Skip to content

Catalina Bauer:lleno de Algo y de Nada

Las esculturas, instalaciones y trabajos sobre papel de Catalina Bauer, hechos con materiales precarios -naturales o industriales- como el hilo blanco, pitilla de nylon, elásticos, caucho, o cabellos, se diseminan por el espacio que habitan: algunas veces colgando del techo, adosados al muro o esparcidos por el piso y, en otras ocasiones, como en sus fotografías y trabajos sobre papel, agrupándose como constelaciones de un nuevo y singular universo.

Los materiales usados por Bauer poseen resistencia y rigidez y pertenecen al mundo de lo cotidiano. Gracias al sensible trabajo de la artista, logran compenetrarse en un nuevo, delicado y rítmico equilibrio. En su obra, tanto la presencia del cuerpo humano como de ciertas manualidades elementales, como trenzar, tejer, urdir o moldear, nos evocan una vinculación con el gesto creador primigenio de rituales ancestrales.

Estas técnicas originarias son conducidas hacia una relación completamente contemporánea con el espacio, las estructuras, la forma y el concepto. Las esculturas se presentan, entonces, como simultáneamente orgánicas y mecánicas, estableciendo las pugnas entre azar y control -o entre accidente y estructura- como una de las tensiones esenciales de la obra.

Catalina Bauer le permite a sus materiales responder a su propia lógica organizacional, para que de ese modo puedan desplegar posibilidades formales aparentemente infinitas, a través del entrelazado, los espirales, la circularidad y la multiplicación.

Para la muestra que ha preparado con motivo de la obtención de la Beca AMA -por la que realizó una residencia de tres meses en Gasworks, Londres-, Bauer ha creado una gran instalación para el segundo piso del Museo de Artes Visuales titulada Frivolité. Se trata de una pieza de tejido fabricada de manera colectiva, cuya energía parece provenir principalmente de las personas que durante más de dos semanas trabajaron en conjunto en su elaboración. La obra debe su apariencia a las manos y las personalidades de quienes en ella trabajaron, como también a las vicisitudes del proceso (incluyendo el trance y el cansancio en la medida del transcurso del tiempo). Un sistema parecido al utilizado en Frivolité parece operar con la obra Columna. Las características formales de esta columna han sido forjadas a partir del movimiento de quienes la fabricaron, como también por la influencia del espacio en el que cuelga y la arquitectura del museo que la cobija.

 

 

 

Durante su residencia en Gasworks, Bauer tuvo la oportunidad de experimentar con el dibujo –la línea- y la fotografía. En su nueva obra titulada No me detengas podemos ver cómo lo orgánico -el cabello de la artista- cae sobre los azulejos de un baño. Bauer compone y juega con el material a la manera de un dibujo abstracto, esbozando movimientos líricos contra el blanco telón de fondo. Haciendo eco de procedimientos minimalistas, Bauer aplana el área y dispone una construcción espacial. Estas siete fotografías de gran formato evocan el movimiento abstracto; sin embargo, se trata en esencia de una exploración de los alcances gráficos del material, como también de la impronta física como parte esencial de su producción.

 

 

Es en definitiva la humildad y simpleza en el trabajo de Catalina Bauer lo que nos permite, como espectadores, conectarnos inmediata e íntimamente con el «acto de hacer», que aparece al desnudarse el proceso de creación.

Su trabajo estará expuesto en el Museo de Artes Visuales hasta el 31 de enero.

 

 

 

 

También te puede interesar