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NORTON MAZA: “PARA MI LA OBRA DE ARTE ES UNA TARIMA CON UN MICRÓFONO”

Tuve la suerte de conocer el proceso y el montaje de la obra Del Paisaje y sus Reinos, y de aportar al proyecto un breve texto curatorial. Es una instalación del artista Norton Maza que se muestra en el Museo de Arte Contemporáneo MAC Quinta Normal hasta el 24 de noviembre. La recreación de un búnker “de clase alta” en el que aparece un Cristo reptando y acorralado, asediado por un ejército armado hasta los dientes; referencias a la Iglesia, al sexo reprimido, a McDonalds, al narcotráfico, al egocentrismo… una mezcla provocativa de asuntos que pueden o no estar relacionados. La motivación de esta entrevista se resume precisamente en la intención de conectar todos los temas tocados en la obra. Ciertas dudas necesitaban ser puestas en cuestión.

 

¿Cómo surge el proyecto Del paisaje y sus Reinos?

Este proyecto no tiene un origen, todos mis proyectos son una cadena. Trabajo el tema del poder en toda su amplitud, pero aquí quería desarrollar en concreto el tema del poder global. Viene también con el antecedente de un trabajo que estaba desarrollando sobre la religión, pero no desde la fe, sino desde quiénes controlan la representación de esa fe. De cómo influye en el diario vivir. Yo tenía pensado desde ahí desarrollar un proyecto mucho más agudo y culminante de una etapa. Después de esto me quiero centrar más en el tema de la economía. La economía de valores reales y la simbólica. Pero esta obra tenía la intención de generar una doble experiencia. Por un lado, el aspecto teórico, que en el fondo no es teórico, es visual a partir de una realidad, porque no quiero entrar en términos de teoría, yo creo que la cosa es más simple. Ilustrar un mundo que yo percibo. Y por otro lado era la primera vez que quería que el espectador recorra por un diorama, por una maqueta. Que sea parte de lo que esté sucediendo en el interior. En esta exposición se entra de a tres. Lo ideal sería de a uno. Para que él esté sólo con Cristo, acompañándolo en ese desenlace, que no sabemos cuál es. Si te fijas hay dos copas en el suelo. Él no estaba sólo.

¿Y quién es el asesino? ¿Quién es el que lanza el misil?

La humanidad. Quiénes de la humanidad, no sabemos. No sabemos si es la OTAN, si es la ONU… En todo caso es un ejército armado que viene a rendirle cuentas por muchas cosas que acontecen en la humanidad que la gente acepta bajo el pretexto de la fe. Por ejemplo: una semana atrás fallecen más de 300 inmigrantes atravesando una frontera. Un drama colosal. ¿Cómo puede ser que el mundo esté tan dividido en el sentido de los recursos? La gente no atravesó por tener una experiencia arriba de un barco, sino por ver cómo tener una mejor calidad de vida. ¿Dónde está Cristo? En mi trabajo, él está escondido como cualquier dictador, está fondeado. Pero está escondido dentro de una opulencia, y donde está hay muchos elementos decorativos que aluden a él mismo. Ese era el planteamiento; él se convierte en una suerte de dictador en muchos aspectos, se convierte en un traficante, en un tránsfuga, un negociador.

 

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

 

Es un trabajo en el que estás hablando de muchos temas distintos, si te parece los intentamos analizar por separado. Por un lado aparece la clase alta…

Yo creo que se refiere más a El Vaticano. El tema del poder, de los lujos. Hace poco apareció la noticia de que el Papa sacó el sillón de oro que tenía el Papa anterior. Por no decir Juan Pablo II que caminaba encorvado por el peso del bastón que era de oro. A esa riqueza me refiero yo, más que a la clase social. Lo más increíble de este tema es, ya, Chile, tu puedes decir que es una sociedad muy dividida en cuanto a los ingresos. La mayoría de la gente de clase alta tiene relación con el Opus Dei, la mayoría de las empresas tiene relaciones con los poderes eclesiásticos, y van a misa los domingos con sentimiento de culpa porque saben que están en alguna medida abusando de la gente. Por supuesto hay casos, como el papel de la Vicaría en el período de la dictadura, pero no puede ser que un Papa se mueva en un Papamóvil. Desde ahí yo pongo en evidencia eso.

Me acabas de citar al nuevo Papa, que cuando era Cardenal censuró públicamente las obras de León Ferrari, artista con el que compartes ciertas semejanzas…

Si claro. Hubo acercamientos que son casuales. Porque yo empecé a desarrollar obra con el tema de la pobreza, cuando aún no conocía su trabajo. Luego lo vi y si, hay ciertos vínculos con la obra que él desarrolló.

Otro artista que también ha trabajado a partir de la figura de un Papa, en este caso Juan Pablo II, es Maurizio Cattelan. ¿Hasta que punto hay inspiración en tu trabajo en el de Cattelan?

No. Para mí no hay inspiración, ni con Ferrari tampoco. Somos gente que estamos viviendo en el mismo tiempo. Nos llega la misma información. Y es normal que existan muchos vínculos de reflexión. Tal vez en el próximo proyecto que estoy desarrollando haya un tipo en China o en Japón que esté haciendo lo mismo. Cada vez que hago un proyecto trato de ver si alguien hizo algo parecido. El tema del Papa de Cattelan está en un libro que yo denomino el «Cachen» (de «cachen lo que se está haciendo»). Pero la obra de Cattelan es simbólicamente muy agresiva, los niños que están ahorcados, etc… una obra que busca más el escándalo. Me da la sensación que va más a buscar polémica, lo cual me parece bien. Pero no tengo relación directa, no me inspiro en ello.

¿Y en tu obra hay una búsqueda de escándalo?

No. No. Sí de plantear cosas duras. De ser más directo con algunas imágenes sí. Pero para mi es más escandaloso prender la tele y ver las noticias. Eso es peor aún. O la importancia de las noticias: una cosa nada importante que dura media hora y una noticia importante a la que le dan veinte segundos. Para mi la obra de arte es una tarima con un micrófono. Tengo la suerte de disponer de un espacio donde propongo un tema que la gente puede compartir o no, pero por lo menos generar una reflexión. De hecho con este proyecto no ha pasado nada. La gente ha hablado del trabajo pero no se ha generado una polémica. Eso tiene que ver con que uno tampoco ha buscado una polémica.

Tu finalidad en este trabajo es generar una reflexión en el público acerca del poder, ¿cierto?

Justamente.

¿Y es necesario para generar esa reflexión mostrar, por ejemplo, monjas masturbándose?

Pero claro. El tema del celibato. Tu crees que el no casarse, no disfrutar de los placeres de la vida que nos entrega Dios… reprimir todos esos espacios… Entonces, un gesto tan natural que es masturbarse es una cosa necesaria del cuerpo. Yo la ilustro con una doble lectura, porque si te fijas eso está en el espejo ¿En el espejo de quién? En el espejo de Cristo. Se masturban al verse reflejadas porque ellas se casaron, en el sentido poético o religioso del término, con Cristo.

 

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

 

Comentaba antes que quería dividir los temas que tocas por separado, pero ya han salido muchos. Otro tema que se desliza de tu trabajo es la guerra. ¿En qué sentido la citas?

Uno de los grandes negocios es la guerra. Se provocan conflictos en países para reactivar economías. El banco del Vaticano tiene relaciones con empresas que tienen acciones en armamento. A lo mejor el ejército que ataca a Cristo lo hace para generar más recursos. Por eso él tiene en su casa su armería.

Hay una crítica al poder, pero también hay una crítica a la sociedad…

Todo el tiempo. Porque uno cuando se para en esa instalación ya te estás cuestionando tú dentro de ese mundo. Te planteas cuál es tu rol dentro de eso. Por eso hay dos copas. O el jale que hay ahí… tu puedes pensar que es Cristo quien va a jalar, no, era el otro que estaba ahí. Eso no se sabe porque es una escena congelada.

Otro tema del que estás hablando es la ficción, la simulación. Y me resulta curiosa una lectura provocada por un lugar cercano a este Museo, la Gruta de Lourdes, que es toda una recreación, una diorama, en relación con tu trabajo.

Para evangelizar, la Iglesia utilizaba la ficción de la pintura. La Iglesia hilvana un relato. Son puestas en escena. Si uno va a trabajar el tema evidentemente tiene que partir con esos recursos. Todo es códigos y mensajes, el temor que quieren infundir, las gárgolas… Y finalmente cuando entras en una Iglesia estás entrando en un diorama.

Otro aspecto interesante es el montaje. Instalas un museo dentro del museo. Y además muestras la parte inacabada, o precaria, del exterior del espacio. ¿Porqué querías mostrarlo de esa manera?

Me gusta utilizar recursos visuales de engaños, trucos simples pero que generen estados de emoción. Pero lo que más me gusta es que al salir la gente se percate de que todo lo que vivió era ficticio. Era mentira. Pero encima mentira no con súper-producción. Las grietas las hice en el taller con tres palos. Porque en la escuela de arte no dicen “conoce el oficio, las materialidades”, porque para ellos el oficio es una artesanía, un arte menor. Entonces ocultan esa parte. Es todo como súper sofisticado.

 

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

Vista de la instalación Del paisaje y sus Reinos, de Norton Maza, en el MAC Quinta Normal. Foto: Jorge Brantmayer

 

Un montaje como este yo creo que es difícil poder realizarlo en otro espacio artístico en Chile

Es el único espacio. Estoy muy agradecido al Fondart, que me apoyó, aunque me sobrepasé con los recursos, porque uno es artista, no es economista, entonces tengo ahora que rendir cuentas. Estoy que me rindo como el Cristo. Pero hay que reconocer que fue fundamental en el proyecto, y que el jurado la haya aceptado, porque el contenido es fuerte, eso habla muy bien de los aspectos culturales que se van abriendo. Y por otro lado el Museo, que se la jugó también.

Y en cuanto a los contenidos, sin problema.

Nada. En otras salas me habrían censurado esta obra. Primero porque la gente tiene temor. Y lo peor es tener temor en la vida. Porque tu puedes tener una fe, pero que tengas temor a aceptar un proyecto que habla de determinadas cosas que pueden ser una crítica a la sociedad, eso es fatal. Y muchos de esos espacios tienen relaciones directas con muchas empresas que tienen relación directa con el Opus Dei. Es una cosa muy conservadora. La gente que compra obra, de clase alta generalmente, son muy conservadores. Y para qué decir Gasco, CCU, que a mi entender son o tiene vínculos con el Opus Dei, dado que no se pueden realizar exposiciones que desarrollen temas como religión, política y sexualidad. ¿Qué vas a hacer ahí? Yo creo que la próxima exposición no me van a dejar ni entrar ahí.

 

Juan José Santos

Crítico de arte, curador e investigador. Es director fundador de Art on Trial. Autor del libro "Curaduría de Latinoamérica" (Cendeac, 2018), "Curaduría de Latinoamérica Vol II" (Cendeac, 2020) y "Juicio al postjuicio. ¿Para qué sirve hoy la crítica de arte?" (Ministerio de Cultura y Deportes de España, 2019). Colaborador de El País y su suplemento Babelia, ARTnews, Bomb magazine, Momus, Spike o Berlin Art Link, entre otros. Doctorando por la Universidad Autónoma de Madrid con una investigación sobre museos alternativos en Latinoamérica.

www.juanjosantos.com

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