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Oriol Vilanova:domingo

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A lo largo de su trayectoria profesional, Oriol Vilanova (Manresa, España, 1980) se ha interesado por los mecanismos políticos de construcción de la historia y de la mirada, y buena parte de sus obras funcionan como gabinetes de curiosidades. Siguiendo un método de trabajo centrado en la recolección y documentación de imágenes, presenta la obra como un archivo o enciclopedia de documentos visuales al servicio de la deconstrucción del relato unívoco del pasado. Ha tocado temas como el éxito y el triunfo, el museo como espacio expositivo en desuso, los iconos del pasado y la reescritura de la historia.

El coleccionismo compulsivo al que el artista se rinde los domingos escarba en las ruinas de la sociedad del espectáculo, la misma que impulsó una ingente producción y circulación de imágenes. Tal como imagina el artista, “los mercados de pulgas ahora son santuarios” en los que un objeto tan banal como la tarjeta postal sigue brillando entre el polvo.

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Domingo tras domingo, Oriol Vilanova se adentra en los mercados de pulgas. Allí acostumbra a adquirir postales que en otro tiempo circularon por todo el mundo. Su estado natural, hoy en día, es el de una máxima dispersión, una impresión que se agrava al comprobar que en los encantes estas imágenes conviven con libros usados, revistas, cómics, cromos, sellos, monedas, películas y videojuegos desechados. Domingo (2017), la instalación que ocupa los dos espacios principales de la Fundació Antoni Tàpies en Barcelona, muestra la totalidad de las tarjetas postales coleccionadas por Oriol Vilanova. Reunidas durante más de quince años, cada una de ellas entra a formar parte de una sección temática. La colección cuenta ya con cerca de treinta y cuatro mil postales y un centenar de secciones que permiten clasificarlas.

Dada la formación del artista, los motivos arquitectónicos son los más frecuentes. Otros temas tan diversos como arcos de triunfo, banderas suizas, carreteras, gatos, naranjas, puestas de sol y zoológicos, entre muchos otros, conforman un museo de todas las épocas y ámbitos geográficos. Una de estas secciones, a la que el artista se refiere con el término “inclasificables”, deja la puerta abierta a nuevas incorporaciones.

El constante crecimiento de esta obra enfrenta al artista a una promesa de acumulación perpetua. En este sentido,  Domingo adopta una forma provisional, temporal y contingente. Su réplica se encuentra al descender las escaleras que conducen a las galerías subterráneas Para ser preciso (2017) acumula en un espacio angosto y reducido el mismo número de postales que se han desplegado en Domingo.

La gestión de tal cantidad de tarjetas inspira una serie de intervenciones que modifican paredes y columnas, de la misma manera que se hace con las imágenes en un entorno digital, clonándolas comprimiéndolas o borrándolas. Así es como  1990 (2017) y  Complet (2017), corren el riesgo de pasar desapercibidas. Ambas han sido instaladas en la planta de la Biblioteca de la Fundació Antoni Tàpies, pero su funcionalidad despierta serias dudas.

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La muestra se acompaña de un programa de performances y textos teatrales, otros de los medios con los que trabaja el artista, y que constituyen una meditada ironía acerca de la obsolescencia, el anacronismo, la sospecha de fraude y la delirante compulsión que afecta toda forma de coleccionismo, de la que él mismo es víctima.

Una de las performances ocurrió incluso antes de abrir la exposición. Se trata de Montaje (2017),  la “acción performativa” ejecutada por el mismo equipo profesional de montadores y dos grupos de estudiantes de la Escuela Massana que asistieron al artista en el despliegue  de  la colección de postales en las salas de la Fundació. De este modo, Vilanova transforma el proceso de montaje en un ritual sin espectadores.

Nuevo (2017), en tanto, consiste en la instalación de un mercado de postales en la Fundació. Varios vendedores de postales del Mercat de Sant Antoni han montado sus puestos en el espacio expositivo, transformando la Fundació en un nuevo punto de venta. Una cita para el colectivo de coleccionistas de postales y público ocasional, y un tributo a la relación que se establece entre vendedores y compradores.

A lo largo de la exposición se han programado otras nuevas performances, textos teatrales y una pieza inédita, Fundido a negro, interpretada por el artista mexicano Mario García Torres.

Además, se edita una publicación, Domingo, que reúne siete ensayos acerca del trabajo de Oriol Vilanova y una amplia documentación fotográfica de su instalación en la Fundació Antoni Tàpies. Incluye textos de Carles Guerra, Enric Granell, Joana Masó, Leire Vergara, Noé Soulier, Mario García Torres y Moritz Küng (coord. autores: Rosa Lleó), y fotografías de Roberto Ruiz.

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ORIOL VILANOVA: DOMINGO

Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, España

Hasta el 28 de mayo de 2017

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