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Representaciones Nacionales

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¿Porqué no hay artistas uruguayos en la 8va Bienal de Mercosur? Esta es la pregunta que nos hicieron dos periodistas de ese país, uno de los cuales publicó un artículo titulado “Bienal del Mercosur: Uruguay eliminado”.

Lo primero que habría que preguntarse es: ¿en qué consiste ser artista uruguayo? O Más aún, ¿que es ser artista de un país determinado? Cuando estábamos preparando la 8va Bienal, los curadores viajamos por el territorio de Rio Grande do Sul y por muchos países de América Latina y el caribe, visitando artistas en sus talleres, asistiendo a muestras individuales o colectivas, discutiendo con colegas curadores, críticos y directores de museos, y pidiéndoles su consejo y sugerencias sobre los artistas que a criterio de ellos fueran los más interesantes de sus respectivos países dentro del tema propuesto. Esta pesquisa, por seria y exhaustiva que haya pretendido ser, fue necesariamente incompleta y subjetiva, y sujeta a todo tipo de contingencias. Estuvimos reportando sobre estos viajes en el blog de la Bienal (el reporte del viaje a Uruguay se puede ver en este link). Periódicamente presentábamos los resultados de nuestras pesquisas en las reuniones curatoriales, y seleccionábamos los artistas de manera colectiva.

En una bienal, como en toda exposición temática, hay al menos dos criterios al momento de escoger los artistas que la conformarán: la calidad intrínseca del trabajo (lo cual es subjetivo y debatible), y la pertinencia respecto al tema que le sirve de marco. En el caso de la 8va Bienal, cuyo tema, en el fondo, son las diferentes formas que adopta contemporáneamente la noción de Nación, consideramos especialmente pertinente la obra de Alberto Lastreto, una bella animación titulada El Prócer.

Una mirada a la biografía de Lastreto nos hace ver las complejidades de la volátil noción de nacionalidad:

“Nacido en Buenos Aires en 1951, crece y se educa en Montevideo, donde estudia Arquitectura y Bellas Artes. En 1973 es expulsado del Uruguay por la dictadura y vive en Buenos Aires hasta 1975. En octubre del 75 debe asilarse en Cuba escapando de la dictadura militar. Sigue estudios de Estética e Historia del Arte en la Universidad de La Habana, Cuba. En 1980 se radica en Nueva York, EEUU. En el 2006 retorna al país”.

Lastreto se forma como artista en Uruguay vive en Montevideo desde hace un lustro. ¿es lícito o no considerarlo un artista Uruguayo? ¿Son el lugar de nacimiento o el pasaporte un criterio más válido que el haberse formado artísticamente en un contexto determinado, o haber contribuido a la escena local de manera significativa?.  Esta no es una discusión nueva. Cuando se piensa en la escena artistica norteamericana de mediados del siglo pasado vienen al la mente nombres como Willem de Kooning, Mark Rothko, Louise Nevelson, Hans Hofmann o Arshile Gorky,  por citar unos pocos. Como todos sabemos, ninguno de ellos nació en los Estados Unidos. Algunos ya se habían formado como artistas antes de inmigrar. Sin embargo, hay un consenso en que pueden y deben ser considerados artistas americanos debido a su contribución al arte de ese país. ¿No es este el caso de Alberto Lastreto, quien inclusive recibió el Premio Nacional de Artes Visuales en Uruguay en 2008?

En la 8va Bienal hay varios casos de identidades nacionales dudosas, que no lo serían si nos guiamos únicamente por el pasaporte: Jean-François Boclé se considera culturalmente Martiniqués, así este territorio sea francés; Miguel Luciano es de Puerto Rico así su pasaporte sea norteamericano; Barthélémy Toguo es de Camerún así se haya nacionalizado francés y haya recibido de ese país la Orden de Caballero de Artes y Letras. La “representación” mexicana en esta bienal incluye dos artistas, un belga, Francis Alÿs, y una inglesa, Melanie Smith; esta última fue la escogida para representar a México en la última Bienal de Venecia. Volviendo al Cono Sur, el artista inglés Nick Rands vive en Brasil hace más de una década, y su trabajo más significativo lo ha hecho acá: para nosotros es uno más de los artistas gauchos. Pablo Bronstein, argentino, vive desde hace muchos años en Londres y ha desarrollado su carrera allí. Yo me inclinaría por pensar que su trabajo corresponde más al contexto Anglo que al latinoamericano. Habrá otros que difieren.

La crítica de nuestro colega Di Maggio apunta a que la Bienal de Mercosul tuvo por muchos años una estructura de representaciones nacionales, con lo cual se garantizaba una adecuada presencia de los artistas de su país, y que haberlas eliminado fue un gran error. Yo no estoy de acuerdo. La estructura de representaciones nacionales fue siempre problemática: al requerir bianualmente de una selección de artistas nacionales relevantes de los países del llamado Mercosur, se creó no solamente un grupo de curadores oficiales que eran requeridos en cada edición para seleccionar los artistas de su país (con el consecuente resultado de perpetuar una particular mirada edición tras edición), sino que se ponía de presente la disparidad entre países con escenas de arte más complejas y consolidadas -debido a la existencia de facultades de arte, museos, bienales, y lugares en donde se presenta regularmente arte contemporáneo- y escenas que carecían de todo lo anterior, resultando en representaciones nacionales de nivel muy desigual, e inclusive, en varias ocasiones, artistas que se repetían en varias ediciones sucesivas, aparentemente por la ausencia de artistas más interesantes. Las representaciones nacionales eran similares a cuotas obligatorias de participación, una (per)versión en el arte de lo que en otros contextos se conoce como acción afirmativa. El modelo de representaciones nacionales exacerba el sentido de competencia entre países, una herencia de la Bienal de Venecia, la cual a su vez la había heredado de las exposiciones universales, competencias de carácter simbólico entre las naciones para mostrar su poderío comercial.

Mi colega Gabriel Pérez Barreiro eliminó las representaciones nacionales de la 6a Bienal de Mercosur en 2007, y se concentró en curar una excelente exposición en donde el público vino a ver obras de calidad, independientemente de su procedencia. La Bienal de Pérez Barreiro es recordada local e internacionalmente como una de las mejores Bienales de Mercosur -sino la mejor. La tendencia de apertura se mantuvo en la 7a Bienal y ahora en la edición 8, cuya dirección está a mi cargo pero que ha sido curada colectivamente. No me parece grave que no haya un uruguayo (aunque nosotros consideramos que sí lo hay), ni que haya un argentino que no ha producido su obra en ese país desde hace muchos años, ni que haya un martiniqués que no se sienta francés, ni que haya un colombiano que haya realizado casi la totalidad de su obra en Europa, ni que tengamos un bogotano que nació en París y un paulista que nació en Indianápolis, ni que haya muchos mexicanos y ningún guyanés. Quisiéramos que esta Bienal sea juzgada por lo que presenta, no por lo que (pretendidamente) le falta. Pero, puestos a ello,  el público ávido de “uruguayanidad”, tendrá en Porto Alegre un plato fuerte ofrecido por la Fundación Iberé Camargo, parceira de la Bienal: la magnífica exposición de Joaquín Torres-García. ¿se puede pedir más?

Tomado del blog de los curadores de la Bienal de Mercosur

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José Roca

Curador colombiano. Vive y trabaja en Bogotá. Es el director artístico de FLORA ars + natura, un espacio independiente para el arte contemporáneo en Bogotá, y curador de la colección LARA (Latin American Roaming Art). De 2012 a 2015 fue Curador Adjunto de Arte Latinoamericano Estrellita B. Brodsky de la Tate de Londres. Estuvo a cargo durante 10 años del programa de artes del Banco de la República en Bogotá. Fue co-curador de la I Trienal Poli/gráfica de San Juan, Puerto Rico (2004); la 27° Bienal de Sao Paulo, Brasil (2006); el Encuentro de Medellín MDE07 (2007), y Curador en Jefe de la 8° Bienal del Mercosur, en Porto Alegre, Brasil (2011), entre muchas otras actividades.

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