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UNA CONVERSACIÓN ENTRE MARTA MINUJÍN Y PABLO JANSANA SOBRE LA “MENESUNDA RELOADED”

Actualmente, y en su última semana, se está presentando en el New Museum de Nueva York una de las obras de vanguardia que removió la escena artística de Argentina en la década de los 60: La Menesunda. Ahora titulada Menesunda Reloaded, esta provocadora creación pionera del arte participativo, inmersiva y experiencial, cuenta con la curaduría de Massimiliano Gioni, director Artístico del museo, y Helga Christoffersen, curadora asociada.

La Menesunda -“mixtura” y “confusión” en dialecto Lumbardo-, es un laberinto por el que se recorren once distintas situaciones, configuradas en una estructura cúbica de polígonos,  triángulos y espacios circulares, amueblada con diferentes materiales, sensaciones, olores y tecnología. En su debut en 1965, la polémica obra, autoría de Marta Minujín y Rubén Santantonín con la colaboración de otros artistas, conjugó muchas de las inquietudes abordadas por los creadores de vanguardia de principios de los años sesenta en Latinoamérica: el apetito por la cultura popular; la experiencia como medio estético; el espectador como activador de la obra de arte; el deseo de romper la norma y transgredir las limitaciones de los gobiernos de turno; la interferencia militar en los procesos democráticos.

Marta Minujín (Buenos Aires, 1943) es una artista pionera con una gran influencia en diferentes generaciones de artistas a lo largo de su carrera, que ha desarrollado un trabajo íntegro y radical que abarca acontecimientos, performances, instalaciones, environments, videos, esculturas y demás. Su práctica, variada e irreverente, en esencia desconfía de los objetos de arte coleccionables. Utiliza una gran variedad de materiales, desde colchones desechados y materiales de consumo a telas y alimentos, que se convierten en obras monumentales y frágiles que sorprenden y agitan.

El artista chileno Pablo Jansana conversó con ella.

"Marta Minujín: Menesunda Reloaded", en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

"Marta Minujín: Menesunda Reloaded", en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

Pablo Jansana: ¿Cuál es el origen de La Menesunda?

Marta Minujín: En ese momento estaba haciendo happenings, que eran acciones en vivo en un tiempo y espacio muy limitados, donde la gente estaba desencadenada y asombrada de lo que estaba sucediendo en ese momento. Se nos ocurrió con Rubén Santantonín, que era amigo mío, que era artista pero que era 20 años mayor que yo, trasladar, mover la ciudad de Buenos Aires en abstracto, hacer una extensión. Que las personas entraran una por una. Logramos que el Instituto Di Tella financiara una parte, y las empresas… así como en Nueva York. El Instituto Di Tella era muy importante. Yo tenía 22 años.

PJ: Eras muy joven, sí. ¿Qué estabas haciendo como artista en ese momento?

MM: Yo ya había venido de París, donde había vivido desde que tenía 18 años, y ya había hecho “happenings”. El helicóptero ya había sucedido (1)… ya había hecho muchas cosas, pero La Menesunda era un cónclave muy importante porque estaba dentro de un espacio cultural.

PJ: ¿La idea de La Menesunda surge a raíz de los happenings?

MM: Sí, proviene de los happenings. Yo trabajé con colchones -el 50% de la gente pasa su vida en colchones-, eran colchones viejos, usaba colchones de hospitales, lo que sea, y luego comencé a hacer fluorescentes. Y el otro, mi compañero, mi amigo, trabajaba en una fábrica de corpiños y hacía como grandes bolas que eran para meterse adentro. Primero, inventamos una especie de casa rodante gigante, que queríamos detener en todo el país para que la gente entrara. No pudimos hacer eso. Cuando me invitaron a exponer en el Di Tella gané el premio con los colchones. Allí ya hice un trabajo llamado Revuélquese y viva, que invitaba a revolcarse, y otro que se llamaba La pieza del amor, en el que la gente tenía que entrar y sentarse. Ahí estaba: entrar y meterse en la situación… y fue así, sin saber nada, porque no había comunicación, ni revistas, ni nada. En otras partes del mundo, como en Suecia, Niki de Saint Phalle y Tinguely habían hecho obra para meterse también.

"Marta Minujín: Menesunda Reloaded", en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

PJ: ¿El trabajo tuyo llegó un poco antes?

MM: Sí, un año o dos antes. Pero eso sin que nadie supiera nada del otro. Porque no había internet. No había revistas aquí, nada.

PJ: Esto surgió de ti y Santantonín…

MM: Si!. Una parte la hicimos con nuestras propias manos… nos llevó tres semanas hacerlo y dos semanas en exposición, y luego cerró porque venía otra exposición, pero sin embargo, fue una revolución. Ahora en Nueva York hacerlo de nuevo es como otra revolución, porque la gente ahora toma fotos, toma fotos, todos los días. En Instagram veo lo que sucede allí adentro… es increíble.

PJ: ¿Crees que es otro trabajo hoy? Yo veo La Menesunda en el New Museum como un nuevo trabajo.

MM: Si! Es como una máquina, que hubiese estado antes. Se transforma. ¿Lo viste como se transforma?

Pablo: Sí.

MM: La gente se coloca adentro, y el público la transforma. Esta audiencia de Nueva York transforma la obra.

PJ: Claro, tú creaste el trabajo en Buenos Aires hace casi 60 años atrás, y hoy se hace en Nueva York en un contexto totalmente diferente, donde la tecnología también juega un papel en la vida contemporánea.

MM: Creo que lo que la hace diferente es la gente. Si la hago en China, también cambiará, porque es como si tuvieras un auto nuevo, un Porsche, o uno viejo. Cambias tu país y el significado cambia según el país… es una escultura moldeable.

PJ: Es una obra revolucionaria.

MM: Si! … es tan revolucionaria como los Beatles. Porque era una generación tal, en la que éramos patitos feos, y luego te conviertes en cisne. Porque al principio todos dijeron: «Es una locura. Es una tarada. Es esto, lo otro. Tienen que encerrarla”.

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

"Marta Minujín: Menesunda Reloaded", en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

PJ: ¿La Menesunda es una fuente de información?

MM: Es un desencadenante de sensaciones y emociones.

PJ: ¿Cómo relacionas La Menesunda con lo que estabas haciendo en ese momento? Me hablabas de los happenings…

MM: La relaciono por el tema del colchón y luego por el tema de la tecnología, porque viste que hice un evento llamado Happening de los tres países (2), donde la gente se comunicaba por teléfono, radio aficionado. Yo estaba en Buenos Aires, otro en Nueva York, y el otro en Berlín. Allí comencé a trabajar solo con tecnología, pero ya en La Menesunda había hecho un túnel de televisión. ¿Lo viste?

PJ: Si.

MM: Por primera vez la gente se vio en una pantalla.

PJ: ¿Qué piensas ahora que la gente está tan acostumbrada a verse hoy en la pantalla? Se toman fotos en Instagram y el trabajo está más vivo que nunca, ¿qué opinas de eso?

MM: Creo que es fantástico, que realmente tiene algo fantástico porque cada día que me levanto ves, ahí está Menesunda Reloaded, Marta Minujín está en el New Museum. Hay varias formas de buscar y cada día rescato 50, 60 cosas.

PJ: Una locura.

MM: Si. Todos los días lo hago aquí en mi taller y haré una película con todo lo que obtengo de Instagram.

PJ: ¿De qué va eso?

MM: Tendré como documental real, realizado en tiempo real, lo que estaba sucediendo en Nueva York. Sucedieron cosas que no sucedieron antes. Dejaron entrar hasta perros. Los perros entraron… Después, siete personas en la cama, pero al final dije: «Bien». Me pareció que los actores, que están dentro, se tomaron La Menesunda para sí mismos, como un barco, comenzaron a manejar el barco ellos mismos.

PJ: Eso está bien.

MM: Genial, genial.

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

PJ: Cuando termina la reconstrucción de La Menesunda, ¿no eres muy consciente de los detalles de cómo la hiciste la primera vez?

MM: Bueno, nada lo hago con las manos… bueno, sí, la primera Menesunda si la hice con mis propias manos. La hicimos con nuestras manos en ese entonces.

PJ: Para la reconstrucción en Nueva York, ¿estabas allí?

MM: Sí, pasé 10 días enteros antes de la inauguración. Acababan de comenzar hace 15 o 20 días, no lo sé.

PJ: ¿En un comienzo proyectaste hacer muchas Menesundas?

MM: No, quería hacer una ciudad de Menesundas, una cosa gigante en sí misma. Por supuesto, todo de arte porque creo que el arte está por encima de la política, por ejemplo, y que el arte te protege, porque es algo espiritual que uno tiene. Es por eso que no creo mucho… ¿viste a un tipo como Jeff Koons que se vende por USD$80 millones? Parece ridículo, loco y lejos del arte. El arte está en el aire. Una cosa es que tienes que ser millonario, pero no puede ser un fin, puede ser un medio, pero no un fin, el dinero. El artista no tiene que ser así.

PJ: Cuando el trabajo se realizó por primera vez en Buenos Aires, la gente estaba en estado de shock porque se vieron en estas cámaras por primera vez en sus vidas.

MM: Sí, no sabían cómo eran. Les pasó a todos.

PJ: Ahora la gente está tan acostumbrada a verse que no produce ese shock.

MM: Es producido por el entorno donde se toma tu imagen. En el teléfono actúan de manera diferente, por ejemplo, entran a la galería y se sientan en el suelo, que si se maquillan y hacen esto, algunos se acuestan en la cama con los actores. Es decir, hacen otras cosas.

PJ: Esa idea de que la gente tiene que tomarse tantas selfies dentro de La Menesunda, publicarlas en Instagram más tarde… esa película que quieres crear con todo el nuevo contenido que se crea allí adentro, ¿es una obra diferente?

MM: No, puede ser diferente y puede ser igual. No importa, no importa. Ese es un dispositivo desencadenante, es como si hubiera inventado algo hoy, que desencadena cosas que tienen que ver con el arte y estar en un museo de arte, eso lo convierte en arte, pero si lo coloco en una feria de diversiones, puede parecer un laberinto. No es otro trabajo, es el mismo trabajo porque es muy vanguardista y siempre fue vanguardista. Es una obra provocativa que intensifica la vida.Entras, y cuando recibes sorpresas, es como una máquina, es un motor.

«Marta Minujín: Menesunda Reloaded», en The New Museum, Nueva York, 2019. Foto: Dario Lasagni

PJ: Lo que dijiste me llamó la atención, de que querías hacer muchas cosas juntas, como una ciudad de muchas Menesundas.

MM: Sí, pero quiero sacudir a las personas, sacudirlas para que aprendan a vivir en el arte. Vivimos del arte, lo digo porque yo paso haciendo cosas de arte, tú también, y estamos en otro mundo, no es el mismo mundo de consumo y todo eso.

PJ: Claro. ¿Qué te pareció el resultado en el New Museum?

MM: Sí, me encantó. Contribuyó mucho Helga (Christoffersen), totalmente. Helga fue casi creadora de tan buen rollo que tiene… buen rollo y forma de hacer las cosas. Logró muchas cosas.

PJ: En una entrevista hace un tiempo, dijiste acerca de La Menesunda que se reprodujo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en el 2016, bajo el título La Menesunda según Marta Minujín -subrayando la distancia temporal y autoría junto a Rubén Santantonín-, que había sido difícil el recrearla en base a la memoria, porque a veces la memoria es falsa. ¿Qué quieres decir con eso?

MM: Mira, la memoria que produce, el recuerdo que produce, porque la gente se mete en una caricatura, como la película de Roger Rabbit: es breve, entras y te vas, y no piensas mucho, el público no lo piensa, no lo hace. El Partenón de los libros que hice en Documenta es otra cosa, porque es para pensar, leer, para esto y para el otro, reflexionar sobre la humanidad en esto y aquello, pero no esto, esto es como divertirse.


(1) El 26 de julio de 1965, Marta Minujín arrojó pollos vivos desde un helicóptero en el estadio Luis Tróccoli de Montevideo.

(2) Simultaneidad en Simultaneidad fue un evento realizado por Marta Minujín en agosto de 1966 en el Instituto Torcuato Di Tella, Buenos Aires, en conjunto con Allan Kaprow desde Nueva York y Wolf Vostell desde Colonia. Cada artista proponía un happening el mismo día y horario en sus respectivos países. El resultado de las acciones se comunicó a través del satélite «Pájaro Volador» a los tres países. Consultado en http://arteymedios.org/historias/hitos-latinoamerica/item/125-simultaneidad-en-simultaneidad.

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Pablo Jansana

Nace en Santiago de Chile, en 1976. Artista con residencia en Brooklyn, Nueva York y Copenhagen. Es fundador y director de Kandor13.org (2013-presente). Es Licenciado en Arte por la Universidad Finis Terrae, Chile (1999) y continuó sus estudios en The School of Visual Arts, Nueva York. Actualmente prepara una exhibición para el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Chile para el año 2020.

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