente, y la pandemia ha terminado de hacer los estragos en que hoy nos encontramos.

Hemos implementado grandes rebajas en los precios publicándolo vía internet. Esto con la cooperación de los artistas que están conscientes que también ellos son los perjudicados por las no ventas.

El ecosistema del arte chileno es tan frágil que una galería no se sustenta sólo con tener un espacio expositivo, sino también en las múltiples gestiones internacionales de promoción, tanto en la asociación con galerías extranjeras como en la participación en ferias. Estas últimas, con gran perjuicio para las galerías, se han postergado por el Coronavirus. Los stands ya habían sido cancelados, por lo que el daño es aún peor.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

Tienes toda la razón. Las ventas por internet no pueden reemplazar totalmente la forma tradicional. El arte implica un profundo diálogo entre la obra y el observador, algo que no se cumple a cabalidad a través de una máquina.

Son las circunstancias que han forzado a las galerías a ofrecer sus obras por internet. A pesar de todo, las ventas por internet han sido escasas.

Es indudable que después de esta pandemia el mundo va a cambiar. ¿Hacia dónde? No se sabe. Es un momento de reflexión y silencio, algo que -a mi entender- nos estaba faltando y hay que aprovechar.

Para la mayoría de los que estamos involucrados en el mundo del arte, lo que hacemos es más que un trabajo, es una forma de vida.

Los que hemos vivido más sabemos que la vida tiene muchas sorpresas en el camino, la mayoría de gran felicidad, pero muchas de gran dolor. Ambas implican adaptación y creatividad.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

Creo que la situación no va ser mucho mejor, pero hay que saber trabajar con los grandes problemas y tratar de solucionarlos en la medida que se pueda.

El arte siempre ha sido creativo y eso es lo fascinante que tiene trabajar en este rubro. ¿Por qué hoy no lo va ser?

Vista de la exposición "Desplome", de Sebastián Mahaluf, en Galería Patricia Ready, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía de la galería
Vista de la exposición «Desplome», de Sebastián Mahaluf, en Galería Patricia Ready, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía de la galería

Patricia Ready, Galería Patricia Ready

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Hemos diseñado un plan de comunicaciones y redes sociales que nos ha permitido tener la actividad de la galería de manera online, algo que nuestro público ha agradecido mucho. Además, hemos seguido enviando información y los catálogos de las muestras a distintas colecciones internacionales. Ha sido un gran esfuerzo, pero es algo que los artistas necesitan: el respaldo permanente de su galería. Gracias a eso hemos mantenido de forma sostenida nuestras ventas durante estos tiempos de crisis. Por la misma razón, decidimos durante estos meses ceder el porcentaje de ganancia de la galería a los artistas, un esfuerzo de nuestra parte para que todo vaya en beneficio de los artistas, algo que además he tenido muy buena aceptación. En estos momentos, la Galería está funcionando de manera parcial, es decir, si bien no está abierta al público general, sí estamos recibiendo a las personas que se han entusiasmado con la venta online, pero que quieren ir a ver la obra de cerca; esto obviamente con todos los resguardos sanitarios, manteniendo la distancia y con mascarilla.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

La verdad es que no me parece excesivo, creo que todos los que trabajamos en el arte queremos aportar a este momento tan difícil con lo que sabemos hacer, sobre todo porque indiscutiblemente el arte es una expresión muy potente de lo que vivimos como sociedad. Me parece bien que exista buenas ofertas online, ya que potencian las ventas, y creo que es muy legítimo hacerlo ya que nuestros artistas viven de sus trabajos.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

En este sentido soy muy optimista: pienso que si se espera un tiempo prudente podremos volver a hacer algunas actividades tal como las hacíamos antes. Por ejemplo, hacer el lanzamiento de nuestras muestras sin cóctel de inauguración, pero avisando a todos los artistas y a nuestra base de datos que la exposición estará expuesta un mes y medio para luego cambiar a la siguiente. Evitaremos así la congregración de gente y el público tendrá la opción de ir a la galería, porque el arte funciona fundamentalmente desde la experiencia que se tiene con un interlocutor.

No es un misterio de que el arte se explora y se dimensiona sólo cuando lo puedes ver en vivo y en directo. Aún así, lo más importante es cuidar la salud de nuestros amigos y, por lo mismo, nos iremos adaptando gradualmente para que ellos no se pierdan la experiencia sensorial que implica interactuar con el arte. En otro frente, participaremos de las ferias internacionales a través de sus propuestas de galerismo virtual. Evidentemente es algo nuevo y ahí sabremos cómo nos va. Pero creo que no debieran aparecer problemas. Nos han llegado invitaciones para presentar a los artistas chilenos en ARCOmadrid, ArtLima y ya estamos preparando nuestra página para la feria Frieze New York.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Poner una galería de arte es una aventura sobre todo cuando se trabaja con artistas jóvenes, porque a mí me interesan las piezas que me hacen pensar, por lo mismo es apostar por artistas emergentes, y la relación con ellos es siempre muy nutritiva. Claramente, en estos momentos nos ha tocado comunicarnos mucho más de lo normal tanto con ellos como con los clientes, lo que ha sido muy bueno. Por ejemplo, esta intensificación de la relación con nuestros artistas despertó unas ganas de hacer cosas especiales que han tenido un efecto muy positivo tanto para ellos como para nosotros como galería. Pero al final los que más han ganado con esto, y lejos los que están más felices, son los coleccionistas, porque han podido adquirir obras importantes de nuestros artistas a precios inéditos.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

La verdad es que yo creo que lo virtual en estos momentos es el boom porque creo que no hay otra opción, pero soy optimista, pienso que con el paso del tiempo, cuando todo se calme, lo digital volverá a ocupar su lugar de siempre, con más presencia por supuesto, pero nunca reemplazará el encuentro físico con la obra. No hay que perder de vista que el arte es una experiencia presencial y que una pantalla nunca va a competir con la obra en vivo; además, estoy segura que en un tiempo más, cuando todo esto haya pasado, podremos volver a la normalidad de siempre.

Vista de la exposición "El mundo al instante N° 1" en Isabel Croxatto Galería, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía de la galería
Vista de la exposición «El mundo al instante N° 1» en Isabel Croxatto Galería, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía de la galería

Isabel Croxatto, Isabel Croxatto Galeria

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Isabel Croxatto Galería se caracteriza por ser un proyecto creativo que busca plantearse nuevos modelos de producción, presentación y circulación del arte, en diálogo con los ecosistemas del arte y la contingencia. Desde mediados de 2019 que junto al equipo de la galería estábamos cuestionando el modelo de galería que queríamos ser. Entre el estallido social en Chile y el COVID-19 -que nos golpeó antes que al resto de la escena chilena, ya que cada año en marzo participamos de una feria en Hong Kong que tuvo que ser cancelada en enero-, se podría decir que la cuarentena nos encontró trabajando en nuevas estrategias.

Una de nuestras principales estrategias, tomada antes incluso que tuviéramos que estar en cuarentena, era precisamente enfocarnos hacia lo digital, pensando en el e-commerce y un mercado internacional. Concretamente, en diciembre de 2019 habíamos tomado la decisión de ser parte de Artlogic, una de las plataformas de administración de galerías más pro del mundo; también habíamos comenzado la renovación de nuestro sitio web para implementar el e-commerce, lo que se suma a nuestra presencia hace años en otras plataformas digitales internacionales como Artsy. Ya estábamos explorando con nuestros artistas más nuevos una serie de exposiciones exclusivamente online, por lo que literalmente la cuarentena nos encontró trabajando en estos nuevos escenarios que hoy tienen aún más sentido.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

En el mundo entero hay una sobre oferta de arte hace mucho rato, y lo que está haciendo esta crisis sanitaria es dar cuenta de ella, pero sobre todo de la resistencia que ha tenido el arte por repensar creativamente sus estrategias a partir de la revolución de lo digital y los nuevos medios, y también de la implosión del mercado del arte, y cómo éste impacta temas medioambientales y sociales.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

Como galería somos parte de un tejido nacional e internacional y nuestra programación, como las de todos, se ha modificado. En estos momentos es difícil saber en qué estaremos en relación a la pandemia. En el mejor de los casos, habremos vuelto a la normalidad y será posible retomar actividades como viajar y reunirnos masivamente, independientemente del impacto que todo está teniendo para la economía global. El segundo semestre promete ser muy intenso, ya que a nuestro calendario ya planificado de exposiciones y ferias se sumarán muchos eventos que no han podido desarrollarse este primer semestre. Finalmente, todo se condensará en los últimos cuatro meses del año.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Nuestra relación con los artistas siempre ha sido muy cercana, pero hoy con todo esto que estamos viviendo nos hemos acercado más. La cuarentena nos está regalando tiempo para pensar, y hemos podido aprovechar de «jugar creativamente» a ponernos en nuevos escenarios y repensar nuestro rol. Nuestros clientes y coleccionistas siempre han jugado un rol muy activo en nuestra gestión y están atentos a apoyar a nuestros artistas y el proyecto de la galería, ya que ellos entienden la importancia de que existamos como mediadores y agente potenciador del arte.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

El arte en sí mismo es futuro y está en constante cambio, todo lo afecta y todo se transforma en materia susceptible de ser afectado por nuevos códigos, los del artista. Los cambios de paradigma culturales inevitablemente producen una polarización al principio: los fanáticos que piensan que lo nuevo es ley, y los detractores que piensan que es una aberración y que es el fin. Pero el tiempo nos muestra que la oralidad no acabó con los lenguajes del cuerpo, que la escritura no mató al mito, que la imagen técnica no enterró la palabra, que la reproductibilidad en serie no ha matado el original, y lo virtual no reemplaza la experiencia presencial; y lo que es más interesante es cómo todos estos lenguajes se suman, se potencian y aparecen nuevas formas.

Vista de la exposición "+56 9", de Lucas Estévez, en Galería NAC, Santiago de Chile, 2020. Foto: Pía Bahamondes
Vista de la exposición «+56 9», de Lucas Estévez, en Galería NAC, Santiago de Chile, 2020. Foto: Pía Bahamondes

Nicole Andreu Cooper, Galería NAC

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Cerramos la galería y comenzamos a trabajar con teletrabajo. Es más difícil, pero nos hemos ido ajustando a los tiempos y organizaciones. Ha habido más tiempo para pensar pero no nos hemos querido quedar ahí: creo que tenemos que seguir actuando pero de una manera más personalizada. La galería se ha ido abriendo de a poco con visitas de a uno tomando todas las medidas de resguardo para proteger a nuestras visitas, clientes y trabajadores. De esta manera, se han generado ventas y visitas de clientes que nos ayuda a continuar haciendo nuestro trabajo. Lo fundamental hoy en día es mantener las relaciones y no tener apuro en saber qué pasará. El arte nunca va a dejar de ser importante y creemos que después de esto va a tomar más importancia la cultura y el pensamiento. Estamos preparados para ajustarnos y mutar si es necesario.

También nos hemos enfocado a que la galería sea una plataforma de contenidos por lo que estamos desarrollando con más fuerza el área de talleres o cursos NAC. El año pasado los comenzamos con mucho éxito y por ahora son online y están funcionando muy bien.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

Sí, es muchísima la información online de arte, pero creemos esto se va a ir ajustando con el tiempo. Creemos que es algo que debería haber ocurrido hace ya varios años y de pronto nos vimos apresurados en gestionar estos cambios. Todo esto al final traerá solo beneficios a la escena que se presentará de manera más transparente, y en donde ya podemos comenzar a comparar precios y trayectorias entre artistas. Esto generará cosas muy positivas, obviamente con tremendos costos de por medio.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

Creo que hay que seguir proyectándose y realizando estrategias que visualicen la obra de nuestros artistas para ir ajustándonos en su minuto a cómo van a ir decantando. Y poder tener capacidad de reacción en la medida en que se vaya activando el mercado y los contenidos, para no quedarse atrás.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Hemos seguido en contacto y ha sido un tiempo de organización hacia el futuro. Obviamente hay temor porque es una situación inestable, pero tenemos la energía y la disposición de llevar los proyectos hacia adelante aunque se tengan que posponer. Sobre cómo queremos seguir trabajando, es en relaciones más profundas y con obras más profundas, para que todos aprendamos de esto.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

Si, justamente es ese cambio de paradigma que creemos acercará más el arte a la gente. No desde un punto de vista comercial, pero sí de velocidad de información y transparencia que hará una nivelación a nivel global y, al mismo tiempo, traerá una mayor profundización de contenidos. Es lo que necesitamos.

Vista de la exposición «Sogol, el guardián del libro», de Juan Luis Martínez, en D21 Proyectos de Arte, Santiago de Chile, 2019. Foto: Jorge Brantmayer

María Fernanda Pizarro, Galería D21

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Como equipo D21 estamos implementando nuevas formas de comunicación, en las que nos hemos replanteado el espacio de una manera virtual. Las redes sociales han sido una buena herramienta para difundir, aportar desde la cultura y aprovechar de recordar algunos artistas nacionales que hemos expuesto e investigado con anterioridad, como son las Yeguas del Apocalipsis, Víctor Hugo Codocedo, Carlos Leppe, Juan Luis Martínez o Gonzalo Díaz, entre otros, siempre con un llamado a la responsabilidad, usando los hashtag #quedateencasa y #eligeculturaencasa. A su vez, nos planteamos las exposiciones 2020 en un formato virtual de libre acceso, en donde cualquier persona pueda acceder al espacio de forma remota, sin la necesidad de ir presencialmente, a través de recorridos en 360° y videos sobre nuestras próximas exposiciones, que esperamos poder implementar a medida que las condiciones sanitarias así lo permitan.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

En estos tiempos de crisis consideramos que son pocas las opciones y de alguna manera no queda otra que trasladarse al espacio virtual. Es importante mencionar que D21 Proyectos de Arte se caracteriza por ser una galería que desarrolla proyectos de arte, por lo que sus exposiciones por lo general responden a un enfoque curatorial determinado, que intenta visibilizar trabajos de ciertos artistas y períodos particulares de las artes visuales, de manera que el uso de este tipo de herramientas online no tiene por objetivo mantener vivas las ventas, sino que activar el contenido regular de las exposiciones y sus artistas. A su vez, potenciamos nuestra área editorial, en donde poseemos venta directa que ayuda a sustentar el espacio, pero tal como lo mencioné anteriormente, nuestro enfoque es ser un centro independiente de creación, producción y difusión de las artes visuales y la poesía.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

El calendario 2020 se vio afectado por la emergencia sanitaria, lo que nos ha obligado a acortar nuestro programa a tres exposiciones presenciales, de los artistas Jorge Cabieses-Valdés, Natalia Babarovic, Pilar Quinteros y Alan Segal. Sin embargo, estamos implementando una nueva plataforma web -www.d21virtual.cl- que será anexa a la página actual de la galería, donde dispondremos de contenidos diseñados especialmente para ser vistos de manera remota, desde los hogares. Esto incluye formatos de 360° que permitirán ver de forma virtual el espacio de exposición junto a información de la muestra, recorridos de obras y programas de mediación. A su vez, vamos a liberar nuevos contenidos online de las investigaciones que estamos desarrollando, como la del artista Víctor Hugo Codocedo y también exhibiremos parte de la colección de dibujos de Pedro Montes en formato web y video. Cabe destacar que todas nuestras exposiciones anteriores se encuentran en www.d21.cl, en donde se puede descargar los catálogos en formato PDF y acceder a las informaciones pertinentes a cada muestra.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Implica modificaciones en la forma en que nos relacionamos y comunicamos, ya que tenemos que informar mejor lo que antes hubiéramos mostrado de manera presencial. La contingencia nos obliga a pensar en nuevos formatos e ideas para acercar la cultura a las personas y así contribuir a que nuestros artistas puedan comunicar su obra de la mejor forma posible.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

Consideramos que aún es pronto para determinar si existe un cambio de paradigma, pero sí creemos que esta adaptación a otros formatos va a sumar nuevas herramientas de compra y venta online para visibilizar obras de arte. Son muchos los factores los que determinan si una obra se va a vender o no, ya que su valor se sigue rigiendo por el autor, la época de su producción, su técnica, recepción, difusión, historial de transacciones y exhibiciones anteriores, etc.

Vista de la exposición «Arte en resistencia», organizada por Galería Espora y Factoría Santa Rosa, y presentada en este último espacio ubicado en el Barrio Franklin de Santiago, 2020. Foto cortesía de las galerías

Carolina Musalem, Factoría Arte Santa Rosa

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Desde hace un mes nos mantenemos con teletrabajo, afortunadamente tenemos una disciplina enmarcada en horarios y metas de trabajo diarias y semanales; esto nos ha funcionado muy bien.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

Esto depende del manejo que se le dé, el contenido publicado y cómo se aborde al cliente. Por nuestra parte, entendemos que actualmente la prioridad es otra y por tanto en lo comercial estamos insistiendo en lo que la misma situación nos permite; no abandonamos los esfuerzos de venta. Por ejemplo, estamos creando contenido que permita conocer un poco más de nuestros artistas. Buscamos también que tengan un nicho de entretenimiento en nuestras redes.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

En pro de un bien general, hemos decidido poner en pausa el calendario de actividades que estaban programadas; estamos apostando poder retomarlas en el mes de julio, esto sujeto a las decisiones que tomen las autoridades en cuanto a los espacios que reúnan gran cantidad de personas.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Con los artistas, mantenemos contacto y seguimos trabajando en proyectos venideros, esto nos ha dado la flexibilidad para ir pensando en el 2021.En cuanto al manejo de los clientes, hemos mantenido y fortalecido la presencia en redes sociales; también por mailing tenemos una relación cercana con nuestros clientes, eso es un plus en estos momentos.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

Se podría decir que sí, ya que se está potenciando el funcionamiento de las actividades online. Sin embargo, desde hace un tiempo algunas galerías a nivel mundial tienen pestañas de venta en su página web; este tipo de comercio, al igual que el manejo de las redes sociales, son herramientas muy convenientes en este momento.

Nosotros estamos conociendo y aplicando nuevas herramientas, la creatividad es la bandera para no quedarse atrás a pesar de las circunstancias que hoy nos apremian, pero sigue siendo muy importante el contacto directo con el cliente.

Espero que una vez que pase esta pandemia paulatinamente podremos volver a funcionar de esta manera, ya que dicho contacto, en mi caso como galerista, es fundamental para la comercialización de obras de valores importantes que solo se dan cuando la persona ve la obra en físico.

Vista de la exposición "The Starry Rift", de Brittany Nelson, curada por Steffi Hessler, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, marzo 2020. Cortesía de la galería
Vista de la exposición «The Starry Rift», de Brittany Nelson, curada por Steffi Hessler, en Die Ecke Arte Contemporáneo, Santiago de Chile, marzo 2020. Cortesía de la galería

Paul Birke, Die Ecke Arte Contemporáneo

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

La cuarentena la hemos enfrentado de manera reflexiva y en relación al cierre hemos implementado el teletrabajo para poder difundir la obra de la artista norteamericana Brittany Nelson que inauguramos un par de días antes de que todo comenzara aquí en Chile.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

Hace bastante tiempo que las ventas han disminuido para nosotros, siendo agravado esto desde el 18-O en adelante, por lo cual esta pandemia nos encontró trabajando en una reformulación de la manera de trabajar que no necesariamente está vinculada a volcarse a la venta online, sino más bien, a cómo prosperar como galería en una escena donde no existe el mercado del arte.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

Esperamos que de cara al segundo semestre estemos reorganizados; la verdad es que para ello nos dimos todo el año 2020. Los cambios profundos se hacen con calma.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Todo lo que estamos planeando lo hemos conversado con nuestro grupo de artistas, de hecho, juntos llegamos a la conclusión de que ellos conocen perfectamente las deficiencias de nuestro sistema; y en relación a los coleccionistas locales, hace tiempo que no nos visitan.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

Depende mucho del tipo de obra. Si tú recorres las plataformas online te darás cuenta que es bastante homogénea la línea o estilo de las obras. Nosotros durante dos años pagamos 400 dólares mensuales en Artsy y vendimos solo una obra.

Las obras-ideas siguen necesitando de la experiencia real del ser humano para ser apreciadas.

Vista de la exposición "De letras, frutas y flores", de Benjamín Ossa, en Galería Artespacio, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía del artista
Vista de la exposición «De letras, frutas y flores», de Benjamín Ossa, en Galería Artespacio, Santiago de Chile, 2020. Foto cortesía del artista

María Elena Comandari y Rosita Lira, Galería Artespacio

¿Cómo están enfrentando en su galería la cuarentena y qué medidas específicas han implementado para hacerle frente al cierre del espacio?

Además de lo tremendo que ha sido esta pandemia, para nosotros es muy difícil llegar a fin de mes con Artespacio cerrado y sin mayores resultados, por lo que hemos implementado un trabajo online todos desde la casa, además de tener la página web muy al día, y ofrecer la actual exposición de Benjamín Ossa en todos los medios.

No es fácil, teniendo la galería cerrada. Hemos publicado dos catálogos de descuentos que están circulando y que han sido muy exitosos. De forma privada y previa cita podemos agendar visitas a la galería con nuestros clientes. Por otro lado, es importante el trabajo de la prensa en general, lo que ayuda mucho a difundir el esforzado trabajo de los artistas.

En todo el mundo, las galerías están reinventándose con rapidez, trasladando su espacio físico al virtual, a fin de mantenerse activas y apostando a no mermar sustancialmente sus ventas y ver afectados sus ingresos. ¿No les parece que hay, más bien, una sobreoferta online que a la larga es contraproducente?

Contraproducente o no, es lo que tenemos que hacer. Agradecer que existen todos estos medios de difusión y comunicación.

Los clientes nos agradecen mucho nuestras ofertas y llamados para promover a los artistas, quienes necesitan seguir vendiendo mes tras mes. Al igual que nosotros, sin ventas no podemos subsistir. Es lo que genera nuestros ingresos y el de los artistas. De lo contrario no resulta sustentable.

Está bien trabajar online, cada día lo iremos haciendo mejor. Igual a la gente le gusta ir a las galerías y museos, es refrescante y es parte de la cultura. Pero ahora con nuestro público sin salir de la casa, disfrutan poder seguir viendo qué está pasando en el arte, ya que el trabajo de los artistas no se ha detenido, al contrario, están trabajando con furor.

Tenemos un elevado grupo de personas que nos sigue, que confía en nuestro quehacer, con quienes tenemos un diálogo frecuente, por lo que es muy probable que se renueve la venta. Así lo esperamos nosotros.

¿Cómo visualizan sus operaciones hacia el segundo semestre del año?

Vendrán tiempos difíciles y estamos abocados a desarrollar diferentes escenarios. Ha habido un tremendo cambio y será doloroso para todos. Pero siempre manteniendo un nivel de mucha positividad y entusiasmo, hemos y seguiremos evolucionando en la manera de trabajar. Con nuestros artistas seguiremos manteniendo una línea directa de comunicación, tanto para saber de sus necesidades como para ir analizando su trabajo y en lo que cada uno está desarrollando, más aún con las exposiciones agendadas hasta el 2022; entonces, se suscitan muchas complicaciones: los artistas invierten para producir su obra, y es por eso que es importante mantener la actividad. Hoy necesitamos mucha información por parte de ellos para así, a través de los medios digitales y plataformas, mostrar su trabajo permanentemente a nuestros coleccionistas y a nuestro público en general que nos han acompañado por más de 25 años.

Estamos desarrollado diversas instancias para que todos puedan ser partícipes de la galería, tanto en visitas virtuales, video, obras, etc. Hoy más que nunca necesitamos estar conectados; son momentos difíciles para el mundo del arte y queremos que en estos días y a futuro Artespacio los pueda acompañar a través del arte que desarrollan los artistas.

¿Qué ha implicado estos cambios en cuanto a su relación tanto con artistas como con coleccionistas?

Bueno, está claro que no será fácil; hay mucha incertidumbre y todavía estamos muy al comienzo de la pandemia. Pero en época de crisis nacen las mejores ideas, y también apelamos a la creatividad para que todos juntos podamos unir fuerzas para que el arte sea una herramienta de unión. Es por eso que en estos momentos estamos trabajando en nuevo material de artistas con el objetivo de que nuestro público se informe sobre ellos, su obra y así, podamos generar interés y, a la vez, aprovechen estas oportunidades únicas que hemos preparado.

Nuestro lema es poder llegar a más personas, a los jóvenes, a los estudiantes, coleccionistas y como este tiempo es de reflexión, es una oportunidad para informarse, para conocer, investigar, y en eso está empeñado Artespacio, de qué manera nos abrimos al mundo de la manera más efectiva.

¿Creen que estos nuevos modelos virtuales de exhibir y comercializar obras determinarán un cambio de paradigma en el mundo del arte hacia el futuro?

Puede ser que este trabajo virtual se perpetúe en el tiempo, trabajo que por lo demás nosotros ya realizábamos antes, aún con la galería abierta. Es un buen complemento para el trabajo de difusión del arte. Pero un cambio de paradigma total, no nos parece, siempre existirá ese misterioso placer de ver arte en forma global utilizando todos los sentidos, frente a frente observando una obra. Es el término del proceso creativo: el observador frente a la obra.

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