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PHILL NIBLOCK, MÚSICO MINIMALISTA: “LA IDEA ES DESHACERSE DEL TIEMPO”

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Por Valeria Vivancos

Tras su paso por estudios en Economía en la Universidad de Indiana, en 1958, Phill Niblock viajó a Nueva York, donde trabajó como fotógrafo y director de filmes junto a diversos músicos de jazz. Dicha relación lo llevaría posteriormente a experimentar como compositor y músico minimalista. De esta manera, la trayectoria del estadounidense como músico y compositor comienza en 1968, “momento en que la tecnología para hacer música era en cinta de grabación”, comenta. Con una idea sobre el desarrollo de un trabajo con microtones para producir variaciones en la música, se instaló en un loft de Nueva York que posteriormente habilitó como escenario para diversos artistas, tales como Ryoji Ikeda, Zbigniew Karkowski y Jim O’Rourke, entre otros.

Con casi 50 años de trayectoria, Niblock visita por primera vez Valparaíso (Chile), para participar en el X Festival de Arte Sonoro Tsonami, donde realizó un concierto (el pasado 10 de diciembre en el teatro del Parque Cultural de Valparaíso) junto a la artista canadiense Katherine Liberovskaya, con quien ha trabajado por más de quince años. La performance unió piezas sonoras compuestas por grabaciones de campo y mezclas de registros visuales. Allí hicieron dos sets: «Uno en el que Katherine realiza un video en vivo en base a su gran catálogo de videoclips. Ahí ella escoge y arma algo en conjunto. En el otro set, toco piezas con grabaciones de ambiente como trenes y agua”, explica el compositor.

Valeria Vivancos: ¿Grabaciones de campo?

Phill Niblock: Sí, esencialmente son grabaciones de campo, pero las mezclo. Tengo aproximadamente seis tracks diferentes sonando al mismo tiempo. En el segundo set toco mi música y paso mis filmes, que usualmente son largos y ruidosos. Hay dos razones para que suene fuerte: una es que si tocas música suave con filme, entonces es música de fondo para el filme, pero si tocas la música algo alta entonces se convierte en música en primer plano y el filme actúa como acompañamiento. La otra idea es que trabajo con sonidos de instrumentos tradicionales, microtones, los cuales están en medio de pitches de la escala normal. Y eso crea un montón de sonidos de frecuencia baja y también de frecuencia alta.

V.V: ¿Y por qué los filmes son largos? Ya sabemos el por qué de su característica ruidosa….

P.N: Largo significa dos cosas: una es que los tonos son largos y otra es que el tiempo es largo. Para la primera parte no escuchas los microtones actuando a menos que toques tonos largos, esa es la razón para usar drones… es para tener esta cosa marchando por un largo tiempo. Entonces lo que sucede en el concierto mismo es eso: continuos cambios en el set suenan como un solo largo tono, aunque no lo es; es increíblemente complejo lo que ocurre en el tono. Entonces, si estás escuchando de verdad, escuchas esta complejidad sucediendo. Y la otra cosa es que hay una atmósfera entre el filme y la música que te hace perder la noción del tiempo, no hay medida en la música, no hay ritmo que te diga cuán largo es, algunas personas creen que el concierto dura media hora y otras personas creen que dura tres horas. Esa es la idea, deshacerse del tiempo.

V.V: Puedes perder la percepción del tiempo…

P.N: Sí y también hago piezas que duran alrededor de veinte minutos de largo; entonces hago piezas para instrumentos individuales que tienen el timbre de ese instrumento, y la próxima pieza tendrá el timbre de un instrumento diferente. Si tengo una hora y media puedo tocar cuatro piezas, y son increíblemente diferentes.

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Minimalismo

V.V: ¿Cómo pasaste de tener estudios de Economía, trabajar como fotógrafo y director de filmes, ser un amante del jazz, a convertirte en un artista y compositor multimedia y minimalista?

P.N: Fue como de casualidad. Llegué a Nueva York en 1958 y comencé a hacer fotografía en 1960, y fui de eso a hacer filmes en 16mm en 1965. Comencé a crear música en 1968. Trabajé con bailarines en un lugar que era muy importante para la danza contemporánea, pero también para los medios. Hay muchos coreógrafos importantes hoy que trabajaron en ese espacio y yo fui parte de eso, porque estaba haciendo filmes para muchos de ellos. Y luego comencé haciendo yo mismo estas piezas “intermedia” para música, danza y filmes.

V.V: ¿Qué implica ser un artista minimalista?

P.N: Todo eso estaba ahí antes de que yo me convirtiera en director de filmes o compositor, porque estaba muy interesado en artistas visuales del minimal y cómo ellos desnudaban los “media”. Pero trabajé en filme también, y desnudo el filme en lo que hago. Toda la idea, el montaje, editar, ya no existen, porque trabajo con tomas muy largas… es lo contrario a lo comercial.

V.V: Eres el creador de la fundación Experimental Intermedia. ¿Cómo surgió?

P.N: Tengo un loft increíblemente grande en Nueva York al que me mudé en 1968, y también tenía un sistema de sonido en esos días, cuando era realmente complicado obtenerlo. Estaba muy interesado en la idea de que los artistas deben producir otros artistas, así que comencé a hacer conciertos para que otros artistas vinieran y usaran mis sistemas y así conseguir una audiencia.

V.V: ¿El avance de la tecnología ha sido determinante en el proceso y desarrollo de tu trabajo?

P.N: Hago música en la misma forma que hacía en 1968, con cinta de grabación para hacer música. Luego cambio al computador, usando programas de computadora, pero hago música de manera muy similar, así que para mí la tecnología probablemente no cambió tanto lo que hago.

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