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LECTURAS URGENTES. IMAGINARIOS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO VENEZOLANO

Con la gestión de la artista, investigadora y curadora Linda Phillips, el artista y crítico Néstor García y el artista Federico Ovalles-Ar, se presentó entre el 8 y 30 de marzo pasados en la sala de exposiciones de la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB) la muestra Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano.

Se trataba de una colectiva de once artistas venezolanos donde no se perdía de vista que, a pesar del tono que asomaba en su título (o a pesar de la geopolítica regional, o a pesar de los noticieros colombianos, o a pesar del uribismo como tara ideológica local), allí, más que una crisis construida a punta de dictaduras, bloqueos y manipulaciones propagandísticas provenientes de cualquier bando, hay una comunidad artística con un desarrollo impecable que no hay que dejar de apreciar. Y defender, y exhibir –y bastante–, en el exterior.

Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Detalle de la obra de Federico Ovalles-Ar. Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Detalle de la obra de Federico Ovalles-Ar. Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

En primera instancia, se trató de un proyecto gestado durante algo más de un año, donde el equipo curatorial reunió artistas venezolanos afincados en Colombia y aun residentes en Venezuela, con el objetivo de demostrar que en un territorio que ellos mismos definieron como “el país de la frustración”,  el arte podía dar cuenta de la manera en que, a pesar –o a consecuencia– de la indiscutible desposesión material que allí se sufre, “los sectores en desventaja desarrollan múltiples mecanismos de respuesta, estructurando a lo largo del tiempo variados tipos de imaginarios mediante un proceso sedimentario.” Valga decir, que sobreponiéndose al maltrato político, económico y mediático emitido en contra de ese país –desde mi país, entre otros–, sus artistas elaboran concienzudas manifestaciones visuales poseedoras de una proyección digna de la tradición que les antecede.

Desde la perspectiva de la historia del arte es posible notar que este fue uno de los principales logros de la curaduría: por fortuna no se metieron en el embrollo de responder a la pregunta típica colombiana (¿cómo dar cuenta en el extranjero sobre la producción artística de una región tan amplia y diversa, con un panorama sociopolítico tan dinámico, sin quedarse en el contraataque ideológico extrafronterizo y demostrar que allá sus artistas ofrecen lecturas que van más allá de reforzar la idea de que sus connacionales sólo hablan de “vivir del lugar donde les tocó”?), y se atrevieron a ir más allá.

Comando María Moñitos (video), de Argelia Bravo. Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Comando María Moñitos (video), de Argelia Bravo. Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Obra de Beatriz Grau. Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Obra de Beatriz Grau. Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

De otro lado, este equipo, aprovechando su bastante fogueado interés en mostrar lo mejor de lo que hace la gente nacida en su tierra, pudo comprobar, de nuevo, que allí se hacen obras que son capaces de narrarnos con infinidad de detalles qué significa vivir en un país –o migrar de un país– que fue próspero y ahora enfrenta su ruta hacia el subdesarrollo: gigantografías editadas que reorganizaban en una arquitectura violenta aquellas células urbanas más beligerantes en la ciudad de Caracas (Gerardo Rojas); construcciones con materiales precarios que daban cuenta de una convivencia entre las presunciones del desarrollismo sesentero y el fracaso neoliberal noventero (Federico Ovalles-Ar); videos donde se poetizaba sobre el estado de sitio permanente que se vive en regiones amenazadas por dictaduras inseguras de su legitimidad (Corina Lipavski); instalaciones de sonido y dibujo que ironizaban sobre la pretensión de tener la “cultura más grande del mundo”, mediante la edición de la propaganda radial de las “minitecas más grandes del mundo” (Néstor García); pinturas y videoinstalaciones de bailes que retaban la normatividad marcial (Linda Phillips); escenificaciones que se burlaban de la retórica militar (Argelia Bravo); videos de personas jugando a intoxicarse con enormes cigarros que eran lumpias (Max Provenzano); taxonomías del trópico para turistas (Beatriz Grau); o relatos de persecución política permanentemente reafirmados por la realidad local (Juan Carlos Rodríguez).

Así, esta muestra, más que revelarse como una manifestación de los lazos de unión que nos vinculan a personas sólo distintas de nosotres por distinciones políticas transitorias, abrió un espacio para saber cómo imaginan su mundo personas que nos han mediatizado como permanentemente localizadas en la inacción, cómo esa idea de inacción insuflada sobre ellas es simplemente un correlato de dominación extractivista, y cómo, el arte venezolano es más que elegir entre un tirano o el otro (o el otre, o los otres, o quien sea).

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición "Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano", sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García

Vista de la exposición «Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano», sala de exposiciones de la ASAB, Bogotá, 2019. Cortesía: Néstor García


Lecturas urgentes. Imaginarios en el arte contemporáneo venezolano contó con obras de Alí González, Argelia Bravo, Beatriz Grau, Corina Lipavsky, Federico Ovalles–Ar, Gerardo Rojas, Juan Carlos Rodríguez, Linda Phillips, Marcos Temoche, Max Provenzano y Néstor García.

Guillermo Vanegas

Psicólogo por la Universidad Nacional de Colombia, con estudios en Maestría de Historia del Arte, la Arquitectura y la Ciudad de esa misma institución. En 2010 creó reemplaz0, entidad a través de la cual realiza curadurías y procesos de reflexión teórica sobre arte contemporáneo colombiano. Con esta firma ha curado diferentes muestras en galerías y espacio de Bogotá, como Espacio El Dorado, Centro Colombo-Americano, Valenzuela Klenner, nueveochenta, Cámara de Comercio de Bogotá y el Museo La Tertulia, en Cali. Fue parte del equipo curatorial del 44 Salón Nacional de Artistas (2016) y de los 13 Salones Regionales de Artistas (2009). Trabajó en la Oficina de Curaduría y el Plan Piloto de Accesibilidad del Museo Nacional de Colombia, así como en la Gerencia de Artes de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Desde 2007 se ha desempeñado como profesor en varias universidades de Bogotá. Escribe regularmente para medios virtuales e impresos de Bogotá y España. Actualmente coordina la sala de exposiciones de la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB).

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