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ELENA DAMIANI: “NO ME INTERESA LA EXACTITUD DEL MAPA, NI DE LA CARTOGRAFÍA”

En su trabajo, Elena Damiani (Lima, 1979) se apropia de imágenes provenientes de libros, catálogos y archivos públicos de aquellas ciencias -como la geografía, la cartografía y la geología- que han configurado nuestro conocimiento sobre la Tierra. Sin embargo, la artista parece estar más interesada en explorar la capacidad evocativa de estas imágenes y su relación con el imaginario colectivo, que en el rigor y la exactitud relacionados a estas disciplinas.

Utilizando la lógica del collage, Damiani plantea en sus obras el encuentro entre territorios y tiempos distantes, devolviéndonos paisajes fragmentados -detenidos en un tiempo impreciso que se alarga tanto hacia el pasado como hacia el presente- y donde la presencia humana es un elemento fútil. La artista peruana radicada en Londres estuvo de paso por Lima luego de su participación en la 9a Bienal de Mercosur. Aproveché este descanso en su itinerario para entrevistarla.

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Elena Damiani, History Decomposes Into Images, Not Into Narratives, vista de la exposición en Revolver Galería, Lima, 2012. Cortesía de la artista y Revolver Galería

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Elena Damiani, Fading field N.2, 2012, impresión digital sobre chiffon de seda, 187 x 143 cm. Cortesía de la artista

FP: Tu trabajo se caracteriza por una problematización de los sistemas modernos de representación del territorio o del paisaje, como los mapas y las cartografías. Cuéntanos, ¿cómo llegas a interesarte en este tema?

ED: El paisaje –natural y urbano- me interesó desde siempre y ha sido un hilo conductor a lo largo de toda mi carrera, y que además se reformula en cada nuevo proyecto que emprendo. Creo que mi formación en arquitectura fue lo que inicialmente me llevó a preguntarme acerca de las relaciones entre el paisaje natural y el artificial, sin embargo, esto pronto dejó de ser una preocupación. Entonces, empecé a dejar de lado el paisaje físico para comenzar a hacerme preguntas sobre un paisaje más mental: un territorio mucho más poético, no tan concreto.

En mi trabajo actual utilizo diagramas cartográficos, mapas o fotos encontradas de paisajes que normalmente provienen de archivos de geología. Son estas imágenes científicas las que trastoco y superpongo para representar un paisaje mental. Pienso que las cartografías y las imágenes de la geología nos son familiares a todos. Esta visualidad -que en un primer momento podría parecer científica- es el gancho para que al espectador le resulte familiar. Pero a mi no me interesa la exactitud del mapa, ni de la cartografía, ni de las fotos que encuentro en los archivos geológicos. Todo lo contrario, me gusta más bien romper con esta linealidad. Busco entender el paisaje como algo discontinuo, roto y fragmentado, con múltiples niveles.

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Elena Damiani, Fading Field N.1, 2012, impresión digital sobre chiffon de seda, 187 x 143 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Fading field N.3, 2013, impresión digital sobre chiffon de seda, madera, 200 x 291 x 58 cm. Vista de la instalación en la 9a Bienal de Mercosur. Cortesía de la artista

 FP: En la búsqueda de las imágenes que nutren tu imaginario visual, tú misma haces un trabajo casi arqueológico, que finalmente se materializa en la creación de estas nuevas geografías o paisajes. Cuéntanos un poco más acerca del proceso de encuentro con las imágenes con las que trabajas.

ED: Tengo dos bancos principales de material encontrado. La mayor parte viene de libros que voy encontrado en mercados de antigüedades y de pulgas. Voy a estos mercados todas las semanas para recolectar libros de arqueología, geología y ruinas, que normalmente son de los años sesentas y setentas. Además también busco en archivos digitales públicos, como el “US Geological Survey” y “US Land Managment Bureau”.

De hecho, cuando voy a buscar los libros es una cosa de tirarse al piso y rebuscar entre miles de publicaciones que están ahí sin clasificarse. Entonces sí podría compararse al trabajo de campo arqueológico, donde uno tiene que ir excavando a ver qué encuentra, sin la certeza de que finalmente va a dar con algo. Físicamente el acto de hacer un collage también podría compararse con una labor de arqueología, pues implica ir cortando, separando y diseccionando partes del papel. Por ejemplo, en la serie Elsewhere, que son collages de piezas muy chiquitas, es casi como una labor de cirugía en la que vas levantando membranas de una página para ir descubriendo otras abajo.

Por otro lado, no es mi intención que la imagen se vea real. Sí que se vea armónica y armar un paisaje que podría ser una visión de alguien que esta caminando dentro de un territorio natural y decidió tomar una foto; pero no esconder el hecho de que es un papel pegado sobre otro papel, porque sino lo haría digitalmente. Me gusta mantener la idea de que es un material que ha tenido una historia anterior pero que ha perdido su contexto. Que ha sido arrancado, desarraigado de ese contexto y ha sido puesto con otros elementos para finalmente ser aplanados todos a un mismo nivel. Disfruto muchísimo de la acción física de hacer collage. Me da bastante más espacio de experimentación y de “prueba y error” durante el proceso, lo cual no es posible en digital.

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Elena Damiani, N. 05, 2012, de la serie Elsewhere II, collage sobre ex libris encontrado, 46.5 x 36.5 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Réplica 1, de la serie Réplicas, collage, impresión en papel fotográfíco y piedra encontrada, 90 x 75 x 15 cm aprox. Cortesía de la artista

FP: Mencionaste que sueles buscar libros de los años sesenta y setentas. ¿Esta decisión es una consideración meramente estética o hay algo de cómo era representado el paisaje en estos años que te interesa  particularmente?

ED: Para algunos proyectos ha sido una decisión completamente deliberada buscar imágenes de los sesentas y setentas. Por ejemplo en la serie Réplicas intentaba recrear espacios de exhibición que representaban las exposiciones “non-site” que se hicieron en los setentas, donde elementos de la naturaleza eran traídos hacia el espacio de la galería. Entonces, por una cuestión de concordancia sacaba elementos de los libros de esos años, para que te llevaran a ese momento de la historia del arte. Por otro lado, hay una parte mucho más formalista. Es más sencillo para mi construir estos collages en blanco y negro, ya que es difícil que las capas armonicen cuando se trata de impresiones muy nuevas. Además pienso que el hecho que el libro sea viejo, y que haya tenido una vida larga antes de ser usado, le da un valor histórico a la imagen. Pienso que esto funciona como un gancho para evocar la memoria colectiva pues proviene de un universo de imágenes que existen. Ahora bien, no creo que las imágenes lleguen a ser nostálgicas, porque cuando las sacas de contexto, ya no importa de dónde vinieron, todo está aplanado en un solo nivel. Esa parte de nostalgia por el pasado ya no existe porque se está mezclando todo a la vez.

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Elena Damiani, vista de la muestra Ciclorama, Museo Tamayo, Ciudad de México, 2013. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Fading field N.6, 2013, impresión digital sobre chiffon de seda, 187 x 143 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, A succession of markers placed out of field, vista de instalación, 2011, serie de 10 postales y tres collages, 170 x 160 x 12 cm aprox. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, vista de instalación de Three landmarks across a line (díptico), de la serie A succession of markers placed out of field, collage sobre postales encontradas, 14 x 9 cm (c/u). Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Sin título (Marker 1), de la serie A succession of markers placed out of field, collage sobre ex libris encontrado, 9 x 14 cm. Cortesía de la artista

FP: Cuándo uno ve por primera vez tu trabajo tiene la impresión de que hay una especie de interés científico, sin embargo luego queda claro que estás más interesada en la capacidad evocativa de la imagen que en su función social comunicante. En esa línea, ¿cómo crees que tu obra es recibida por el público?

ED: En la serie Réplicas hacía los collages como si fueran vistas de  instalaciones de los setentas, donde muchos de los artistas trabajando en Land Art empezaron a llevar elementos del paisaje exterior a la galería. Entonces sacaba un pedazo de una obra de Anthony Caro y la mezclaba con otra de Smithson, pero siguiendo la estética de cómo se habían exhibido estas obras en este tiempo. Cuando la gente veía esta serie, no entendía donde empezaba y donde terminaba mi trabajo. Si la imagen existía como el registro de una exhibición real o si la foto de esa instalación era un trabajo que yo había hecho y que la había documentado en blanco negro.

En algunos casos, cuando no he hecho collage (porque tengo algunas series en las que imprimo las imágenes sin hacerles modificaciones), mucha gente piensa que he intervenido la foto de alguna manera. Pero ese no es el caso, simplemente me interesa la imagen tal cual la encuentro, y la presento como un recorte o algo que se relaciona con mi trabajo. Me gusta esta cosa ambigua entre lo que es mío y lo que es hallado. Que se difumine y se pierda la importancia de lo que ha sido documento y que lo que ha sido fabricado. Que mis proyectos oscilen entre el pasado y el presente, entre lo construido y encontrado. En general, trato de que mi trabajo no sea didáctico, ni que genere construcciones lineales y lógicas. A mi me gustaría que la gente vea mis obras y pueda dar diversas interpretaciones, y creo que la ciencia se trata justamente de lo opuesto, no?.

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Elena Damiani, Mistake 1, de la serie The Exactness of Mistake, 2012, collage sobre ex libris encontrado, 25 x 24.5 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Mistake 4, de la serie The Exactness of Mistake, 2012, collage sobre ex libris encontrado, 25 x 26 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Mistake 5, de la serie The Exactness of Mistake, 2012, collage sobre ex libris encontrado, 25 x 24.5 cm. Cortesía de la artista  

FP: Si bien el collage es un medio que ha atravesado tu práctica artística, también trabajas con video, escultura e instalaciones. ¿Cómo ha  ido evolucionando tu trabajo?

ED: Me he ido saliendo del papel poco a poco, al comienzo con un poco de miedo. Siempre me interesó reflexionar acerca del espacio pero en un marco bidimensional -trabajando paralelamente esta sensación de tiempo en la imagen- pero nunca lo llevaba a las tres dimensiones. Sin embargo, gradualmente los elementos dentro de mis imágenes se han comenzado a salir de ellas. Todo empezó la serie Réplicas, en la que comencé a sacar volúmenes del collage y a hacerlos en maquetas u objetos de menor escala. Luego de un tiempo, estos objetos fueron creciendo. Entonces, trabajar con piedra se sintió como un paso natural. Ahora, los mármoles con los que estoy trabajando dialogan todavía con el collage. En Macelos, por ejemplo, pieza que presenté en Porto Alegre, hay un tajo que tiene el mármol en el que he insertado el collage como una ruptura en la piedra; siendo la piedra a su vez una sedimentación de capas, que nos habla de la rupturas en el tiempo y la historia planetaria.

Por otro lado, he empezado a hacer biombos con imágenes de seda, que si bien son bidimensionales, al ser un material translúcido se vuelen tridimensionales. Tiene que ver mucho con el espacio que lo rodea, con el entorno. El fondo o cualquier elemento que tengan alrededor se lee dentro de la imagen. Entonces de una manera sí se maneja muchísimo en el espacio. Un biombo afecta al otro, sólo puedes leer la imagen de uno porque el otro existe. Es lo mismo que pasa con el collage que es capa sobre capa y sobre otra capa, De la misma manera la seda necesita al otro trabajo y éste último a la pared del espacio para que pudiera verse la imagen. El espectador va descubriendo poco a poco la imagen en su totalidad. Esta serie se llama Fading Fields o Campos de Desvanecimiento, y también estuvo en Mercosur. En esta pieza en particular me interesaba hacer una reflexión sobre la memoria y los recuerdos en nuestra mente. Cómo de pronto vienen pero también de pronto se van. No es una imagen cristalizada ni fija, sino que es una cosa que se escapa.

Finalmente, por más que en el último año he comenzado a trabajar más con el espacio pienso que el esqueleto de mi práctica sigue siendo el collage. Continúa siendo mi investigación central y creo que no lo he agotado pues sigo descubriendo en el nuevas lógicas que me provoca sacar de papel y seguir explorando.

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Elena Damiani, Macelo 2, 2012, mármol, vidrio y collage sobre ex libris encontrado, 80 x 35 x 70 cm. Cortesía de la artista

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Elena Damiani, Macelo 1, 2012, mármol, vidrio y collage sobre ex libris encontrado, 41 x 35 x 70 cm. Cortesía de la artista

FP: Acabas de venir de la bienal de Mercosur ¿Cuáles son tus siguientes proyectos?

ED: Me estoy yendo a la feria de arte de Bogotá para los Solo Projects que está curando José Roca, en el que ha convocado a un grupo de artistas que trabajan temas relacionados a la ciencia, aunque no de manera literal. Regresando de Bogotá vuelvo a Inglaterra a instalar una muestra en la galería que me representa en Londres -Selma Feriani – junto a Frauke Dannert, una artista Alemana. Lo está curando Niekolaas Lekkerkerk, un curador holandés. En marzo tengo una colectiva en Montreal y en julio una personal en Sao Paulo con una galería con la que he empezado a trabajar, que se llama Baró. Después de todo esto espero tener un poco de tiempo en Londres para sentarme y dedicarme de nuevo al estudio e investigación. De hecho, dedico ciertos meses en los que no viajo sólo para trabajar y producir. El hecho de movilizarte y tener varios proyectos simultáneos a veces puede ser un peligro ya que te distrae de tu práctica.

FP: Comencé esta entrevista preguntándote cómo te habías interesado por los sistemas de representación modernos del paisaje, sin embargo, no hemos conversado acerca de tu interés por los paisajes mentales y está lógica -cercana a lo inconsciente- donde diferentes realidades y tiempos son condensados para finalmente existir simultáneamente en un mismo plano.

ED: No me interesa lo que ya está definido. Me gusta mantener las cosas abiertas y creo que representar algún tipo de territorio –como por ejemplo las ruinas- me da la posibilidad de mirar al pasado como lo que fue y mirar al presente como lo que todavía no ha dejado de ser. Esa cosa de movimientos hacia adelante y hacia atrás es lo que me interesa de los territorios mentales. Viéndolo de una manera más personal, creo que es una reflexión acerca de cuan chiquitos son los eventos humanos dentro de la historia del planeta que parece alargarse infinitamente hacia el pasado y hacia al presente. La historia de la tierra contiene tantos cambios que un evento vital humano es una nimiedad. Por otro lado, creo que esta pregunta por la memoria es interesante y a la vez muy contemporánea. Estamos en una época donde la gente trata de musealizar absolutamente todo. Estamos continuamente preocupados por registrar incluso lo que hicimos ayer o anteayer. Entonces, de alguna forma es como sumarme a este boom de la memoria, no ir en contra de el, sino más bien generar más material que hable de la memoria pero sin musealizarla.

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Elena Damiani, The World In Hemispheres, de la serie The Victory Atlas, 2013, collage sobre mapa encontrado y papel Kawanaka, 60 x 74.5 cm. Cortesía de la artista

Florencia Portocarrero

Es investigadora, escritora y curadora independiente. Estudió Psicología Clínica en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde también se recibió como Magíster en Estudios Teóricos en Psicoanálisis. Durante el 2012-2013 participó en el Programa Curatorial de De Appel arts centre, en Ámsterdam, y recientemente culminó el Máster en Teoría del Arte Contemporáneo en la Universidad de Goldsmiths, en Londres. Portocarrero ha contribuido con sus textos sobre arte y cultura en numerosos catálogos y publicaciones. En Lima, es co-fundadora y co-directora del espacio de arte independiente Bisagra y es curadora del programa público de Proyecto AMIL.

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