ADRIÁN VILLAR ROJAS: THE THEATER OF DISAPPEARANCE
Para concebir su último proyecto en la terraza del MET, Adrián Villar Rojas (Argentina, 1980) tuvo que estudiar las colecciones y la historia del Museo, trabajando en tandem con los empleados de la institución, desde curadores a conservadores, así como con científicos y especialistas en la producción de imágenes. La exhaustiva investigación toma cuerpo en The Theater of Disappearance, una instalación en la que tecnología, museografía e historia se conjugan para detonar una puesta en escena de caos y miedo al hilo de la esperanza.
Conocido por sus instalaciones a gran escala, Villar Rojas utiliza uno de los espacios de ocio del MET, el Cantor Roof, para su elaborado display: 16 esculturas en las que se funden figuras humanas con réplicas de casi 100 obras de la mítica colección del Metropolitan Museum. Perturbadoras, épicas, a veces románticas, estas figuras se alzan por los lugares de tránsito de la terraza, o bien descansan sobre las mesas del recién diseñado Cantor Roof Garden Bar.
Teatro de la Desaparición es, como su título lo indica, un acto de magia. Villar Rojas, el prestidigitador -y agitador- en el espacio marginal de un museo no busca conducirnos al asombro per se, sino más bien sacudirnos para considerar una realidad que está a solo metros de distancia: abajo, en las calles de Manhattan… y más allá. A partir de un significativo estudio de las prácticas de colección del MET, el artista reinterpreta temas universales desde un punto de vista histórico-social, y también personal. Y, de paso, revisa las interpretaciones curatoriales y las referencias históricas del MET. En una frase, indaga en cómo este museo, conocido como uno de los más importantes del mundo, decide presentar la historia cultural hoy y hacia futuro.
Según el artista, la historia del MET, como institución, es testimonio de la senda de Estados Unidos como nación. Sus puertas abrieron en 1870, con una gran colección de esculturas de yeso que emulaban obras maestras. A mediados del siglo XX, una serie de artefactos genuinos pasaría a desplazar las copias. Los departamentos especializados emergieron rápidamente, dividiendo la colección en regiones y períodos, convirtiendo aquel laberinto de espacio-tiempo en un hogar mucho más acogedor y lleno de luz para los visitantes.
Para elaborar este “diorama performativo”, Villar Rojas acudió al escaneo en 3D y otras técnicas avanzadas en la producción de imágenes: escaneó esculturas del Metropolitan, y escaneó figuras humanas, cuerpos y gestos de modelos, tal y como si fueran otros tantos objetos de la colección. Objetos que conviven con nosotros, en nuestra fantasía sobre lo que ha sido y es, en nuestra percepción de tiempos pasados y por venir.
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