Héctor Hernández Montecinos

Nace en Santiago de Chile en 1979. Es Licenciado en Letras, Doctor © en Filosofía mención Estética y Teoría del Arte (Universidad de Chile), y en Literatura (P. Universidad Católica de Chile). A los 19 años recibió el Premio Mustakis a Jóvenes Talentos. A los 29, el Premio Pablo Neruda por su destacada trayectoria literaria tanto en Chile como en el extranjero. Ha sido becario del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, de la Fundación Pablo Neruda, de la Fundación Andes, del FONCA (México), AECID (España) y de Conicyt. En poesía ha publicado La Divina Revelación (México, Aldus, 2011) y Debajo de la Lengua (Chile, Cuarto Propio, 2009). RIL editores publicó sus novelas-ensayo sobre el quehacer poético: Buenas noches luciérnagas (Chile, 2017; España, 2018) y Los nombres propios (Chile, 2018; España, 2019). Sobre el poeta Raúl Zurita ha editado la muestra Verás (Ediciones Biblioteca Nacional, 2017) y Un mar de piedras (Fondo de Cultura Económica, 2018), una edición de sus entrevistas entre 1979 y el 2017. Fue co-curador de la exposición Los poetas más allá del poema (GAM, 2015) que incluía objetos y arte visual de Pablo Neruda, Nicanor Parra, David Rosenmann-Taub, Gonzalo Millán, Raúl Zurita, Enrique Lihn y Diego Maquieira. También escribió en el catálogo de la exposición Handle with care: mujeres artistas en Chile (MAC, 2007), entre otros.

Más publicaciones

Zurita. Verás no ver, 2018, 76 minutos. Dirección: Alejandra Carmona Cannobbio.

Un Tal Zurita y la Humanidad

La diferencia entre sobrevivir y vivir es obscena si no somos conscientes de ella. Todo lo que rodea a Auschwitz es Auschwitz. Todo lo que rodea a Pisagua es Pisagua. El documental «Zurita. Verás no ver» de Alejandra Carmona sobre el poeta nos recuerda cosas que la literatura y el cine estaban olvidando. Nosotros también. Es urgente no solamente lo que se dice y lo que se ve sino también lo que es.

LAS NUEVAS CONSTELACIONES NACIONALES. SOBRE “MINGA DEL CIELO OSCURO”, DE CECILIA VICUÑA ET AL

Cecilia Vicuña corona con este vínculo con la ciencia astronómica, física de partículas, astrofísica todo lo que ha hecho desde su arte precario de mediados de los años sesenta. Cada palito es un vestigio del paso del Sol, cada piedrita siempre fue el recordatorio de cómo nacen las estrellas. Un quipu y un software son lo mismo tal como las constelaciones incas que leen el vacío y la poesía mística. El Tawantinsuyo es la Vía Láctea y sus cuatro esquinas son la materia, la energía, el tiempo y el espacio. Sin duda el punto al que ha llegado la poeta, la artista, no tiene retorno. Su obra es ya patrimonio de la humanidad y lo que ella está pensando es lo que pensaremos en los siglos venideros.